David Auris Villegas
La revolución tecnológica está impactando profundamente en el ámbito educativo, donde incluso el más mínimo traspié de un profesor universitario puede inundar las redes sociales, erosionando su vida profesional. En consecuencia, el mero dominio de su campo, el manejo de las TICs y las habilidades didácticas ya no son suficientes. Es imperativo que cultiven la capacidad de mantener una concentración inquebrantable de empatía en cada instante de su labor académica, frente a una generación de estudiantes digitales.
El maestro universitario aborda el desafío de descubrir en cada individuo sus diversos sueños para despertarlos, como un catalizador de mejora continua. Además de la práctica del networking para su desarrollo profesional y la competencia digital en innovación tecnológica y transformadora, ellos se mantienen al día con los conocimientos más recientes en su campo y las megatendencias globales. Se espera de los maestros una labor visionaria que promueva la ambición y afán de superación personal en la población estudiantil.
Como su labor es juzgada constantemente por la sociedad, ellos han de practicar la cultura de aprender y desaprender, así como la de dominar las habilidades interpersonales de las emociones, tal como prescribe el renombrado psicólogo Daniel Goleman. Para inspirar es esencial que ellos construyan su legado moral y ético, siguiendo el consejo de la experta Adela Cortina. Quizás el más grande reto que enfrenta el docente universitario radica en convertirse en una persona íntegra, tratando a todos con respeto académico y empatía solidaria.
Por otra parte, ser maestro significa cultivar la amistad con la didáctica, inspirado por el legendario pedagogo Comenio, con el propósito de asegurar los aprendizajes para una exitosa vida a través de una rigurosa evaluación que, empodere a los estudiantes pensar diferente en un mundo altamente impredecible. Según la perspectiva de la experta Rebeca Anijovich, la evaluación debe ser justa, eficiente y motivadora que permita asegurar los aprendizajes.
Asimismo, el maestro, antes de asignar tareas a sus estudiantes, están obligados a demostrarlo, como la de investigar y publicar artículos en revistas científicas indizadas a Scopus, Web Of Science y Scielo, para así ganarse el respeto académico. El hecho de que un docente de posgrado no tenga publicados libros relevantes en su campo y que estos no estén disponibles en librerías físicas y digitales resulta incomprensible, dado que estos académicos están directamente involucrados con profesionales.
El maestro universitario no solo se destaca como un hábil comunicador bilingüe, sino que también se posiciona como un eterno innovador, inspirando personas innovadoras mirando al futuro.
© David Auris Villegas. Escritor peruano, columnista pedagógico, profesor universitario y creador del ABDIVCP.