“El reto clave para México es desarrollar un sistema completo de la evaluación de las escuelas”, asegura de forma categórica la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE); un sistema que debe incluir evaluaciones externas a los centros escolares, se lee en Revisiones sobre la Evaluación en Educación, publicación del organismo internacional.
Si bien en los últimos años, los alumnos y los maestros mexicanos han sido evaluados de forma sistemática y constante, esto no sucede con los centros escolares, por lo que no se tienen datos con respecto al logro educativo de los alumnos y su relación con las condiciones de los centros escolares, uno de los principales retos del Sistema Educativo Nacional (SEN), establece la OCDE.
“La noción de la evaluación de las escuelas aún no está inmersa en los principios y prácticas de la educación en México. Por el contrario, parece que los intentos por introducir la evaluación en este contexto tuvieron que enfrentarse primero a fuertes sentimientos de aprensión e inquietud entre los docentes y directores de escuela. La evaluación e inspección se ha relacionado con negatividad y censura, no con la mejora”, señala la publicación.
Antes de 2014, en México no era posible determinar incluso el número de centros escolares que comprende el SEN, pero en abril de este año, la Secretaría de Educación Pública (SEP), y el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), dieron a conocer el Censo de Alumnos, Maestros y Escuelas.
El censo revela que en México existen 173 mil inmuebles educativos, de los cuales 48.4 por ciento no tiene drenaje, 31 por ciento funciona sin servicio de agua potable, 12.8 por ciento necesitan sanitarios, y 11.2 no tiene luz eléctrica.
“Es necesario contar con un sistema sostenido y significativo para la evaluación externa de las escuelas. Actualmente, el monitoreo externo de las escuelas lo realiza el sistema de supervisión establecido en los diferentes estados. Sin embargo, este sistema no constituye un enfoque auténtico de la evaluación externa de las escuelas”, asegura este informe.
Esto es resultado, según la OCDE, de que “los supervisores pueden o no tener una base educativa y pueden desempeñar una o más de las funciones, dependiendo de los arreglos educativos municipales y estatales, y algunas veces un arreglo hecho a niveles más locales”, abunda las Revisiones sobre la Evaluación en Educación.
No obstante, “hay oportunidades para que los estados hagan uso flexible e innovador de los recursos humanos existentes, incluyendo asesores técnico pedagógicos (ATP), jefes de enseñanza, supervisores, o jefes de sector de forma que puedan impulsar o transformar a las escuelas”, considera la OCDE.
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