Tres imágenes. Dos secretarios: el de Educación Pública y el del SNTE. Uno al lado del otro. Se presenta al segundo, luego del primero y antes que a los representantes del Congreso. Inseparables. Re‐unidos. Otra: en el video, es tal la pulcritud actual de las escuelas antes pintarrajeadas, y tanto el elogio a lo sucedido que, más que avances, se ilustra el logro alcanzado: la reforma es un hecho y la calidad abunda. Tercera: los alumnos que aparecen en el spot, casi todos, abrazan una tableta. ¿Así se decidió en el guión? Quizá. Ha de quedar claro: son salvavidas educativos para el mar de la ignorancia. Forma.
Acciones. El licenciado Chuayffet habla: la reforma es un proceso, no un hecho espectacular. Perseverancia es la virtud. Apertura a la crítica (siempre y cuando sea la adecuada). Y viene la lista de acciones: rezago educativo a la baja y descendiendo; profesionalización y evaluación docente. Calidad inscrita en la Constitución. Censo. Dinero abundante a las escuelas peor dotadas. Nómina en el centro y negociación única en la elipse tradicional reconstruida: los focos, SEP y SNTE. Nuevas pruebas del aprendizaje pronto. No ha llovido café en el campo educativo, sino tabletas y equipos portátiles: son millones y más serán. Recursos a las escuelas para que decidan en qué invertir: autogestión. Escuelas dignas. Telebachilleratos comunitarios: van por miles. Prepa en línea. En dos años, 400 mil estudiantes más (548 en promedio cada día), ya sea en 23 nuevas instituciones de educación superior, en la Universidad Nacional Abierta y a Distancia, en nuevos salones o repletando los salones que había. De 3.3 a 3.7 millones creció la matrícula. Concursos de ingreso a la profesión y a cargos directivos por millares, ergo: los mejores. Como se ve, no han parado… ¿A dónde van?
Rumbo. Como se hicieron foros, hartos dice el licenciado, y se recibieron 15 mil propuestas además de las recomendaciones de los expertos, no tarda el Nuevo Modelo Educativo. Un momento: ¿cómo es posible examinar a docentes, declararlos idóneos o incompetentes, profesionalizarlos desde las alturas, valorar su permanencia o acompañar su mejora sin proyecto educativo? ¿Cómo recuperar o ampliar la pertinencia de las Normales en ausencia de la nueva orientación pedagógica? ¿En qué programa de formación renovado se inscriben los millones de tabletas? Los foros: 5 minutos a cada ponente, sin intercambio ni diálogo. En educación básica, los que acompañamos este ejercicio expresamos, el año pasado, que de ellos no podía surgir el nuevo modelo: era preciso consultar más, de otro modo, en distintos niveles y con la calma que impone la urgencia de hacer bien las cosas, no de hacer, a todo tren, muchas cosas nada más.
Las formas contradicen lo dicho, y lo que se hace (que puede ser adecuado o no del todo en cada caso) carece de horizonte académico renovado que lo armonice. En otras palabras, el avance en la reforma no es educativo: reducida a otras formas de administración de plazas, aplicación de exámenes y dotación de recursos, para ser educativa requiere recuperar para el Estado, a través del magisterio, la rectoría de la educación, no la rectoría en la relación clientelar con el inseparable SNTE, su espejo.
Artículo anterior: Muy bien, señor secretario
Profesor de El Colegio de México y director Académico de Educación Futura.
@ManuelGilAnton
mgil@colmex