Stefano Sartorello (INIDE-Ibero)[1]
Los días 12 y 13 de agosto del año en curso, se celebró en el Instituto de Investigaciones Antropológicas de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el II Seminario de Investigación “Universidades interculturales en México: balance de una década”. Así como el primero, que se había realizado en octubre de 2015, este encuentro académico fue convocado por el Colegio de Etnólogos y Antropólogos Sociales (CEAS), el Cuerpo Académico “Estudios Interculturales” de la Universidad Veracruzana (UV) y el Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural y la Interculturalidad (PUIC) de la UNAM.
El seminario se caracterizó por ser un espacio plural, polifónico y crítico, en el que participaron investigadores, docentes, estudiantes y egresados de diferentes instituciones educativas del país, entre las cuales: la Universidad Veracruzana Intercultural (UV-I), la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH), la Universidad Intercultural del Estado de Puebla (UIEP), la Universidad Intercultural Indígena de Michoacán (UIIM), la Universidad Intercultural del Estado de Tabasco (UIET), la Universidad Intercultural del Estado de México (UIEM), la UNAM, la Universidad Veracruzana, la Universidad Autónoma Chapingo (UACH), la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAM), la Escuela Nacional de Antropología e Historia (ENAH), la Universidad Autónoma de Querétaro (UAQ), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), la Universidad Iberoamericana (UIA) y el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO). Llamó la atención que, entre los participantes, no se registrara la presencia de ningún representante de la Coordinación General de Educación Intercultural Bilingüe (CGEIB) de la Secretaría de Educación Pública (SEP), lo que probablemente se debió a los recientes rumores acerca de la inminente renuncia del titular de esta dependencia, el Dr. Fernando Salmerón, quien sí había participado con su escucha activa y aportaciones propositivas en el primer seminario, abriéndose a un interesante y franco diálogo con quienes participamos en aquella primera reunión.
Durante dos jornadas intensas de trabajo, se analizó la situación actual y las perspectivas a futuro de las Universidades Interculturales (UI) en México. Se presentaron avances y resultados de un amplio espectro de investigaciones pedagógicas, antropológicas, sociológicas, lingüísticas, económico-administrativas, ecológicas y politológicas. En las más de veinte ponencias presentadas, se abordaron las siguientes temáticas: a) gestión académica de las UI de México en relación a la CGEIB-SEP y a los gobiernos estatales; b) ingreso a la universidad intercultural y relación con los niveles educativos anteriores; c) oferta educativa, programas de estudios, planes curriculares y evaluación; d) estrategias áulicas y no-áulicas de enseñanza-aprendizaje y trayectorias académicas de los estudiantes; e) diversidad expresiva y lingüística en las universidades interculturales; f) vinculaciones comunitarias y procesos de profesionalización de egresados de las universidades interculturales.
En este escrito no se pretende resumir los hallazgos presentados en las ponencias arriba señaladas; la mayoría se publicará en libros y revistas especializadas. Lo que me parece importante más bien, es explicar brevemente las características fundamentales de un subsistema universitario intercultural que lleva más de diez años de vida, como marco general en el que se inscribe la declaración que emitió la asamblea plenaria del Seminario, intitulado “Balance y perspectivas de la investigación en / desde / sobre las universidades interculturales en México”, que representa un insumo fundamental que la sociedad mexicana y las autoridades educativas necesitan conocer para generar las sinergias necesarias e incidir en la formulación de nuevas políticas educativas sobre un tema de gran actualidad como es la educación superior con enfoque intercultural en México.
Estas instituciones de educación superior fueron creadas en el año de 2002 por iniciativa de la CGEIB-SEP, en ese entonces a cargo de la Mtra. Sylvia Schmelkes (actual Consejera Presidente del Instituto Nacional de Evaluación Educativa – INEE). Su creación se enmarca en las acciones desarrolladas como parte del Programa Nacional de Educación (2001-2006) para ampliar la cobertura de la educación superior hacia las regiones indígenas del país; en este sentido, forma parte de una estrategia integral que se sustenta en la implementación de programas compensatorios y de acción afirmativa dirigidos a mejorar el acceso y la atención de los jóvenes indígenas al nivel educativo superior. Entre éstos, el Programa Nacional de Becas para la Educación Superior (Pronabes) y el Programa de Atención a Estudiantes Indígenas (PAEIIES) de la ANUIES.
Las UI fueron concebidas como un tipo de institución destinada a formar jóvenes provenientes de manera preferente, aunque no exclusivamente, de regiones indígenas y de sectores marginados del país que, históricamente, no habían tenido acceso a la educación superior. Para facilitar el acceso y eliminar las barreras académicas que suelen impedir que los jóvenes indígenas accedan a las universidades convencionales, desde la CCEIB-SEP se decidió que sus estudiantes no fueran seleccionados por criterios de mérito académico, lo que ha sido considerado como una muestra del paternalismo que caracterizaría el proyecto intercultural oficial en México (Observatorio Ciudadano de la Educación, 2004).
A estos jóvenes, las UI ofrecerían una formación universitaria social y culturalmente pertinente en instituciones públicas ubicadas en zonas cercanas a sus regiones de origen. En este sentido, la misión asignada a las UI fue la de formar a profesionales e intelectuales comprometidos con sus regiones, a través de una oferta educativa que, teóricamente, se desarrollaría desde las necesidades y potencialidades de las regiones en las que se ubican, con la cual estas universidades deberían de establecer una relación cercana y de mutua colaboración a través de intensos procesos de vinculación comunitaria. Lo anterior ha sido cuestionado por ciertos autores (Sandoval y Guerra, 2007; Bello Domínguez, 2011, entre otros), quienes han señalado que la oferta educativa de las UI ha sido definida desde arriba sin una real participación de los integrantes de los pueblos indígenas y sus representantes, quienes también han sido excluidos de los procesos de diseño y gestión de estas universidades.
Las carreras que se ofertan en las UI pueden agruparse entre las siguientes áreas del conocimiento: Lengua y Cultura; Comunicación Intercultural; Desarrollo Sustentable; Turismo Alternativo; Arte y Diseño; Gestión Comunitaria; Medicina, Salud o Enfermería Intercultural; Derecho Intercultural.
En la actualidad existen diez UI distribuidas respectivamente en el Estado de México (UIEM, creada en 2003), Chiapas (UNICH, en 2004), Veracruz (UV-I, en 2005), Tabasco (UIET, en 2006), Puebla (UIEP, en 2006), Quintana Roo (UIIMQROO, en 2006), Guerrero (UIEG, en 2006), Michoacán (UIIM, en 2006), Hidalgo (UIEH, en 2011), San Luís Potosí (UISLP, en 2011). A éstas hay que añadir la Universidad Autónoma Indígena de México (UAIM) en Sinaloa, que había sido fundada independientemente de la CGEIB-SEP en el año de 2001 pero que, actualmente, se considera parte de este subsistema. No es de menor importancia recordar el caso de la Universidad Veracruzana Intercultural (UV-I), la única entre las UI que surgió como un programa educativo con enfoque intercultural al interior de una universidad convencional como es la Universidad Veracruzana (UV)[2].
Según los datos reportados por la Dirección de Educación Media Superior y Superior de la CGEIB-SEP, la matrícula total de las UI en el ciclo escolar 2015-2016 fue de 14,007 estudiantes, de los cuales 7,551 (54%) son mujeres y 6,456 (46%) son hombres.[3]
Como se señala en el Modelo Educativo de las UI (Casillas y Santini, 2006), la adopción del enfoque intercultural por parte de estas instituciones, tendría la finalidad de mejorar la pertinencia y relevancia sociocultural de los procesos educativos que en ellas se desarrollan. De esta manera se esperaría, por un lado, superar los enfoques educativos asimilacionistas e integracionistas que caracterizaron las políticas educativas históricamente implementadas hacia las poblaciones indígenas en México (Bertely 1998) y, por el otro, favorecer el establecimiento de un diálogo intercultural que contribuiría “a librar barreras de comunicación entre el conocimiento práctico y místico acumulado en la sabiduría indígena y el conocimiento científico generado en las universidades convencionales” (Casillas y Santini, 2006: 35).
Sobre las universidades interculturales existen interesantes estudios[4] que, en su conjunto representan el actual estado del arte de un sub-campo de estudios de creciente importancia al interior del campo general de la educación superior en México.
Ahora bien, luego de presentar este breve cuadro general que, como señalé al principio, únicamente tuvo la intención de contextualizar a los lectores no familiarizados con las UI, a continuación presento el texto integral de la declaración que emitió la asamblea plenaria del II Seminario de Investigación “Universidades interculturales en México: balance de una década”. En ella, cuyo texto se cita en la versión original, se realizan importantes planteamientos con relación a la situación actual y al futuro de la educación superior con enfoque intercultural en México. Se declara:
1) El reconocimiento, a más de diez años de creación de las UI del país, de su importancia en la lucha histórica por la descolonización de las relaciones entre los pueblos originarios y el Estado-nación mexicano; así como la atención y cumplimiento a una demanda histórica por una educación superior de calidad y a la legislación vigente.
2) El fortalecimiento de una educación superior intercultural que conjugue la ampliación de la cobertura educativa hacia colectivos históricamente excluidos (como un derecho humano de acceso a la educación) y la oferta pertinente de opciones de profesionalización cultural y lingüística (como derecho colectivo a una educación propia y pertinente).
3) La atención a una general y profunda preocupación por la falta de autonomía universitaria que padecen las UI que han sido creadas al amparo de decretos firmados por la SEP y los gobiernos de los estados; pues se ha excluido la participación activa de actores académicos, estudiantes, pueblos originarios y sociedad civil. A más de diez años de creación de las UI el impacto estructural que están teniendo estos decretos evidencia cada vez más un retroceso, a diferencia de UI creadas bajo el amparo de la autonomía universitaria, como en el caso de la UVI. Las UI emanadas de los mencionados decretos padecen de continuas injerencias de sus respectivos gobiernos estatales en asuntos estrictamente académicos, de la opacidad en la toma de decisiones que quedan en manos de consejos directivos que no conocen el modelo ni la cotidianidad de las universidades, de constantes cambios de rectores (cuyos perfiles profesionales a menudo distan de un mínimo conocimiento y/o experiencia con el enfoque intercultural), pautas de evaluación institucional descontextualizadas y no adaptadas a las UI así como la discrecionalidad en la toma de decisiones que genera gran inestabilidad laboral y la consecuente rotación de docentes expertos/as y capaces, que acaban refugiándose en otras universidades que les aseguran la mínima libertad de cátedra, necesaria para ejercer con calidad y compromiso las funciones sustantivas de docencia, investigación y vinculación.
4) Destacamos como solución al problema estructural, con fundamento en el análisis del desarrollo de la UI y a la discusión sobre el estado actual del cumplimiento de los objetivos del proyecto intercultural, la necesidad histórica de atender la situación jurídica de las mismas asegurándoles, por un lado:
- La autonomía necesaria para que sean el personal académico, las y los estudiantes, los pueblos originarios y sus organizaciones quienes lleven a cabo la elección de sus autoridades, de autogestión universitaria, de docencia, investigación y de vinculación, pertinente al ámbito comunitario.
- La participación activa y permanente de las comunidades indígenas y las organizaciones sociales regionales en los consejos consultivos, patronatos, asambleas u órganos universitarios que tanto comunidad y universidad decidan erigir.
- El cumplimiento constitucional del derecho a la consulta previa, libre e informada a los pueblos indígenas, plasmada en la legislación nacional e internacional, para todo aquello que afecte sus formas de organizarse, usar su territorio, vivir y pensarse, particularmente sobre la educación que les es más pertinente mantener o modificar; por ejemplo los programas educativos y los métodos de vinculación comunitaria ejercida por autoridades, docentes, estudiantes y egresadas/os de las UI.
5) Hacemos un llamado respetuoso a todas las instituciones de educación superior (IES) del país para que desarrollen y profundicen un mayor intercambio de experiencias entre UI y las universidades “convencionales”, dado que los retos actuales de la educación en México nos convoca a reconocernos en la diversidad cultural y promoción de los derechos a una educación pública digna y de calidad que materialice la justicia hacia los pueblos originarios y hacia todas y todos aquellos que lo demandan.
6) Tal como lo estipulan los tratados internacionales, como el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo y la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (artículos 8 y 11-16), ratificados por México, y en el marco jurídico nacional, como la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos (artículos 2° y 3°), la Ley General de Educación (artículo 7°, Fracción IV) y la Ley General de Derechos Lingüísticos de los Pueblos Indígenas (artículo 11, entre otros), el impedimento o privación del derecho a la educación pública afectan no sólo a las UI, sino a todas las IES. Por lo que UI y universidades convencionales pueden y deben aprender mutuamente de sus experiencias pioneras de interculturalización educativa.
7) Por último, ante la situación “acéfala” y de parálisis estructural en la que se encuentra últimamente la CGEIB-SEP como instancia federal, coordinadora y promotora de la política transversal de educación intercultural en México, expresamos por una parte nuestro reconocimiento a la labor realizada por la CGEIB desde 2001, no solamente en la educación superior intercultural, sino también en los diversos ámbitos de la incorporación del enfoque intercultural bilingüe en el Sistema Educativo Nacional en su conjunto. Así mismo reconocemos en los dos anteriores coordinadores (Sylvia Schmelkes y Fernando Salmerón) a expertos que hicieron posible la institucionalización de la educación intercultural en México.
Por otra parte, nos preocupa la situación actual y estructural de este órgano de coordinación así como de quien dé continuidad al proyecto intercultural. Confiamos en que las limitaciones que observamos en cuanto a los mencionados decretos, a la deficiente cobertura financiera, a las trabas burocráticas y al persistente centralismo educativo serán resueltas por el/la nuevo/a coordinador/a general. Abogamos porque la designación del nuevo/a coordinador/a general recaiga en una personalidad de calidad académica y profundo conocimiento de la educación intercultural, como lo fueron las dos personas que anteriormente coordinaron la CGEIB, e invitamos a que esta instancia dialogue con las/os académicas/os de las UI y de las demás IES dedicadas a proporcionar una educación de calidad y comprometidas con la justicia social, la equidad y la descolonización de la sociedad mexicana en su conjunto.
A diez años de su creación, las UI enfrentan en la actualidad importantes retos y desafíos que marcarán la dirección hacia la cual se consolidará o menos el proyecto intercultural oficial para el nivel superior en México. Hoy más que nunca adquieren relevancia las reflexiones críticas que, desde un principio, se realizaron hacia un subsistema que surgió durante la administración del presidente Vicente Fox (2000-2006), poco después de que el gobierno federal rechazara integrar los Acuerdos de San Andrés en la Ley Indígena de 2011.
En este sentido, pareciera tomar cada día más sentido la idea de que la verdadera función de estas universidades es la de “formar nuevos profesionistas indígenas mediante instituciones controladas desde arriba (…) como parte de una agenda hegemónica (Tortosa, 2005) o de un afán neoindigenista (Llanes Ortiz, 2004, 2008; Dimas Huacuz, 2006)” (Mateos y Dietz, 2013: 353). Como destacan Hernández, Paz y Sierra (2004), el proyecto neoindigenista implementado por el gobierno neoliberal en el poder, “requiere de nuevos cuadros universitarios que sirvan de enlace para el Estado-nación en su política neoliberal de gobierno a distancia. El nuevo indio permitido (Hale, 2006) ha de ser ahora un universitario con capacidades autogestivas de bajar recursos y autoemplearse frente a un Estado cada vez más distante y ausente” (Mateos y Dietz, 2013: 354).
Ante las tensiones sociales y políticas que caracterizan el panorama educativo actual y la urgente necesidad de llegar a un debate abierto, plural y participativo sobre el rumbo que tomará la educación pública en nuestro país, el caso de las UI pareciera una pequeña gota perdida en el océano; sin embargo, el futuro de la educación en México pasa también por una reforma de las UI que considere las opiniones y planteamientos de quienes, desde posturas polifónicas y críticas, seguimos creyendo en la pertinencia y relevancia del proyecto intercultural para el nivel superior.
Referencias
Bello Domínguez, Juan (2011). “Educación superior y pueblos indios en México”. Ponencia en el XI Congreso Nacional de Investigación Educativa, COMIE, México.
Bertely Busquets, María (1998). “Educación indígena del siglo XX en México”, en Latapí Sarre, Pablo (coord.). Un siglo de educación en México, Vol. II, México: Fondo de Cultura Económica, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, pp.140-172.
Bertely Busquets, María, Gunther Dietz y María Guadalupe Díaz Tepepa (Coords.). Multiculturalismo y educación 2002-2011. México: COMIE- ANUIES, Colección Estados del Conocimiento.
Casillas Muños, Lourdes y Laura Santini Villar (2006). Universidades Interculturales: modelo educativo. México: CGEIB-SEP.
Dimas Huacruz, Bertha (2006). “¿La interculturalidad de papel? Apuntes sobre la idea de Universidad Indígena”, en Futuros. Revista Trimestral Latinoamericana y Caribeña de Desarrollo Sustentable, año 4, núm.14.
Hale, Charles (2006). Más que un Indio (More Than An Indian): Racial Ambivalence And The Paradox Of Neoliberal Multiculturalism in Guatemala, Santa Fe New Mexico: School of American Research Press.
Hernández, Rosalba Aída, Sarela Paz y María Teresa Sierra (2004). “Introducción”, en Hernández R.A., Paz S. y Sierra M.T. (eds.). El Estado y los indígenas en tiempos del PAN: neoindigenismo, legalidad e identidad. México: CIESAS, Miguel Ángel Porrúa, pp. 7-25.
Llanes Ortiz, Genner de Jesús (2004). “La interculturalidad y sus retos políticos y epistemológicos: reflexiones desde la experiencia de un antropólogo maya yucateco”, en Aquí Estamos, Revista de ex becarios indígenas del IFP-México, vol.1, núm. 1, pp.13-22
Llanes Ortiz, Genner de Jesús (2008). “Interculturalización fallida: desarrollismo, neoindigenismo y Universidad Intercultural en Yucatán, México”, en TRACE, núm. 53, pp.49-63.
Mateos Cortés, Laura Selene y Gunther Dietz (2013). “Universidades Interculturales en México”, en Bertely Busquets, María, Gunther Dietz y María Guadalupe Díaz Tepepa (Coords.). Multiculturalismo y educación 2002-2011. México: COMIE- ANUIES, Colección Estados del Conocimiento, pp.349-381.
Observatorio Ciudadano de la Educación (2004). Universidades Interculturales. México: Observatorio Ciudadano de la Educación.
Revista Mexicana de Investigación Educativa, núm.70 (enero-marzo), “Universidades Interculturales en México: balance crítico de la primera década”, Volumen XXI, México: COMIE.
Sandoval Forero, Eduardo Andrés y Ernesto Guerra García (2007). “La Interculturalidad en la educación superior en México”, en Ra Ximhai, vol.3, núm. 2, pp.273-288.
Tortosa, José María (2005). “La agenda hegemónica, amenaza a la universidad intercultural”. Ponencia en el III Simposio del grupo URELVA (Red de Universidades Regionales Latinoamericanas en Valladolid): Interculturalizar la convergencia universitaria: Valladolid: URELVA.
[1] Investigador responsable del área de Interculturalidad del Instituto para la Investigación y Desarrollo de la Educación (INIDE) de la Universidad Iberoamericana de la Ciudad de México. Doctor en Educación por la Ibero, entre 2004 y 2007 fue asesor de la CGEIB-SEP durante el proceso de creación e implementación del modelo educativo de las Universidades Interculturales. De 2010 a 2013 ha sido Profesor de Tiempo Completo en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH). Sobre el tema de las Universidades Interculturales en México cuenta con diversas publicaciones, entre las cuales:
– “Convivencia y conflicto intercultural: Jóvenes universitarios indígenas y mestizos en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH)”, en Revista Mexicana de Investigación Educativa, núm.70 (enero-marzo 2016), volumen XXI, México: COMIE, pp. 719-757.
– “Más allá de cifras y porcentajes: la inclusión educativa de lo(s) indígena(s) en la Universidad Intercultural de Chiapas (UNICH)”, en Pueblos Indígenas y Educación, núm.63, 2013, Quito-Ecuador: Ediciones Abya-Yala, pp.181-204.
– Voces y visiones juveniles en torno a diversidad, diálogo y conflicto intercultural en la UNICH. México: Editorial Fray Bartolomé de Las Casas A.C – UNICH – Innovación y Apoyo Educativo A.C. – FONDEIB – Ajuntament de Barcelona – UNESCOCAT (2013).
[2] No es de menor importancia señalar que en México existen otras universidades con enfoque intercultural que no forman parte de las UI de la CGEIB-SEP, como son el Instituto Superior Intercultural Ayuuk (ISIA, fundado en el año de 2005 en la comunidad mixe de Jaltepec de Candayoc (Oaxaca), por iniciativa de Servicios del Pueblos Mixe AC en colaboración con el Sistema Universitario Jesuita (SUJ), la Universidad Intercultural de los Pueblos del Sur (UNISUR, en Guerrero), la Universidad Campesina e Indígena en Red (UCI-Red, que opera en varios estados) y la Universidad de la Tierra (en Chiapas y Oaxaca).
[3] En http://eib.sep.gob.mx/diversidad/wp-content/uploads/2016/06/Matricula-total-15-16-Octubre-2015.pdf, consulta del 28/08/2016
[4] Véanse los trabajos reportados por Laura Selene Mateos Cortés y Gunther Dietz (2013) y el número 70 de la Revista Mexicana de Investigación Educativa.