Un modelo flexible de educación permitiría elevar la escolaridad entre los jóvenes, por lo que necesario contemplar una perspectiva de inclusión que posibilite la atención a las particularidades de los estudiantes, aseguró Mauro Sosa Gallego, Coordinador de la Escuela Stella Veléz Londoño de Medellín, Colombia.
Durante su participación en el Coloquio internacional sobre experiencias en investigación educativa: México-Colombia, organizado por el Programa de Investigación sobre Infancia, de la Unidad Xochimilco, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Sosa agregó que el reto es hacer de la escuela un lugar ideal para quienes la abandonan, “pues en general les gusta, la conciben como algo útil y a donde quieren retornar, sin embargo encuentran limitantes contextuales y ven en la escolarización nocturna o de fines de semana una alternativa para poder culminar sus estudios.
Al presentar un estudio en torno a las representaciones sociales de la escuela en niños y jóvenes que han desertado temporal o definitivamente del sistema educativo, el experto urgió a modificar los horarios en las escuelas primarias y secundarias.
“Para lograr esos propósitos resulta indispensable fortalecer los currículos de las instituciones de educación superior que forman profesores, ya que la deserción escolar es una problemática urgente de atender en los niveles local, regional y nacional en ese país andino, pero también en el plano latinoamericano y aun mundial”.
Por su parte, Bibiana María Reyes Castaño, docente de la Escuela Colombiana de Santa Elena, externó que muchos de los niños ven la escuela como un lugar donde aprenden los conocimientos que les son impartidos, lo que les brinda una posibilidad de ascender en la escala social, pero también la perciben como un espacio lúdico y, en ocasiones, de carácter autoritario.
“En nuestro estudio quisimos comprender las representaciones sociales de la escuela, identificar sus creencias, significados y actitudes con miras a construir estrategias que ayuden a los docentes a prevenir la deserción”, explicó.
Finalmente, al trabajar en contextos rurales, Reyes Castaño especificó que una manera de mejorar la situación social es fortaleciendo las dinámicas relacionadas con la institución y su entorno, alentando a las familias a involucrarse en el proceso de formación.