Esteban Moctezuma Barragán
No puedo dejar de aprovechar este espacio para comentar que el lunes pasado presenté mi renuncia a la Presidencia Ejecutiva de Fundación Azteca.
Ya no me era humanamente posible cumplir a la vez el encargo que me asignó el virtual Presidente electo, Andrés Manuel López Obrador, y el trabajo en Fundación Azteca, que siempre ha sido muy arduo e intenso. Escribo y comparto algo que me voy a llevar en el corazón: la maravillosa etapa y experiencia de mi vida, en el sector social de México, en donde trabajé 16 años y pude desarrollar, junto con muchísima gente, trabajando en equipo, programas social y ambientalmente significativos.
Dejo un encargo que me ha motivado durante todos esos años a trabajar muy fuerte porque en este espacio de la sociedad civil, se conoce personalmente a los beneficiarios, se vibra junto con las personas que vuelven a encontrarse con la esperanza al recibir un aparato auditivo, una beca, un vivienda, un implante coclear, un instrumento musical, una prótesis o un kit para construir un robot.
Se palpan los resultados. Me siento entusiasmado por mi nueva responsabilidad, pero con nostalgia y tristeza de dejar proyectos que han cambiado la vida de muchísimas personas. ¿Cómo no recordar Limpiemos Nuestro México?, en donde tantos millones de mexicanos han participado con su trabajo y su conciencia para volver inaceptable tirar basura y promover el reciclaje de los desechos sólidos.
Las Orquestas Sinfónicas Infantiles y Juveniles, ¿qué decir de ellas? Cada niña, cada niño, cada joven es una historia de éxito; de alguien que tomó el instrumento musical en sus manos y cambió su corazón, su autoestima, su vida, contagiando de optimismo a sus familias y comunidades. Una verdadera escuela de buenos ciudadanos.
Otro programa destacado es Movimiento Azteca, porque apoya a muchísimas niñas, niños, enfermos, ancianos, gente que realmente necesita de la solidaridad social y el apoyo de la audiencia. Ese vehículo es muy favorable no sólo para los beneficiarios, sino también para apoyar a la sociedad civil organizada, que sin duda alguna, es un brazo importante de México que debe de fortalecerse.
Plantel Azteca, Parteras Profesionales, Red Social son otros importantes programas que definen a Fundación Azteca. ¡Qué decir de “Qué Viva la Selva Lacandona”! dedicado a proteger, crear proyectos productivos y dar a conocer uno de los rincones más megadiversos, verdes y rebosantes de agua de nuestra nación, despertando la conciencia ecológica en miles de niñas y niños de México.
Por ello, no sólo me llevo en el corazón a Fundación Azteca sino también en la mente. Porque aprendí de la práctica generosa de miles de mexicanos que hay muchísimas experiencias exitosas en la sociedad civil que se deben transformar en soluciones sociales conjuntas entre sociedad y gobierno. Unidos hacemos más. Gracias. Es lo único que puedo decir. El compromiso es que mi desempeño en la Secretaría de Educación Pública conrme que valió la pena dejar Fundación Azteca por algo todavía mucho más grandioso: el aprendizaje de las niñas y niños de México.