Y después de los festejos del Día del Maestro… ¿qué sigue? Fue una de las preguntas que varios docentes y no docentes nos hicimos después del pasado 15 de mayo, día en que se celebró en cada uno de los rincones de mi México querido, a quien hasta hace unos años era considerado un ejemplo: el maestro.
Reuniones, convivios, festivales escolares, programas comunitarios, entrega de estímulos y reconocimientos, acompañados desde luego, de sendos discursos en los que hasta el hartazgo se “reconoció” el papel fundamental de ese ser humano, cuya vocación, ha formado a cientos y cientos de mexicanos. Dicho reconocimiento, bien merecido, se vio un tanto opacado por ciertos incidentes que, por más que quiera decirse lo contrario, generaron malestar y desasosiego entre el gremio. Veamos por qué afirmo esto.
Previo al día tan esperado para los maestros, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), a través de su dirigencia encabezada por Juan Díaz de la Torre, y la Secretaría de Educación Pública (SEP), con Aurelio Nuño al frente, dieron a conocer los resultados obtenidos de la mesa de negociaciones del pliego petitorio que la primera instancia entregó en días pasados. Los “logros sindicales” fueron anunciados con “bombos y platillos”, pero éstos no cuajaron entre los profesores: 3.15% directo al sueldo tabular, 1.90% a prestaciones y .35% de fortalecimiento al salario. Porcentajes que, aunque pudieran representar un razonable incremento, generó – como decía – cierto malestar e inconformidad, sobre todo, cuando se observó que a partir del siguiente ciclo escolar, se tendrá la “formidable” cantidad de $42.95 pesos como apoyo para material didáctico.
¿Acaso se piensa que con un poco más de 40 pesos se podrá adquirir diverso material que se emplea para dar clases? ¿Se revisaron los indicadores económicos que a nivel internacional y nacional fluctúan con relación al dólar, el petróleo y los precios que en México existen? Bueno, ¿al menos se conoce lo que cuesta un plumón y borrador para pizarrón de acrílico? Preguntas y más preguntas fueron las que de inmediato se escucharon. Cierto, la economía en nuestro país y en el mundo entero no anda tan bien que digamos pero, ¿no se dio una muestra en meses pasados de la capacidad del magisterio? ¿Tan pronto se olvidó que más del 80% de los profesores evaluados obtuvieron un resultado más que favorable? ¿Tan pronto se pasó la euforia Presidencial y Secretarial en las que se mencionaba que en la Reforma Educativa el pilar era y es el maestro? Seamos congruentes pues, el discurso tiene que ir acompañado de acciones que, de manera real y concreta, traiga beneficios para todos los maestros.
Así las cosas, otro asunto que dio al traste con los festejos, al menos para los que vivía el propio Secretario Nuño, fue el Paro Nacional al que convocó la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) en varios estados de la República Mexicana; convocatoria que no tuvo mucho eco, sin embargo, en el escenario educativo nacional, éste evento fue un “granito” más en el arroz de dicho Secretario, ya que ésta se sumó al conflicto de las vocacionales del Instituto Politécnico Nacional (IPN).
Hasta el momento en que escribo y termino estas líneas, la amenaza Secretarial seguía latente: “se despedirá a los docentes que falten más de tres días a clases tal y como lo marca la ley” y, remató: “hay 26 mil maestros para cubrir las vacantes que dejen los profesores despedidos”. No obstante esta situación, la Coordinadora, sacando fuerzas de flaqueza, no se amedrentó y anunció (16 de mayo) la instalación de manera indefinida de un plantón en la Ciudad de México.
Las reacciones no se hicieron esperar, organizaciones civiles y padres de familia se pronunciaron en contra del plantón, y exigieron que las autoridades hicieran valer la ley y la aplicaran a los paristas, sólo que a éstos se les olvidó algo: de hacerlo, cientos de escuelas y alumnos se verían afectados por tal decisión. ¿Acaso los 26 mil docentes serán trasladados a esas entidades así no’más porque sí? ¿No se entiende que aún y con los procesos administrativos que deban seguirse, el proceso educativo lleva más tiempo y los docentes asignados tendrían que retomar el vuelo a partir de lo que se haya abordado en todo el ciclo? ¿Acaso no es importante el diagnóstico, planeación y evaluación de los aprendizajes?, ¿acaso no está por terminar el ciclo escolar? En fin, seamos realistas, preguntémonos de nuevo: quiénes serán los afectados.
Aclaro, no estoy a favor del paro pero tampoco de las formas en las que el Secretario quiere resolver este asunto.
Y bueno, para acabarla de amolar, en días pasados se realizó la inscripción al concurso para la obtención de una plaza docente. Convocatoria que, como sabemos, fue abierta y los egresados de las universidades y las escuelas normales podrán participar en tal proceso.
Muchos hemos manifestado nuestra opinión sobre ello, algunas a favor, otras en contra, sin embargo, lo traigo a colación porque en lo sucesivo – supongo – tenemos que repensar el concepto de maestro o mantenerlo; y comento esto, porque en antaño se pensaba que la pedagogía y didáctica era exclusiva de quien se formaba en las escuelas normales y por tanto, los poseedores de esa sabiduría eran llamados maestros; habría que esperar las investigaciones y los resultados que obtendrán los universitarios, sin esa formación didáctico-pedagógica, insertos en la educación básica a partir de las evaluaciones que el INEE formule en años subsecuentes.
Dicho lo anterior y ante la pregunta qué sigue para los maestros de México, puedo asegurar que éstos, aún y a pesar de las circunstancias y del descrédito que están viviendo, sacarán la casta y seguirán trabajando como lo han hecho.
Lamentablemente a los gobiernos federales –emanados de cualquier partido– y a los Secretarios de Educación –designados por dichos gobiernos–, se les ha olvidado que sus puestos son temporales y que las teorías y corrientes pedagógicas van y vienen, pero el maestro… el maestro, seguirá tan vigente como lo ha sido siempre. Se imagina qué sucedería si todos los maestros del país se fueran a paro. Me gustaría ver la cara de varios funcionarios. Tiempo al tiempo.
Docente en Escuelas Normales en Tlaxcala
Twitter: @Lalocoche