“Vamos a ver cómo es, el reino del revés, vamos a ver cómo es, el reino del revés… vamos a ver el reino, el reino del revés”.
Años han pasado desde que Xavier López Rodríguez, mejor conocido como “Chabelo”, interpretó una canción cuyo título da entrada a esta serie de ideas cuya base se encuentra en lo que cotidianamente observamos en el medio educativo, mismas que sin duda, nos hacen pensar que vivimos en el reino del revés que el mismo autor imaginó en tal canción.
Y es que mire usted, tenemos dos instancias, supuestamente antagónicas: la Secretaría de Educación Pública (SEP) y el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE). La primera, tiene por objetivo dirigir los destinos de la educación en el país y, la segunda, defender los derechos de la mayoría de los trabajadores de la educación adheridos al Sistema Educativo Mexicano (SEM). Sin embargo, ni la SEP trabaja totalmente en razón de esa educación que debe brindarse a cientos de niños, jóvenes y adultos, ni el SNTE defiende del todo los derechos de sus agremiados.
Hechos para sustentar tales afirmaciones hay suficientes, y éstos han sido corroborados nada más y nada menos que por sus dirigentes, Aurelio Nuño Mayer y Juan Díaz de la Torre. El primer caso, ha aceptado que la reforma educativa no es educativa, sino laboral, y que como tal, no toca el modelo educativo mexicano sino las condiciones laborales de los más de 1 millón 700 mil trabajadores de la educación, porque a decir de éste, el modelo no es errado, los “malos”, los “no idóneos”, son los maestros. El segundo, es más grave aún, porque en sendos discursos, ha dado el apoyo a la reforma educativa impulsada por el gobierno peñista pero también, ha manifestado una defensa hacia los maestros y maestras que fueron recientemente despedidos.
Si esto no es el reino del revés, no sé qué otra cosa pudiera ser. Por un lado, tenemos a un Secretario –de educación– que metió mano dura a los derechos laborales (léase su declaración en la que menciona que el maestro o maestra que haya sido despedido puede volver a participar en el proceso para la obtención de una plaza ¿y los derechos adquiridos de éstos a lo largo de los años a´pa?) y, por el otro, a un Secretario –el del sindicato–, que festeja la reforma educativa y los logros alcanzados en las negociaciones salariales, pero que poco hace en razón de los atropellos que cometen las autoridades federales y estatales en contra de los trabajadores, aunque eso sí, los orientará en asuntos electorales.
Irrisorio es como en el Secretario Nuño expresa que habrá un diálogo con todos los maestros, con excepción de los disidentes, ¡esos sí que no!, por el simple hecho de estar en contra de la “evaluación docente”. ¿Acaso el diálogo se basa en condicionamientos de ambas partes?, bueno, al menos… ¿se entiende lo que significa diálogo?, Irrisorio es como dentro del mismo Sindicato, hay fuertes críticas por la postura que en días recientes su líder ha tomado con relación al avance de la reforma educativa sin que haya hecho un pronunciamiento por el enriquecimiento de un ex líder sindical pero eso sí, no comparte la voz de dichos disidentes ¿acaso éstos no son parte del mismo sindicato que los vio nacer?. En fin.
Ambos Secretarios, si no me equivoco, deben establecer un diálogo con las partes involucradas, con aquellos que están a favor de la reforma como con los que no la consideran ni la legitiman. Y es que una democracia, como la nuestra, la libertad de expresión es, y debe ser, prioritaria, con todas sus vicisitudes pero también con todas sus virtudes. Necesario es, insisto, un diálogo que logre los acuerdos para beneficio de los millones de niños que asisten a cientos de escuelas públicas y privadas en el país. Sin embargo, lamentablemente tengo que reconocer que en el reino del revés, esto no sucede ni sucederá así: “se dialoga con quien no debería dialogarse y se silencia a quien no debería silenciarse”.
Y en medio de todo esto, ¿dónde quedan los maestros que obtuvieron un resultado satisfactorio y excelente en el pasado proceso? Ahí, escasamente reconocidos, pocas veces valorados y con sus procesos de “aumento de salario” atorados. Si esto no fuera suficiente, ¿dónde queda la educación que deben recibir los millones de niños mexicanos? Sumergida en la política y… ¿el hecho educativo?
Hace unos días Mexicanos Primero –organización con la que mantengo profundas diferencias– publicó un artículo sobre la necesaria revisión al modelo educativo mexicano. En esta ocasión –y a pesar de esas divergencias– coincido plenamente en su propuesta. Fundamental es realizar esa revisión para generar una que beneficie a la educación en su conjunto.
Si bien es cierto que una de las piedras fundamentales en tal proceso educativo es el maestro, lo son también, los diversos componentes que lo integran: escuela, currículo, padres de familia, etc.
Esperemos pues, que aterricemos en nuestras realidades. Nuestro país, lleno de contradicciones y marcadas desigualdades sociales, donde la riqueza prevalece en un pequeño sector y las grandes masas (más de 60 millones de mexicanos) viven en pobreza y pobreza extrema, lo requieren con urgencia.
Partir de este escenario, es reconocer que no todo es miel sobre hojuelas tal y como desde Los Pinos se observa. Si hablamos de evaluación, tenemos que empezar con ese reconocimiento y tomar las medidas necesarias para el logro de los objetivos educacionales. Señores, en evaluación, es necesario un diagnóstico… ¿a poco no lo saben?
Manuel Gil Antón, ha hablado de las paradojas existentes en las paradojas del proceso evaluativo al que son sometidos los maestros, y coincido con ello. Por mi parte, prefiero analizarlo planteando esa analogía con el reino al revés en el que estamos viviendo –cual disonancia que crece profundamente en el pueblo de México–.
Espero, que al igual que en el último estribillo de la canción que me dio la posibilidad de reflexionar sobre esto, no termine el sistema o quien usted así lo considere, con “las orejas en las patas y las patas en las orejas”; esto, por el bien de mi México querido.
¡Feliz día del Maestro, a usted, que tuvo a bien regalarme cinco minutos de su tiempo!
Docente en Escuelas Normales en Tlaxcala
Twitter: @Lalocoche