Es fundamental formar a los jóvenes para que rechacen los estereotipos y cualquier tipo de violencia de género, afirmó Gina Vieira Ponte de Albuquerque, ganadora del Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos Óscar Arnulfo Romero.
Durante su reciente visita a México, la docente brasileña recordó que “de niña quería ser invisible para no ser víctima de agresiones por mi color de piel, ropa desgastada o cabello; era introvertida. Al notarlo, mi maestra me abrazó y me cambió la vida; ahí supe que al crecer sería profesora”.
Gina Vieira explicó que su proyecto nació de la idea de construir un modelo pedagógico diferente, en el que se dé voz a los estudiantes y permita el diálogo con ellos. Esto hará, subrayó, que los alumnos no repitan formas estereotipadas de ver a la mujer que en muchos casos reproducen la televisión e internet.
El primer paso del proyecto “Mujeres inspiradoras” es analizar la vida y aportaciones de Ana Frank, Malala, Carolina María de Jesús, y María Peña, entre otras.
Más adelante la profesora y sus alumnos iniciaron una campaña en redes sociales co el objetivo de fomentar la dignificación y el respeto hacia las mujeres.
La última parte, consistió en una entrevista a alguien que consideraran una inspiración, la cual encontraron en sus propias familias, “la mayoría descubrió que ellas lucharon desde siempre, ya sea por trabajar desde la infancia o por sacar adelante a sus hijos tras ser abandonadas por su pareja”.
Con esta actividad, los adolescentes aprendieron a sentirse orgullosos de su origen y las progenitoras, además de acercarse a sus hijos, corroboraron ser un ejemplo a seguir. Además, las jóvenes tomaron conciencia de su potencial.
El Premio Iberoamericano de Educación en Derechos Humanos Óscar Arnulfo Romero, otorgado por la OEI y la Fundación SM, tiene como objetivo reconocer el trabajo de instituciones educativas que actúan de forma ejemplar en la defensa y promoción de los Derechos Humanos a través de la educación.
Vieira comentó que el premio es importante porque fomenta la educación en derechos humanos y representa una forma inspiradora de ver la educación. Señaló que el papel de los docentes es ser conscientes de que son actores con gran potencial en la transformación social y de cambio en la calidad de vida de niños, jóvenes, adolescentes y adultos.