Para Alberto Arnaut, investigador de El Colegio de México, el Servicio Profesional Docente tiene excesos que lastiman a los profesores y restan legitimidad al sistema educativo.
En primer lugar, ha dotado de exageradas consecuencias a la evaluación docente, lo cual, demuestra una profunda desconfianza hacia los docentes, y contradice el modelo de formación continua que el mismo sistema educativo ha diseñado.
Un ejemplo de ello es que en la redacción de la Ley General de Servicio Profesional Docente, el verbo más usado es “someter”, lo cual, revela un intenciones punitivas en su implementación.
Durante su participación en el XIII Congreso Nacional de Investigación Educativa, Arnaut agregó que otro de los grandes errores de esta ley es la unilateralidad con la que fue diseñada, pues ha dejado fuera de su elaboración a los actores más importantes y principales afectados: los docentes.
La unilateralidad del Servicio Profesional Docente es la mayor paradoja y contradicción, porque aquellos maestros que serán profesionalizados no están participando en los procesos del diseño y planeación de las herramientas de mejora y evaluación. No hay razón para no escuchar a los maestros, debe existir una mayor apertura al respecto.
Desafortunadamente, agregó, tuvieron mayor participación actores que poco o nada tiene que ver con las escuelas y las aulas, y durante los pasados foros de consulta para el diseño del nuevo modelo educativo se escuchó más a voces políticas que a las docentes.
Lamentó que lo más grave es que se haya dado mayor atención a los grupos empresariales y “sus organizaciones sociales”, las cuales, han sido altamente privilegiadas y tienen a las instituciones públicas subordinadas a sus caprichos.
En este sentido, lamentó que, historicamente, se ha visto y comparado a a los docentes como simples obreros o campesinos que viven en pésimas condiciones y no como unos verdaderos profesionales de la educación.
Por ello, finalizó, los diversos esfuerzos por eliminar las escuelas normales rurales, desprestigiar a los docentes y hacerles saber que son fácilmente sustituibles, siguen apareciendo en nuestros días, por ello, el sentido generalizado de abandono y al mismo tiempo, de lucha y resistencia, se ha extendido en todo el país, no sólo en estados que son controlados por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.