Dra. Gloria Esther Trigos Reynoso*
Un día como hoy, hace 37 años, tuve la dicha de ingresar a trabajar en la Universidad Autónoma de Tamaulipas. Era un sueño que se cristalizaba. Era un compromiso que contraía conscientemente, debido a que yo lo anhelaba y por ello, busqué la oportunidad para lograrlo. Hubo que esperar un tiempo, pero ese momento, al fin llegó.
Un aprendizaje básico derivado de esta experiencia fue: si lo que tú anhelas es para ti, sólo debes hacer lo que humanamente te corresponde y dejar el resto, a la voluntad de Dios.
Desde luego que ya antes había escuchado de mis padres, esta expresión. La diferencia es que yo la viví directamente y por ello, adquirió un significado muy importante para mí, mismo que me ha acompañado todo este tiempo.
Bien… A ese sueño se han sucedido otros más.
Cada año que cumplo en mi trabajo, procuro renovar mi compromiso con él, de acuerdo a las actividades que tenga en ese momento, bajo mi responsabilidad. Si bien éstas han variado con el paso de los años, nunca me di el lujo de prestarle menos atención a una que a otra, siempre me obligaba a saber más sobre las nuevas funciones: Inicié en el área académica de la Dirección General de Planeación y Desarrollo, continué como Encargada del Despacho de los Asuntos de la entonces Subsecretaría Académica, quedando como Coordinadora General una vez que se designó Titular de la misma, al tiempo que combinaba estas funciones administrativas con el ejercicio de la docencia y realizaba mis estudios de especialidad y maestría; posteriormente, como Coordinadora General de la Subsecretaría Administrativa atendiendo algunos programas becarios federales, que fueron la inspiración para mis estudios de doctorado. Esta función la ejercí por doce años agregándose en los últimos dos años de ese periodo, la titularidad de la Dirección de Bibliotecas; actualmente, me desempeño en la Dirección de Sistemas Administrativos, específicamente, en el área de análisis de información en torno a los estudiantes.
Este recorrido se ha visto matizado por diferentes experiencias que me han permitido constatar que todas las actividades se entretejen sutilmente, que no hay fronteras reales en su atención y desarrollo. Puedo ver claramente que todos necesitamos de todos para que esto funcione bien. Que sólo por cuestiones de orden, existe una estructura organizacional que respetar; no obstante, si toda ella es para atender las funciones sustantivas y adjetivas de la universidad y todos formamos parte de ella, entonces debemos unir nuestras capacidades para lograrlo, o… ¿acaso desconocemos nuestras capacidades y por ello no nos comprometemos a desarrollarlas en beneficio de la Institución en la que laboramos?, ¿nos resulta más cómodo así?, ¿comoquiera salen las cosas?
Recuerdo que en alguna ocasión una persona me comentaba que la Universidad era como una mesa que debe tener sus bases bien firmes para que haya equilibrio, de otra forma estaría tambaleante. A ese comentario yo agregué que, tan importante era eso como que todos los que laboramos en ella marcháramos en pos de un gran objetivo como el de engrandecer el prestigio de la Institución a través del aprovechamiento de las capacidades de su personal y de vigilar la formación de las siguientes generaciones, función que se concreta en acompañar, y acompañar bien, a nuestros estudiantes. Me dijeron que era un sueño.
Bueno… ante esta situación pensé que si eso no era posible de lograr, al menos lo que yo podía hacer desde el espacio institucional que ocupo, es socializar los resultados de mis sencillos análisis en torno a poblaciones de becarios (que es lo que tengo a mi alcance) con el propósito de llegar a definir una metodología que nos permita enfocar cualitativamente a uno de los actores principales del proceso de enseñanza aprendizaje: el alumno. Para crear con ello, un efecto mariposa: alimentar la labor del propio docente, del investigador, del administrativo, del funcionario y de todos los que participamos directa o indirectamente en su formación.
Así que he estado compartiendo algunos de mis estudios de los cuales todavía hay mucho qué decir, puesto que la diversidad está plenamente reconocida y hay que abordarla paso a paso.
En este tenor, me satisface altamente comentar que hace aproximadamente 14 años propuse la creación de la Dirección de Becas, con la finalidad de concentrar los diversos tipos de becas ofrecidas por la propia institución e instancias externas a la misma, ya que veía con preocupación la dispersión que existía de estos apoyos, lo cual genera desconocimiento por parte de la comunidad universitaria reduciendo dramáticamente sus beneficios y propicia una falta de vinculación de los procesos administrativos. Y, este año…se ha creado dicha Dirección. En ese tiempo fue calificado como un sueño. Hoy… es una realidad.
Como he seguido en la misma línea de conocer y atender a nuestros alumnos, he visualizado desde hace ya varios años la conveniencia de contar con un Centro cuyo objetivo sea el dar seguimiento a los estudiantes desde que son aspirantes a ingresar hasta su egreso de la Universidad, su inserción y trayectoria laboral.
Sueño con un Observatorio del Estudiante cuya función sea desarrollar, con un enfoque integrador y sistémico, el análisis puntual de las transiciones propias del recorrido escolar y egreso de los alumnos de la UAT, identificadas oportunamente en el proceso de su formación profesional para mejorar sustancialmente, tanto la calidad del proceso de enseñanza aprendizaje como el desempeño laboral de los egresados y, en consecuencia, incrementar significativamente los indicadores de desempeño institucional.
Sus objetivos, entre otros, podrían ser: Integrar un Grupo de Investigación sobre las Transiciones Académicas y Laborales como plataforma para el desarrollo educativo institucional; fortalecer el mejoramiento del proceso enseñanza aprendizaje de nuestros estudiantes y su desempeño laboral, a través de la retroalimentación al modelo académico, como resultado del análisis permanente del comportamiento de cada una de las generaciones de alumnos; elaborar programas de intervención educativa específicos y aplicados en tiempo real, en torno a las problemáticas detectadas en el desarrollo de los proyectos de investigación centrados en el conocimiento de nuestro alumno, que den respuesta a preguntas fundamentales de su desarrollo humano y profesional.
Esta iniciativa se puede ver fortalecida con la incorporación de profesionales de diferentes áreas del conocimiento, próximos a jubilarse, que estén interesados en trascender la actividad docente y/o administrativa en aras de mejorar los procesos que nos acerquen a conocer realmente el perfil de nuestros alumnos y potenciar su desarrollo personal y social, lo que contribuirá a mejorar y consolidar el prestigio institucional.
Esta acción permitirá, de manera adicional, preparar al personal que se incorpore, a identificar nuevos intereses, desarrollar nuevas habilidades y emprender nuevas tareas en el uso creativo de su tiempo libre y, con ello, conservar una calidad de vida adecuada a su situación cambiante.
Ahora… esto que comento sólo es un sueño. Sin embargo, confío en que un día no muy lejano y por el bien de nuestras futuras generaciones, también llegue a ser una realidad.
Como dice Ken Robinson (2009) en su libro El elemento o Descubrir tu pasión, lo cambia todo: “Encontrar el Elemento es imprescindible para el bienestar y el éxito a largo plazo y, por consiguiente, para la solidez de nuestras instituciones y la efectividad de nuestros sistemas educativos”.
Creo que estamos en el tiempo en que debemos luchar por descubrir esa pasión en nuestra vida y una vez, descubierta… cultivarla, desarrollarla, dedicarnos a ella para hacer el bien a los demás, al sentirnos bien con nosotros mismos.
Creo también, y puedo decirlo con satisfacción, que gracias a Dios percibo que estoy muy cerca de descubrir mi elemento (si es que no lo he descubierto aún) y me siento feliz por ello.
Gracias a todos ustedes por ser parte de este proceso y por ello, ser parte de mi vida.
*Dirección de Sistemas Administrativos
Universidad Autónoma de Tamaulipas
gtrigos@uat.edu.mx