La semana pasada en la prensa internacional (BBC, Le Monde, El País) y nacional (la Jornada, Milenio) apareció la noticia de dos estudiantes baleados y muertos en una marcha contra la reforma educativa en Chile. En México, la noticia que apareció en televisión daba cuenta a través de imágenes del enfrentamiento entre policías, estudiantes y jóvenes encapuchados chilenos en la Ciudad de Santiago.
De fondo, entonces la muerte llenó más el morbo que el propósito de la marcha, el cual era el rechazo a la reforma educativa, -emprendida por el gobierno desde la dictadura de Augusto Pinochet- y a los recientes escándalos de corrupción política del gobierno de Michelle Bachelet.
Con este marco cabe pensar la Reforma Educativa Chilena desde cuatro interrogantes: quiénes participaron en la marcha contra la reforma; qué papel juegan sus líderes estudiantiles y juveniles; qué puntos plantea la reforma educativa chilena; y como telón de fondo, qué lecciones o comparaciones hay con la reforma educativa en México. En esta primera publicación abordaremos sólo como punto de partida, la primera interrogante.
¿Quiénes participaron en la marcha contra la reforma educativa chilena?
Según el periódico El país (16 de abril), la marcha convocó 100 mil estudiantes, según fuentes oficiales chilenas, la marcha no llegó a 20 mil. En algunos periódicos chilenos nacionales como el Mercurio (de ala conservadora) la noticia ni siquiera apareció.
Aparecer en el espacio público no es un asunto menor y la guerra de cifras tampoco, siempre es importante para saber el impacto, poder de convocatoria y correlación de fuerzas. En ese sentido cabe mencionar que participaron en la marcha, la Confederación de Estudiantes de Chile (CONFECH), La Coordinadora Nacional de Estudiantes Secundarios (CONES), la Asamblea Coordinadora de Estudiantes (ACES) y el Colegio de Profesores de Chile (CPC).
La CONFECH, nada más y nada menos tiene la fuerza y poder de aglutinación de la mayor cantidad de universidades públicas y privadas de Chile. La CONFECH, se funda en 1984, pero su historia se engarza con organizaciones estudiantiles que hunden sus raíces hasta la primera década del siglo XX. Actualmente la CONFECH toma como una de sus demandas sociales, el derecho a la educación y en ese sentido participa con otras organizaciones sociales.
CONES, según su blog oficial, es un movimiento estudiantil que se fundó en el 2011, y tiene como base los mismos preceptos que dieron origen a la famosa marcha o revolución de los pingüinos en el 2006. Como algunos recordarán la Marcha o revolución de los pingüinos, tuvo como objetivo la defensa de la calidad y el acceso en la educación. La particularidad de la marcha de los pingüinos fue el modo de la protesta – vestían–el el uniforme escolar obligatorio en la enseñanza básica en Chile- y quienes encabezaron el movimiento, esto es estudiantes de secundaria.
Por su parte la ACES, nació en el 2001, se desprendió de una Federación de estudiantes. Actualmente, su forma de organización es horizontal y aglutina, al igual que CONES, a estudiantes de secundaria que tienen como propósito el acceso a la educación mediante la lucha por tarifas económicas o gratuitas en el transporte escolar.
Finalmente el CPC, es un gremio magisterial de los niveles básico y medio superior que nació en 1974 a raíz de la desaparición forzada del sindicato único de maestros en el periodo de la dictadura Chilena. Actualmente el colegio de profesores cuenta con aproximadamente 70 mil agremiados, cifra aparentemente menor, pero influyente en el sistema educativo. Sin maestros no hay educación.
Con este marco en el caso de México, bien cabe plantear una comparación básica y elemental, ¿qué actores o quiénes han participado en las marcha contra las reformas educativas implementadas en los últimos años?
Lo que se observa y contrario a la reforma educativa chilena, los actores o interesados en rechazar la reforma educativa mexicana han sido principalmente los profesores (de escuelas públicas) de distintos niveles, desde el nivel básico hasta el bachillerato. Los profesores de universidades públicas y privadas, lo mismo que estudiantes universitarios no entran en esta escena.
Básicamente los actores interesados en rechazar la reforma educativa ha sido el ala radical del SNTE, esto es la Coordinación Nacional de Trabajadores de la Educación (en algunos estados). Cierto, existen otros grupos solidarios e inconformes, normalistas, intelectuales, académicos; pero en el rechazo a la reforma educativa mexicana se nota que van solos los maestros.