Sin duda, los profesores representan el elemento más importante para que la reforma educativa –una de las iniciativas legislativas de mayor importancia en los últimos 40 años– sea correctamente aterrizada. En ellos recae la responsabilidad de que los objetivos planteados en la misma, sean cumplidos y aprovechados.
Sin embargo, la mayoría no se sienten identificados, cobijados o representados con estas modificaciones, pues, aseguran, solamente se enfoca a aspectos laborales y no abarca temas pedagógicos.
Ante ello, y en el marco de la celebración del día del maestro, surgen varias dudas: ¿Es respetado el papel de los maestros en la sociedad. La reforma se enfoca a temas educativos y de procesos pedagógicos. Están los profesores mexicanos contentos con su profesión. Tienen las herramientas necesarias para desarrollarse personal y profesionalmente… Tienen algo qué celebrar? Veamos qué dicen los especialistas.
Ya Manuel Gil Antón anticipaba durante el XII Congreso Nacional de Investigación Educativa, que la reforma no representa mejoras en los contenidos académicos que fortalezcan los procesos de aprendizaje y mejoren las condiciones de los docentes, calificando de vergonzoso, que la Secretaría de Educación Pública (SEP) desconozca el verdadero nivel y condiciones que guarda la educación nacional.
Gil Antón, quien participó como miembro del Consejo Asesor de los Foros de Consulta Nacional para la Revisión del Modelo Educativo y es profesor del Colegio de México y Director Académico Educación Futura, también señala que es lamentable el poder de los medios de comunicación, especialmente el de las grandes televisoras nacionales, fomenten el desprecio, odio y racismo contra el magisterio: “si la televisión puede imponer un presidente, también puede implementar un sistema de rechazo e intolerancia”; lo que nos lleva retomar nuestra duda: ¿Es respetado el papel de los maestros en la sociedad?
Una reforma poco educativa
Preguntábamos anteriormente: ¿La reforma se enfoca a temas educativos y de procesos pedagógicos?.
Desde que comenzó a ver la luz, diversos académicos investigadores, analistas y, sobre todo, docentes, ya advertían que estas modificaciones legislativas no contemplarían los temas que de verdad importaban: los educativos.
Blanca Heredia, investigadora del Centro de Investigación y Docencia Económicas (CIDE), afirmó en una entrevista, que no tenemos claro qué es lo que queremos hacer en el futuro inmediato en México y aún hay muchos temas pendientes que los cambios del 2012-2013 no resolvió, especialmente lo relacionado con lo académico y pedagógico.
Temerosa, lanzaba una pregunta: ¿qué es la reforma educativa? Y respondía: “Digamos que para los maestros es el riesgo de mayor incertidumbre laboral; para los directores es más trabajo administrativo y para los alumnos algo que seguramente no tendrán muy claro”.
Por otro lado, Mario González Rubí, investigador del Departamento de Sociología, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), señalaba insistentemente que no se trata de una reforma pedagógica, porque está muy diluido el tema de lo que significa la educación y ahí, explicaba, pareciera que hay un vacío muy grande y al tener ese vacío no sabemos hacia dónde vamos.
Incluso agregaba que la iniciativa impulsada por el actual gobierno de la República, es más de carácter laboral porque se centró específicamente en la situación de los profesores y “dejó muchas lagunas acerca de los procesos de enseñanza.
Finalmente, Manuel Gil insiste en que los planes de estudio –tan importantes como los profesores– no se han puesto en el centro del proyecto pedagógico, razón por la cual “no se puede tener un parámetro para evaluarlos en serio, tampoco para prepararlos en las escuelas normales, ni para darles seguimiento mientras trabajan.”
“El problema educativo mexicano, obviamente tiene que ver con la preparación de los profesores, nadie lo puede negar, pero también tiene que ver con unos planes y programas de estudio extraordinariamente deficientes, llenos de contenido y muy poco de capacidad formativa, altamente memorístico y poco desarrolladores de la inteligencia y de la critica”.
Mal y de malas
En cuanto a las y los futuros profesores, las cifras sobre su preparación no son alentadoras.
Según el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación, el 64.6% de normalistas resultó no idóneo para ejercer la docencia; la formación para la docencia comienza a perder atractivo, y se ve reflejada en la reducción de matricula de las normales, pues sólo se ocupa el 72.% de los lugares disponibles.
El informe TALIS 2013, revela que la falta de incentivos, el poco apoyo laboral, la mínima pertinencia de los cursos y costos elevados de los mismos, son los principales obstáculos que tienen las y los docentes su desarrollo; elementos como las grandes desventajas económicas de los alumnos, ausentismo por parte de profesores y estudiantes, discriminación y bullying, son prácticas que siguen muy presentes entre las escuelas mexicanas; 27% de los directores mexicanos reconocieron que el problema se presenta en las aulas al menos una vez por semana.
El gasto que México destina a la educación es, en promedio, mayor que el de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), no obstante los índices que miden la calidad de la educación nacional revelan que es de las más deficientes dentro de los países miembros de este organismo.
La desigualdad educativa comienza en las cúpulas
Recientemente, la SEP hizo publica la nómina educativa del primer trimestre del 2015, de ahí, se desprenden algunos datos para agregar al debate:
- Juan Díaz de la Torre, presidente del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), gana en promedio $56 mil al mes, sin dar clases.
- El Secretario General de la CNTE, Rubén Núñez, de enero a marzo del 2015 cobró 300 mil 494 pesos, es decir, 100 mil 164 al mes, por dos plazas como maestro, también, sin dar clases.
- La SEP gastará $166 mdp en 34 festejos por el día del maestro para el SNTE
- En Oaxaca, 58 % de los docentes tiene sueldos entre 3 mil y 26 mil pesos al mes.
Sin profes, no hay futuro
Al final, permanecen las preguntas sobre la situación de los maestros: ¿Tienen algo qué festejar o no?
Recordemos las palabras del catedrático Luis Fernando Vílchez Martín: “Una sociedad que no respeta, no tiene consideración y no ama a sus maestros, es una sociedad sin futuro. Las sociedades que más aman a sus maestros, son las que más han crecido”.
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