Años han pasado desde que el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), fue considerado como la organización sindical más importante y poderosa de América Latina y, tal vez, del mundo entero. Y es que como bien sabemos, los orígenes del SNTE nos remontan a los movimientos sociales, cuya base se halla, en la exigencia de justicia para miles de trabajadores que, a diestra y siniestra, fueron explotados y humillados por un puñado de caciques y empresarios en México.
La Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM, 1918) y, posteriormente, la Confederación de Trabajadores de México (CTM, 1936), fueron el preludio de un sindicato magisterial que, años más tarde, nació con el nombre que ya conocemos: Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación; esto, porque tales organizaciones sindicales, aglutinaron en su momento, a grupos de maestros de varias entidades de la República Mexicana, destacando entre ellos, Vicente Lombardo Toledano, quien fue el organizador de la primera Liga de Profesores en el Distrito Federal en 1920.
De esta forma, entre 1920 y 1949, surgieron diversas organizaciones cuyo fin, estaba fincado en la defensa de los trabajadores de la educación; sobresalen: la Confederación Nacional de Organizaciones Magisteriales (CNOM), la Confederación Mexicana de Maestros (CMM), el Frente Único Nacional de Trabajadores de la Enseñanza (FUNTE), el Sindicato Único de Trabajadores de la Enseñanza Superior Campesina (SUTESC), la Confederación Nacional de Trabajadores de la Enseñanza (CNTE), la Unión Nacional de Encauzadores Técnicos de la Enseñanza (UNETE), entre otras tantas más que, por falta de espacio más no de ganas, no menciono en estos momentos, pero que, indiscutiblemente, me permiten contextualizar los orígenes del SNTE.
Así, como es sabido, el ex Presidente Manuel Ávila Camacho, en una jugada política bien jugada (valga la redundancia), en pro de una “supuesta” Unidad Nacional, convocó a esta serie de “pequeños” sindicatos con el propósito de formar uno solo que aglutinara a todos los trabajadores de la educación esparcidos en el territorio mexicano; para ello, el papel que desempeñó el Comité de Unificación Magisterial, fue fundamental para el logro de la visión presidencial que en puerta se asomaba: contar con un bastión político para la refundación del Partido de la Revolución Mexicana (PRM), mejor conocido en nuestros días por sus siglas como PRI (Partido Revolucionario Institucional).
En sus inicios, en el año de 1943, los principios del SNTE, tuvieron como base la defensa de los intereses de los trabajadores de la educación; no obstante, no debe olvidarse que también, “camino a la par del Estado posrevolucionario, por el centro político, bajo la idea nacionalista y populista de la Revolución Mexicana” (Góngora y Leyva, 2007). Ello ¿qué significó? La respuesta encuentra sentido en su participación en diversas actividades gremiales y profesionales – por su incipiente vinculación con la Secretaría de Educación Pública (SEP) –, pero también, en las políticas partidarias, dado su origen que, como hemos visto, se vincula con el extinto Partido de la Revolución Mexicana (PRM).
Ahora bien, si hacemos un recuento de los líderes que han estado al frente de esta organización sindical, la historia nos presenta nombres y datos interesantes: Luis Chávez Orozco, 1943-1945; Gaudencio Peraza, 1945-1948; Jesús Robles, 1949-1952; Manuel Sánchez, 1952-1955; Enrique W. Sánchez, 1955-1958; Alfonso Lozano, 1958-1961; Alberto Larios, 1961-1964; Edgar Robledo, 1964-1967; Félix Vallejo, 1967-1970; Carlos Olmo, 1971-1972; Carlos Jonguitud, 1974-1989 (15 años al frente del SNTE); Elba E. Gordillo, 1989-2013 (24 años como “lideresa” del SNTE), Juan Díaz, 2013-2018 (5 años a la cabeza del SNTE); y Alfonso Cepeda, 2018 (hasta la fecha).
Insisto, nombres y datos, que reflejan una de esas tantas realidades que ha vivido esa organización sindical con el transcurrir de los años. Al respecto: ¿en qué momento dejó de haber una transición de poderes o liderazgos por un periodo de dos a tres años?, ¿cuál fue el argumento para que, durante 15 años, se mantuviera al frente del SNTE Carlos Jonguitud Barrios?, ¿tal “permanencia” de La Maestra, por 24 años, significó la existencia de una “democracia” cuando, como se ha visto, los periodos de sus antecesores oscilaron entre esos dos o tres años? Y, por si esto fuera poco, ¿qué sabemos sobre un grupo de choque, que parió cierto líder sindical, y que fue conocido como “Vanguardia Revolucionaria”? Hablamos entonces de la existencia y permanencia, a partir de la década de los 70’s, de un voto ¿coercitivo? Ligado, desde luego, a los intereses personales y de ciertos grupos políticos, pero no así, al grueso de sus agremiados. ¿Democracia simulada o sueños de una democracia vivida?
Todo este antecedente lo traigo a colación, por lo que al interior de ese sindicato se vive en estos días, desde luego, a partir de la reforma laboral y que a la fecha está vigente en nuestro país; y por los trabajos que se desarrollaron en la XLIX Sesión Extraordinaria del Consejo Nacional del SNTE, y del cual, emanó un reglamento para la elección de las directivas seccionales; esto, según se dijo, con el propósito de que dicho reglamento, sea parte del proceso de armonización con la Ley Laboral recién aprobada, a fin de que sea enviado al Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje y, con ello, se otorgue la toma de nota y, como es de esperarse, entre en vigor.
En este sentido, es que resultó irrisorio lo que, derivado de esa sesión extraordinaria, Alfonso Cepeda, actual líder sindical, expresó: “dar certeza a los compañeros de base de que (en) el reglamento se plasmen todos los aspectos que tienen que ver con la transparencia, con la limpieza en las elecciones, con la certeza de que todo se hizo en orden, para respetar el sufragio de cada integrante del SNTE en su sección sindical” (Profelandia.com, 1/11/2019).
En verdad, ¿estaremos ante la elección de un dirigente a partir de lo que decida la base trabajadora cuando, en esa sesión extraordinaria, participaron los mismos de siempre?, ¿por qué no se realizó una reforma estatutaria que asegure un ejercicio democrático en el más amplio sentido de la palabra? Consecuentemente, ¿de qué democracia estamos hablando?, ¿de la misma de siempre?
Para nadie es desconocido que, al interior del SNTE, prevalecen ciertas prácticas antidemocráticas indeseables o, bien, una simulación democrática; en consecuencia, ¿habrá una corriente sindical diferente que limpie por completo el SNTE? Fracturado está, ¿viene su deceso?
Finalmente quiero expresar que, hace unos días Manuel Gil Antón, destacado investigador mexicano, en una de sus columnas, le otorgó un voto de confianza al “Sindicato”; yo pienso que su refundación sería inminente. Lo malo de este asunto es que, mientras se mantenga a la misma gente al interior de la organización y se alimente de ese sindicato, el charrismo sindical seguirá vigente y, la esperanza por una justicia hacia los derechos laborales de los trabajadores de la educación tendrá que esperar o, en el peor de los casos, ser un sueño: un sueño democrático y, en ello, talvez, se habrá de quedar.
Referencias:
- Carro, A. (18/03/2016). El SNTE… ¿en crisis? Educación Futura
Recuperado de: http://www.educacionfutura.org/el-snte-en-crisis/
- Carro, A. (27/05/2016). El SNTE: de vuelta a su origen, ¿y la CNTE? Educación Futura.
Recuperado de: http://www.educacionfutura.org/el-snte-de-vuelta-a-su-origen-y-la-cnte/
- Gil, M. (19/10/2019). A favor del Sindicato. El Universal.
- Góngora, J. y Leyva M.A. (2008). El SNTE en su encrucijada: política o educación. Laboratorio de políticas Públicas Buenos Aires. ISBN: en trámite.
- Redacción. Profelandia.com. (1/11/2017). Define SNTE nuevos procesos para elegir a sus dirigentes sindicales. Prfelandia.com