El sistema educativo en el nivel secundaria carece de una política orientada a visibilizar y atender de manera integral los problemas de violencia en las escuelas; las acciones para contender con el fenómeno se limitan a personalizar los casos y terminan cuando el estudiante es expulsado de la institución, señaló el maestro Víctor Cárdenas González, investigador del Departamento de Sociología de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
En la mesa “Prevención de la violencia escolar”, en las VII Jornadas Latinoamericanas de Psicología Social, en la Unidad Iztapalapa, el especialista en psicología social de la educación dijo que “parece que la política es no visibilizar la violencia”, pues los directores tienen la consigna de atender los casos, dar atención al protagonista y no permitir que el problema trascienda, lo que “resulta ser parte del problema” ya que no se atienden las causas, sino sólo su manifestación.
Comentó que en muchas escuelas se han puesto en marcha reglamentos punitivos en el ánimo de castigar las conductas, cuando es sabido que la violencia “no se puede combatir de esa manera” porque el estudiante termina expulsado, lo que representa un simple traslado “a una telesecundaria o en una escuela abierta para adultos como desertor del sistema educativo”.
El maestro Cárdenas González señaló que “la gran falla de la política educativa” es no reconocer la necesidad de abordar la violencia como un problema “que entre todos”, padres de familia maestros, autoridades, se debe resolver. Esta falta de acción no es deliberada, pero lamentablemente es un tema que se avade, “no se le quiere entrar” porque la escuela y en general el diseño del sistema “no está hecho para trabajar con adolescentes”.
Agregó que el problema de la violencia tiene distintas manifestaciones, entre las cuales elbullying es del que más se habla, pero ocupa sólo ocho por ciento de los casos; es necesario, además distinguir claramente conceptos y teorías para cada uno de los fenómenos de violencia, porque “tenemos sólo una palabra” para todos ellos.
Por otra parte refutó la creencia de que los alumnos “llevan la violencia a las escuelas”, porque la escuela tiene formas de funcionar que también generan violencia, y recordó que el comportamiento de los individuos es resultado del cruce de las variables culturales, sociales, grupales y éste se manifiesta en la práctica social, por lo tanto “muchas de las claves de solución al problema de la violencia en las escuelas está en el clima social, en la estructura organizacional y en los funcionamientos cotidianos de la escuela”.
En su exposición el investigador rechazó que la violencia se origine en patologías psicológicas y que sea un problema de relaciones interpersonales, de dos o de tres; “es un asunto de la familia, la escuela, el profesor y sus alumnos, y de la comunidad en general”, y “mientras no la veamos de otra manera nuestras visiones sobre el tema seguirán siendo reduccionistas”.