Etien Daniel Fass Alonso*
Recién se ha corrido el rumor de que la Educación Artística (erróneamente definida como “Artes” en los planes y programas de la SEP) tendría 1 hora menos a la semana para el nivel secundaria en el ciclo escolar 2021-2022, con el fin de dárselo a la nueva materia “vida saludable”.
Si bien, lo normal sería esperar a el anuncio oficial, es importante difundir lo que puede evitarse si las voces se unen para evitarlo al crear una reflexión colectiva que llegue a esos funcionarios públicos federales, por ello, hay que actuar, pues no sería extraño que fuera una realidad adelantada y no tanto un secreto a voces.
La pandemia nos ha mostrado el lado más duro de la vida en tan poco tiempo, y a pesar de ello, las manifestaciones artísticas están ahí para equilibrar anímica y psicológicamente al mundo. Las artes son la tinta de la historia de la humanidad.
La BBC News publicó hace un par de días un artículo sustancial sobre la “flexibilidad COGNITIVA” como llave para el aprendizaje creativo y para entender el valor de las artes en todo proceso educativo formal e informal a través de la imaginación creadora; y he puesto “cognitiva” en mayúsculas para resaltar que, el encasillar a las artes en una sola área: “desarrollo personal y social”, es reducir a una simple experiencia estética (que según Mandoki, es un pleonasmo u oxímoron) e invalida el potencial de la Educación Artística dentro de todo el currículo de forma transversal e integradora, transformada y transformadora para un planeta más empático, más fraterno y más humano. Y sí, también en lo académico. ¿Qué acaso la ciencia no es artística y viceversa?
Y he dicho antes, a manera de eco de grandes personas: las artes son la herramienta más poderosa de transformación social que la humanidad conoce.
Ahora reflexionemos ¿qué efecto tendría la aplicación de este poder en el Sistema Educativo Nacional, si se ejecutara cabalmente acorde a las necesidades educativas en el México del siglo XXI y que subyace y palpita en todo infante y cada joven? Sorprendentemente, parece que nada de esto es suficiente para lograr un giro de tuerca en la forma de pensar de quienes son responsables del currículo nacional.
Sin duda, desde la formación del maestro o de la sociedad general, hemos venido arrastrando muchos mitos y fetiches en torno al por qué y para qué de las artes en la escuela. Asimismo, no basta agregar horas, sino un cambio de pensar a fondo.
No es gratuito que los países con mayor Índice de Desarrollo Humano (IDH) posean en sus políticas públicas a la Educación Artística como eje fundamental de sus programas educativos oficiales de manera integradora con todas las áreas del desarrollo no solo lo afectivo y social. ¿Qué pasa con México? ¿Por qué no termina de cuajar una política educativa acorde a los principios constitucionales de humanismo, equidad, excelencia e integralidad que exige la Nueva Escuela Mexicana y quienes no encuentran una mejor abanderada que la Educación Artística para la educación general? Algo nos está faltando, y es crítico.
Confiamos en la nueva titular de la SEP para abrazar en su sensibilidad y escuchar a sus más de 54,000 maestros de artes en una necesaria revolución educativa que considere a las artes como piedra angular de todo el proceso formativo humano y en la que sea ejecutada por todos los actores educativos del país.
Todo esto, de la mano de sus docentes; en especial, de las organizaciones inéditas y de gran valor como la Asociación Mexicana de Docentes de Artes, A.C., que busca precisamente esta revalorización y dignificación de la Educación Artística en la SEP y en la vida de todo mexicano.
Por ello, en el albor de los primeros cien años de la institución más importante para el desarrollo integral de cualquier nación, esto sería (sin duda) un gran logro histórico no solo para el sistema educativo sino para nuestras culturas, para nuestra humanidad.
Esperamos que el rumor de mutilar a la ya manca Educación Artística, sea solo eso: un murmullo y nada más. Aun así…una hora más, una hora menos, ¡basta ya!
Que suene fuerte y claro: la Educación Artística no es una papa caliente, sino es un camino único para lograr formar sociedades creativas, escuelas más fuertes con un pensamiento crítico y una persona resiliente.
¡La ruptura de paradigmas para la educación hacia un mundo mejor, es ahora!
*Docente, consultor y especialista en educación musical y políticas públicas educativas y culturales