Guanajuato.- En los últimos 20 años ha existido una insuficiente atención del Estado por incrementar la oferta pública para los jóvenes mexicanos; la oferta, entonces, ha recaído en las instituciones particulares, dijo Romualdo López Zárate, rector de la Universidad Autónoma Metropolitana unidad Azcapozalco.
Sostuvo que no hay claridad respecto al modelo de educación superior de futuro en el país ni si busca copiar las experiencia de Chile, Brasil o Colombia. “¿Cuál es el proyecto que se tiene para los próximos diez años en que se quiere elevar la proporción de estudiantes en la educación superior?”, se preguntó.
Al ofrecer la conferencia magistral El programa educativo para la educación superior: ¿más de lo mismo o nuevas políticas?, en el XII Congreso Nacional de Investigación Educativa, López Zárate afirmó que la gestión de las Instituciones de Educación Superior (IES) está guiada por modas impuestas desde la empresa privada.
Ofreció cifras de la situación de cobertura de las IES y el costo por alumno que son reveladoras de la situación. Así, por ejemplo, señaló que en los últimos 20 años se crearon 64 nuevas universidades públicas y en su totalidad, esas universidades atendían a un millón 375 mil 944 alumnos, es decir, el 39 por ciento de la matriculación total.
En el mismo periodo, dijo, se construyeron 2188 nuevas universidades privadas que, en su totalidad, atendían a un millón 182 mil 457 alumnos, el 33 por ciento de la matrícula.
Para contrastar, López Zarate dijo que las Universidades Tecnológicas, impulsadas en el sexenio de Carlos Salinas, atienden a 146,984 alumnos, esto es, un 4 por ciento del total, y las Politécnicas atienden a 43 mil 202 alumnos.
Gasto público por alumno
En el 2010, el costo promedio por estudiante en las IES federales (UNAM, IPN, UAM, UPN), fue de 72 mil 203 pesos, mientras que esos alumnos aportaron a sus instituciones en promedio cuotas anuales menores a mil 200 pesos.
Los Instituto Tecnológicos, que son las instituciones con mayor tradición y tienen muchas décadas de funcionar, han mostrado su pertinencia social y económica, pues son los más bajos en cuanto a inversión pública -“quizá también los más descuidados”, dijo-, pero el Estado no ha querido apostar a su desarrollo.
“¿Con cuanto contribuyen los estudiantes en el mantenimiento de su educación? Los de universidades públicas en promedio mil 200 pesos al año. Los de Tecnológicas entre 4 mil y 8 mil pesos, los de las universidades estatales 4 mil y los de politécnicas 8 mil”, dijo.
Es decir “los pobres contribuyen con más que los beneficiados de la educación superior y esto debe resolverse en la distribución del presupuesto público”, señaló el rector de la UAM-A.
Acompañado por Miguel Ángel Casillas, investigador de la Universidad Veracruzana, López Zárate destacó que la UNAM y la UAM se llevan el 48 por ciento del presupuesto público para las IES.
Se han hecho esfuerzos por tener criterios de distribución del presupuesto (y) la mayor parte de las universidades están de acuerdo, especialmente respecto de los criterios que deben tomarse en cuenta, pero surgen los problemas “cuando le ponemos pesos al tema”, añadió.
Antes del sexenio de Luis Echeverría Álvarez (1970-1976) el 70 por ciento del presupuesto de las IES era otorgado por las entidades federativas y el resto por el gobierno nacional. Después del gobierno de Echeverría, el modelo se invirtió y la tendencia sigue igual hasta nuestros días: el 70 por ciento lo da la federación y el 30 por ciento los estados.
La gestión de la educción superior ¿guiada por modas?
Buena parte de la gestión de las universidades e IES se ha guiado por modas que se imponen a las instituciones, “remedios que pretenden solucionar supuestas crisis en las universidades y que se importan de la iniciativa privada porque allá quizá dieron resultado, pero que no se pueden aplicar mecánicamente pues las instituciones públicas son organizaciones completamente diferentes”, agregó.
Esas modas, continuó, provienen de la empresa privada; tienen narrativa seductora, retórica y convincente; implican narraciones simplistas de héroes y villanos; son mágicas (pues) ofrecen soluciones a problemas complejos; vienen empaquetadas; son placebos organizacionales que carecen de acción curativa, pero producen un efecto psicológico de mejora, y, en definitiva, son innovaciones no institucionalizadas.