César Abel Gutiérrez López fue un estudiante del CCH Azcapotzalco reclutado para atacar a sus compañeros. Él es pieza clave para descubrir a quien está detrás del operativo orquestado el lunes 3 de septiembre con objeto de promover violencia en la Universidad.
Entre las fotografías de ese lamentable episodio destaca la de este joven que en las manos tiene una bomba molotov a punto de ser arrojada. En realidad, la pista fundamental es un personaje ubicado junto a él, que no es joven ni es estudiante, y sin embargo llegó al lugar vestido con una camiseta blanca del CCH Vallejo.
Se trata de un fulano que responde al alias de Escorpio o Escorpión y cuyo verdadero nombre sería Édgar Carranza. Este sujeto sería el eslabón que une, de un lado, a los jóvenes enviados a agredir y del otro, a la mano que, detrás de ellos, tuvo claras intenciones políticas. ¿Quién es Édgar Carranza? El historial de agravios coleccionados por este individuo es abultado.
Pertenece a un grupo surgido hacia el 2006 como una supuesta expresión cultural vinculada al Frente Juvenil Revolucionario del PRI. Se trata del Grupo 3 de marzo que ha sido señalado por violentar en varias ocasiones la vida universitaria y cuyos integrantes suelen ser contratados para romper manifestaciones y asambleas de los estudiantes.
A Édgar Carranza se le relacionó con el asesinato del estudiante del CCH Naucalpan, David Hernández Lorenzo, el lunes 6 de noviembre de 2006. A la postre faltaron pruebas para incriminar a Escorpión en este hecho delictivo, pero sí fueron detenidos otros dos colegas suyos, integrantes del Grupo 3 de marzo: Óscar Barajas y Rodrigo Contreras.
La información relativa a este funesto episodio se encuentra en la causa penal 242/06. Hacia el año 2009 este grupo de choque mutó para convertirse en una organización próxima al Partido de la Revolución Democrática. Édgar Carranza participó entonces en la organización de varias estas donde asistían cientos de jóvenes.
El principal objetivo de estos eventos gratuitos era conseguir militantes partidarios y futuros operadores políticos. De acuerdo con personal de la delegación Gustavo A. Madero, Édgar Carranza habría trabajado para el ex delegado Víctor Hugo Lobo. Durante años habría cobrado en la nómina de esa dependencia como responsable de distintas tareas, en su mayoría de orden político partidario. Cuando la fotografía que reúne a César Abel Gutiérrez y Édgar Carranza, al momento de arrojar una bomba molotov, se hizo viral en las redes, también ocurrió que Víctor Hugo Lobo comenzó a ser señalado como uno de los agentes que podría estar detrás de las trágicas agresiones.
De inmediato el político perredista respondió por la misma vía denunciando como una vileza el intento de dañar su imagen. Armó que se trataba de una cortina de humo para obstaculizar las investigaciones. No hay evidencia solvente que permita vincular a Lobo con los desmanes de la UNAM y, sin embargo, el historial de este político es largo en la delegación Gustavo A. Madero, en lo que toca a denuncias por un comportamiento autoritario, violento y represivo. Se le ubica también dentro del grupo político que encabeza Héctor Serrano, uno de los personajes más tenebrosos de la Ciudad de México. Sin embargo, a estas alturas no sería pertinente especular de más.
La hebra para descubrir a los verdaderos responsables, a los autores intelectuales de las agresiones cometidas el 3 de septiembre, lleva por alias Escorpión, se llama Édgar Carranza y es líder del grupo de choque 3 de marzo. Desde hace 12 años este núcleo violento ha sido capaz de reclutar, contratar y utilizar jóvenes estudiantes, como César Abel Gutiérrez López, para agredir a la comunidad universitaria. Las víctimas de hace una semana no son las primeras en su contabilidad.
ZOOM: La UNAM debe ser protegida de quienes la quieren como botín político, como mercado para sus operaciones ilegales y como espacio para reclutar integrantes para sus grupos criminales.