La relación entre teoría y práctica educativas constituye un eterno problema, al que a lo largo de la historia se le han dado dos tipos fundamentales de respuesta enfrentadas: el enfoque científico-tecnológico y el hermenéutico- interpretativo, que enfatizan en el poder de la teoría para dominarla práctica en el primer caso, y en el poder de la práctica para dominar a la teoría en el segundo, sostuvo Alejandra Contreras Castro, al participar en el Foro de consulta para revisar el modelo educativo en Educación Normal.
Esto nos lleva a plantear la necesidad de contar con un nuevo paradigma superador que apueste por el establecimiento de relaciones dialécticas, simétricas y libres de dominio entre el conocimiento y la acción, continuó Contreras Castro.
Muchos profesores, enfatizó Alejandra Contreras, “en particular los que enseñan ciencias, matemáticas, ciencias sociales, han estado esperando una teoría comprensiva del aprendizaje y la educación que proporcionará una base consistente para explicar sus éxitos y guiar su trabajo diario”.
El profesor, concluyó, es un sujeto reflexivo, racional, que toma decisiones, emite juicios, tiene creencias y genera rutinas propias de su desarrollo profesional. Los pensamientos del profesor guían y orientan su conducta, incidiendo en la relación teoría-práctica en los procesos de enseñanza-aprendizaje.
Por lo tanto, el profesor debe estar abierto a la experiencia del niño significa que hay que evitar tratar las situaciones de una manera estándar y convencional; pues algunas veces, los profesores no nos damos cuenta de cómo influimos en nuestros alumnos, incluso en aquellos que imaginamos.
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