Quiero utilizar, en esta ocasión, este espacio para compartirles un relato doloroso y un texto que obliga a mirar y a sentir lo que ya no queremos ver ni sentir que me compartió mi querido amigo, Antonio Cervantes.
El miércoles 17 de febrero, unos sujetos entraron a la casa de Elena Mireles de 42 años en Toluca a robar y terminaron matándola a ella, a su hermana y a su madre. Aquí el texto que escribió y circuló en redes sociales Antonio la madrugada del día siguiente.
Hoy la tragedia me ha tocado cerca. A una cuadra de la casa en la que crecí, en la colonia Américas, en Toluca, Estado de México. Hoy dejó de existir Elenita, una niña hermosa que fue mi compañera en la Secundaria 7. Siempre sonreía.
Siempre. A veces caminábamos juntos a la escuela, porque era amiga de mi hermana mayor. Alguna vez su papá me regañó en plena calle porque me cachó tocando los timbres de los vecinos y echándome a correr antes de que abrieran.
Hoy robaron y mataron, en su casa, a Elenita, a su hermana y a su mamá. A su papá, el señor que me regañó, simplemente lo tiraron al piso porque hace tiempo está inmóvil por un ataque cerebral.
Quien descubrió la terrible escena, manos amarradas, bolsas en la cabeza, etcétera, fue Emanuel. El hijo de 9 años de Elenita que venía llegando de la escuela y que corrió a buscar a su mamá. Como pudo les quitó las bolsas de la cara y trató de reanimarlas. Nada pudo hacer.
Acabo de colgar con mi madre quien me contó esta historia y sabe todo esto porque cuando vio todas las patrullas y el alboroto se acercó a ver qué pasaba en casa de nuestros vecinos. Y pasado un rato, vio y abrazó a Emanuel y se lo llevó a su casa para consolarlo y ofrecerle algo de comer.
Dice que el niño lloraba mucho y le preguntaba que ahora quién lo iba a cuidar, que quién lo iba a atender si se enfermaba. Y al mismo tiempo se lamentaba por haber ido a la escuela hoy, “porque soy bien bueno para esconderme y me hubiera escondido y cuando se fueran los malos yo hubiera salido a quitarles las bolsas y ellas estarían vivas”, eso le decía a mi mamá.
Antes de irse con su papá, Emanuel le pidió a mi jefa que ella fuera a hablar con su maestra a la escuela, porque él no iba a saber explicar lo que pasó. “¿Qué les voy a decir en la escuela? ¿Que mi mamá ya no viene porque se murió? ¿Porque la mataron ayer?”.
También le preguntó si sabía jugar al trompo, o que le dijera quién sabe, porque su mamá le había regalado uno y quería aprender a echarlo.
Emanuel significa ‘dios con nosotros’ ¿no? Pero yo creo que dios no está con nosotros.
Sólo nosotros estamos con nosotros y tenemos que empezar a cuidarnos.
No hay político, Papa o superhéroe que vaya a venir a salvarnos.
En honor a Elenita escribo esto con lágrimas de rabia que se me escurren y con el deseo profundo de lograr mover alguna o algunas conciencias por esta vía, para que nos veamos como personas unos a otros y nos tratemos bien todos los días, especialmente a los niños, y que nos ayudemos y procuremos, y siempre que veamos a alguien en problemas le tendamos la mano como podamos.
Atrevámonos a volver a ser humanos.
Ante la impresionante respuesta en Facebook a su texto, Antonio convocó a una ceremonia en honor de las muertas y en solidaridad con el pequeño Emanuel el domingo pasado. Acudieron decenas de personas al evento. En su mensaje, Antonio se preguntaba ¿cómo pasamos de temer, hace 30 años, que se accidentaran nuestros hijos a temer que entren a nuestra casa y nos maten? e invitó a los asistentes a empezar por cuidar a los niños –los propios y los ajenos–, a tratarlos y enseñarlos a tratar a otros como seres humanos. Un llamado que convierte el dolor punzante en posibilidad de esperanza; un llamado a atrevernos a volver a ser humanos, indispensable y urgente.
Los asistentes al evento del domingo en Toluca están convocando a una marcha ciudadana en esa ciudad el domingo 20 de marzo a las 4 de la tarde para protestar contra la violencia creciente en Toluca y para exigirle a las autoridades terminar con el cerco informativo que ha invisibilizado esta situación terrible.
Twitter:@BlancaHerediaR