Adrián de Garay
Sin ofrecer el más mínimo diagnóstico de la problemática de atención a la demanda en la Ciudad de México, la jefa de gobierno Claudia Sheinbaum ha anunciado la creación del Instituto de Estudios Superiores de la CDMX “Rosario Castellanos”, con el cual se busca incrementar la oferta universitaria en la capital del país en hasta 4 mil espacios durante 2019.
¿El gobierno de la CDMX tiene información precisa del tamaño de la demanda no satisfecha en la Zona Metropolitana de la Ciudad de México? Sabemos que la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), la Universidad Autónoma de la Ciudad de México (UACM), el Instituto Politécnico Nacional (IPN), y la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), no reciben, en promedio, al 75% de sus aspirantes; pero no existe información gubernamental que permita despejar cuántos de esos aspirantes no admitidos intentaron o ingresaron a una de ellas porque repiten sus solicitudes.
¿No era más factible acordar con la UNAM, el IPN, la UACM, la UAM o incluso con la Universidad Pedagógica Nacional (UPN) para comprometerlas para aumentar su cobertura? Si pensamos en esas cinco instituciones, para atender a 4 mil más aspirantes en la Ciudad de México este año implicaría que cada una de ellas aumentara su cobertura anual en 800 estudiantes. Lo cual es totalmente factible, y sin necesitar, me atrevo a decir, una inversión financiera adicional.
Si estamos en la austeridad republicana, ¿qué sale más barato?, ¿Negociar con esas grandes instituciones que cuentan con las instalaciones, programas, personal académico altamente calificado, un amplio programa de difusión de la cultura, entre otras cosas, o crear otra institución comandada por el gobierno de la Ciudad de México?
Es más, no se necesita ese dinero para que aumenten su matrícula en 800 estudiantes este año que distribuidos en decenas de carreras “no pintan” como para generar un problema de atención educativa, porque adicionalmente la oferta de estudios que se impartirá en ese instituto no es muy distinta a lo que ya existe en las instituciones mencionadas. Y ¿no es posible pensar que para los próximos años es mejor crear nuevos planteles de las instituciones ya existentes y con experiencia educativa?, A quién consulta la Dra. Sheinbaum para implementar sus políticas educativas hacia la educación superior?
Y como el nuevo Instituto no ha sido, ni creo que será, sometido a la aprobación del Congreso de Diputados de la CDMX, la jefa de gobierno afirmó que el título profesional a sus egresados sería emitido por la UNAM, el IPN o la UAM. Para ello, de acuerdo a la legislación federal vigente, el Instituto deberá de cumplir una serie de requisitos que aún no tiene. Además, en el caso de la UAM eso es imposible porque esta institución no puede, por ley, otorgar títulos a egresados de otras instituciones, ni doble titulación, asunto que debería de saberlo.
Al igual que en el caso de la UACM, la jefa de gobierno ha afirmado que la educación será gratuita y no existirá examen de admisión. Pero a diferencia de la UACM, no hizo ningún señalamiento de los criterios de selección que usarían si la demanda, lo que es muy factible, rebase la oferta. Cuestión que la UACM, como se sabe, resuelve con un sorteo. ¿Los becará para irse a una universidad privada de bajo costo a los que no puedan ingresar por cupo, como se plasmó en el “Proyecto de Nación 2018-2024” de Morena, encabezado por Alfonso Romo, Jefe de la Oficina de la Presidencia y dueño de una universidad privada en Monterrey?
Si el gobierno federal está impulsando la creación de sus 100 universidades Benito Juárez, ¿Por qué no dicen que serán 101 y crean otra en la Ciudad de México?, ¿Claudia Sheinbaum quiere competir con Raquel Sosa, responsable de las 100?, O como lo han señalado varios editorialistas, la jefa de gobierno parece más regente de la Ciudad obedeciendo órdenes del Presidente que ser plenamente independiente del gobierno federal.
El actual gobierno federal y el de la Ciudad de México están acuñando una nueva clasificación de instituciones de educación superior en México. De las instituciones “patito” con la que nos hemos referido los investigadores para hablar de la universidades privadas de mala calidad, ahora tendremos universidades “gansito”, para hablar de las universidades e instituciones creadas por la 4T, donde lo único que importa es aumentar la matrícula y crear instituciones como “enseñaderos” y sin proyecto académico.
Y mientras eso sucede la ANUIES callada, más preocupada por pagar sus salarios a su nómina dorada y a sus trabajadores, pidiendo préstamos bancarios, pero este es otro tema.