Es necesario desarrollar una pedagogía de la pregunta. Siempre estamos escuchando una pedagogía de la respuesta. Los profesores contestan a preguntas que los alumnos no han hecho.
Paulo Freire
La Escuela y el Museo como instituciones de carácter educativo, han tenido una relación estrecha y compartida, que se ha ido transformando a lo largo del tiempo. La educación formal y el profesor habían tomado al museo y su acervo patrimonial como un “recurso didáctico” que lo apoya para presentar determinado contenido curricular a través de visitas a museos, a los que acude con su grupo para impartir su clase frente a los objetos expuestos en la sala; de esta forma la experiencia para los alumnos resulta, contemplativa, unidireccional y limitada. De igual manera, las visitas por tarea que hacen los alumnos con su familia, se centran en la copia de cedulas, pasan por las salas de exhibición sin ver siquiera los objetos y sin utilizar todos sus recursos museográficos y educativos que están ahí para todos. Entonces, lo que parece importante aquí para los profesores es cubrir los contenidos de la Curricula Escolar (desde preescolar hasta secundaría, además de los niveles medio y superior) principalmente en las áreas de Historia, Arqueología y Ciencia, y en ciertos casos el Arte cobra más veces una posición importante en las practicas escolares vinculadas con el museo.
Por ello, también los educadores en el museo, se centraron por mucho tiempo en cubrir los contenidos curriculares con sus acervos y ejercieron las funciones de transmisores de conocimientos o información que el museo quería difundir, tomando a los objetos y sus colecciones como apoyo de los contenidos que se querían transmitir. Ambos querían educar a los alumnos; sin embargo, hoy por hoy, se replantean estos conceptos, entonces ¿Cómo educa la escuela? y ¿cómo se aprende en el museo? se ponen en la mesa para actualizarlos; también se renueva el papel del museo, de sus colecciones; la relación que educadores y maestros necesitan tener y la posibilidad que asumen de ampliar los espectros de aprendizaje de los estudiantes, para poder generar experiencias diferentes, más participativas e interactivas entre los niños y jóvenes con las colecciones, en un contexto tan rico como es el museal.
Las nuevas propuestas han innovado las visitas guiadas cargadas de información sobre las piezas, (pieza Antropomorfa del Altiplano Central, perteneciente al Preclásico tardío…); así como los talleres que incluían modelos que reproducían alguna pieza o personaje histórico, que para los estudiantes solo implicaba aplicar detalles ya preconcebidos que limitan la expresión creativa de los alumnos. Así, los profesores y estudiantes contarían con herramientas metodológicas más lúdicas, interactivas, en donde lo subjetivo tiene cabida, así ya no recorrerían pasivos y expectantes las salas; distantes del museo, en recorridos extensos e incluso maratónicos por varios museos, agotando la experiencia significativa que el museo les puede dar, e incluso “vacunándolos contra él”.
Entonces ¿Cómo puede el museo enseñar y cómo se puede aprender el visitante en el museo?:
A través:
- De sus variadas y ricas colecciones.
- Del guion y la redacción de las cédulas de la exposición que elaboró el investigador.
- De los recursos museográficos colocados en la sala.
- De la transmisión de los contenidos que hace el educador del museo.
- A través del maestro que va con su grupo y coordina el recorrido por las salas de exhibición.
- A través de publicaciones de consulta externa en línea o físicamente.
¿Cómo podemos ayudar a los estudiantes a apropiarse del museo. Qué pasaría si dejamos de ver al museo solo como un recurso y vemos sus amplias posibilidades comunicativas?
Afortunadamente, estas preguntas y más ya las han generado diversos profesionales en museos en los últimos treinta años (años 80), en que la Educación en Museos a nivel mundial han hecho cambios conceptuales y en la práctica educativa, que se han dado nuevas propuestas entre maestros- alumnos y educadores para generar o propiciar aprendizajes realmente significativos y permitir que el estudiante construya su propio conocimiento durante la visita con la mediación de recursos museográficos y didácticos, educadores-maestros y las colecciones .
¿Qué recursos didácticos pueden utilizar alumnos y maestros durante su experiencia de visita en el museo?
En este sentido, es fundamental diferenciar y destacar el papel comunicativo de las colecciones, más allá de ser un recursos didáctico, así centrar la experiencia de los alumnos alrededor de los objetos; ayudarles a descubrir sus significados físicos, contextuales dialogando con ellos y apoyarse esos otros recursos didácticos que sirvan de mediadores, tal y como lo haría el investigador, haciéndose preguntas, indagando, planteando hipótesis, contrastando resultados, observando, reflexionando y en un dialogo constante con sus pares, con los educadores y maestros.
Estos pueden darles nuevas pautas de trabajo a profesores y alumnos durante su experiencia en el museo y así sumar esfuerzos para la generación de nuevos públicos, más participativos, cuestionadores, críticos e indagadores del patrimonio, que utilizan al museo como un recurso didáctico para ir más allá en la concepción de experiencias significativas que puedan transferirse en todos los espacios museísticos y escolares.
Ver a estos recursos didácticos en una función mediadora entre el contenido de aprendizaje y el estudiante, como punto de encuentro y detonante de saberes a través de la observación, comparación, análisis, el planteamiento de hipótesis y la reflexión con sus compañeros y con el profesor, para construir un aprendizaje mediado. Dentro de lo innovador de los recursos, se encuentran aquellos pertenecientes a la Era Digital, en donde la información esta accesible en diversos lugares y formatos. Aquí los procesos de apropiación de la cultura y la experiencia educativa toman un carácter más participativo y dinámico, así veremos integradas estas nuevas alternativas y recursos atractivos frente a aquellos tradicionales, la postura sería potenciar ambos en la Escuela para formar ciudadanos abiertos a explorar y aprender a través de diversos medios.
Sabemos que planear una visita de este tipo a cualquier museo, implica un esfuerzo adicional de profesores y educadores, pero, sabemos que vale la pena llevarla a cabo para lograr prácticas enriquecedoras en el museo, tener claro lo que queremos explorar, cómo lo haremos, con qué contamos y cuando lo haremos; nos ayuda a poner en la mesa: los contenidos, los procedimientos y los valores que queremos potenciar durante la experiencia de visita en el museo, considerar su memoria sensorial, su inteligencia creativa y el aprendizaje colaborativo, entre otros.
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