La polémica de la correspondencia entre educación y democracia es añeja. Ya era parte de las arengas en la Ekklesía ateniense. La naturaleza de esa relación reciproca se vigorizó después de la Segunda Guerra Mundial y persiste hasta nuestros días, sin que haya consenso acerca de la educación democrática o para la democracia. Los estudiosos afiliados a la educación comparada lo constatan con frecuencia.
Del 25 al 29 de septiembre, los integrantes de la Sociedad Mexicana de Educación Comparada seremos anfitriones de colegas de las cofradías hermanas de la Sociedad Iberoamericana de Educación Comparada en su IV Congreso. La sede será la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. El tema paraguas será educación y democracia. Hay otros asuntos en la convocatoria como derecho a la educación, interculturalidad, inclusión, equidad, modalidades educativas, currículo y educación para la ciudadanía mundial.
Tendremos conferencias magistrales a cargo de colegas distinguidos, paneles de expertos, exposición de ponencias (alrededor de 300) y presentaciones de libros; todo con el ánimo de debatir asuntos cruciales en boga en la política educativa y la plaza pública. Será interesante enmarcar las aristas de la Nueva escuela mexicana en el contexto de reformas educativas de otras latitudes. Pero no será el foco de las deliberaciones. Examinaremos experiencias de Argentina, Chile, Venezuela, Uruguay, Perú, otros países latinoamericanos, España y Portugal.
Las ceremonias, ritos y reconocimiento al liderazgo intelectual son parte de la vida de las asociaciones académicas. El miércoles 27, el día central del Congreso, vamos a rememorar y galardonar la labor sobresaliente de nuestra amiga y colega, Regina Cortina. Es mexicana, con raíces en la Universidad Iberoamericana, formó parte del equipo fundador de la Universidad Pedagógica Nacional, se doctoró en la Universidad de Stanford y es profesora del Teachers College de Columbia University. Ha graduado a decenas de estudiantes de Latinoamérica de maestría y doctorado en educación comparada e intercultural. Su investigación tiene como foco su preocupación por la educación de niñas en América Latina; es vasto su legado cultural en la defensa del derecho de niñas y mujeres en general.
Como todos los congresos, este IV de Sibec servirá para que colegas se encuentren, se restablezcan lazos, se refuercen amistades y nos abracemos al estilo mexicano. Estoy convencido que la discusión intelectual entre grupos se extenderá con el disfrute de platillos de la culinaria mexicana, otro tipo de educación comparada… con sabor picosito.
Mi amigo tamaulipeco Marco Aurelio Navarro Leal es el presidente de la Sibec. Zaira Navarrete (presidenta honoraria de la Somec), Luis Aguilar, presidente de la sociedad brasileña y yo, como presidente de la mexicana, daremos la bienvenida a los participantes. Agradecemos el patrocinio de la Facultad de Filosofía y Letras de la UNAM y de la Universidad Autónoma Metropolitana Xochimilco. Sus autoridades nos acompañarán en la ceremonia de inauguración.
RETAZO
En mi artículo del miércoles anterior reprobé la actuación de la maestra Rosa María Prieto por su participación en la conferencia de prensa en Palacio Nacional el 16 de agosto, en la que bailó para criticar el individualismo. Ricardo Raphael la entrevistó y en su columna del sábado en Milenio, relata: “¿Cometió un error durante aquella conferencia de agosto? Responde que sí. Pensó que estaba siendo pedagógica y resultó lo contrario. ‘Lo supe casi al bajarme de ahí’”. La maestra critica al texto único y a Marx Arriaga. “Es un tipo fundamentalista, dogmático y estalinista. Nadie piensa más que él, no existe otra verdad más que la suya”. ¡Anotado! Sólo vi el video.