Carolina Irene Crowley Rabatté*
El pasado 3 de marzo, en entrevista con los canales televisivos Once y 22, Marx Arriaga Navarro, recién nombrado Director General de Materiales Educativos de la SEP, dio a conocer que iniciará un proceso de rediseño de los libros de texto gratuitos, porque, según afirmó, “…a lo largo de los años el libro ha perdido vida, se ha ido convirtiendo en un material un tanto oscuro”. Asegura que, si bien estos libros “son compendios de contenidos”, los estudiantes no encuentran “simpatía o empatía” con esos materiales. Afirmó que este proceso de rediseño obedece al deseo de “recuperar el alma” de estos libros. Expuso que, en lugar de encargar la elaboración de cada libro de texto a un autor reconocido o a un equipo de personas expertas, la SEP empleará otra vía: la publicación de una convocatoria amplia a: docentes normalistas, investigadores de universidades, becarios de posgrado, bibliotecarios y directivos de comunidades educativas escolares y sus consejos técnicos, cronistas y maestros jubilados, cuyo único requisito para participar es que “…consideren al Libro de Texto Gratuito como un beneficio incalculable, como una inversión al futuro de nuestro país”. “No buscamos que ahora se haga un libro único –dijo Arriaga– hecho por una persona, por un genio, … buscamos la colaboración de miles de profesores…”.
En la visión del Director General de Materiales Educativos, la SEP contará, por esta vía, con miles de colaboradores para que, “entre todos, logremos diseñar los materiales que en realidad resuelvan los problemas que tenemos frente a grupo…”, explicando que se entregará una actividad del libro a cada profesor y, de esta manera, se tendrá una multitud de colaboradores trabajando en esta tarea a lo largo y ancho del país.
El proceso de inscripción masivo de renovación editorial cerró el domingo 14 de marzo. Según indica la convocatoria, la SEP evaluará, (con base en un análisis de la formación académica, práctica docente, innovación pedagógica y gestión de la información), la pertinencia de cada uno de los miles de interesados que, según anticipa Arriaga, se inscribirá al proceso. Con las personas seleccionadas, la SEP conformará “…12 grupos de trabajo, alrededor del país, …” encargados del rediseño de los LTG.
La convocatoria no específica cuántas personas integrarán cada uno de estos 12 grupos, ni si cada grupo tendrá un propósito o una temática específica a su cargo. Asimismo, Marx Arriaga puntualizó que todas las personas aceptadas en la convocatoria recibirán la capacitación necesaria “para reforzar los conocimientos previos y así los contenidos que se desarrollen sean de la calidad y pertinencia que el libro de texto requiere.”
En esta primera etapa la SEP renovará 18 de los 30 libros de texto, correspondientes a los grados de tercero a sexto, en las asignaturas de Español, Historia, Ciencias Naturales y Geografía. Arriaga adelantó que cada página de cada libro será ilustrada por un artista diferente, para que “…este libro sea el reflejo del multiculturalismo y de las diferentes problemáticas que hay en el país”. Para ello la SEP lanzó otra convocatoria, que estará abierta del 15 de marzo al 4 de abril, para atraer a artistas plásticos e ilustradores.
A decir de las autoridades, este complejo proceso para desarrollar la autoría, ilustración y diseño editorial de 18 nuevos libros debe completarse el 31 de mayo de 2021, que es la fecha límite para que la Comisión Nacional de los Libros de Texto Gratuitos reciba los originales y esté a tiempo para imprimir y distribuir los muchos millones de ejemplares que se requieren para que todos los alumnos reciban sus nuevos libros en agosto, el primer día de clases, y así lograr que el ciclo escolar 2021-2022 arranque con nuevos libros de texto.
Ante este panorama surgen algunos cuestionamientos. Por una parte, las afirmaciones de Marx Arriaga, acerca de que los libros de texto gratuitos son materiales oscuros y sin alma, incita a saber en qué fundamenta su juicio categórico. ¿Existe una evaluación curricular seria y rigurosa cuyos resultados orienten este complejo proceso de rediseño? Si no existe, ¿no estaríamos ante puras ocurrencias y caprichos curriculares? ¿Cómo imagina Marx Arriaga un libro de texto gratuito con alma y con el cual empaticen las y los estudiantes de primaria?
Por otra parte, no pareciera que las autoridades estén dimensionando la complejidad de las acciones implicadas en la tarea del rediseño de los libros. Ante la cercanía del nuevo ciclo escolar, la SEP cuenta tan solo con 77 días naturales o 56 días hábiles para desarrollar este importante y nada sencillo proceso de principio a fin. En dicho lapso será necesario concebir el concepto y la estructura de cada libro; capacitar a las personas seleccionadas para desarrollar los contenidos; formar los equipos de trabajo; revisar, evaluar y aprobar las propuestas que generen miles de profesores; para finalmente diagramar unas tres mil nuevas páginas y ensamblarlas coherentemente para formar 18 libros de texto de calidad. Ello equivale a concluir un nuevo libro cada cuatro días. ¿Es realmente posible en este breve tiempo lograr un proceso que garantice la calidad necesaria de 18 nuevos libros?
¿A qué se debe este bomberazo? Renovar los libros de texto no pareciera la tarea más urgente en este momento. No cuando el mundo –y México no es la excepción– vive momentos tan difíciles provocados por la pandemia de COVID-19. Los alumnos en nuestro país llevan un año sin asistir a la escuela. Poco o nada han dicho las autoridades de cómo será el regreso a clases. Los maestros, los alumnos y los padres de familia necesitan certezas para retornar a las aulas.
Renovar los libros de texto gratuitos no parece ser el curso de acción más pertinente en estos momentos. ¿No sería más adecuado enfocar todos los esfuerzos de la SEP en garantizar un buen retorno a las aulas? ¿Qué seguridad hay de que los programas televisivos ya no serán necesarios? ¿No están estos programas estrechamente coordinados con los actuales libros de texto? ¿La inversión millonaria que el país ha hecho en la estrategia “Aprende en casa” debe desecharse sin más? ¿No merecemos los maestros, alumnos, padres y sociedad en general una explicación de mayor fondo que la percepción subjetiva de un funcionario que afirma que “los textos actuales carecen de alma”?
La manera en la que la SEP plantea el complejo rediseño de los libros de texto gratuitos se asemeja a una odisea exprés. Odisea en el sentido de una sucesión de peripecias que en su mayoría se vislumbran desafortunadas. No se trata sólo de eliminar contenidos, que gusten más o menos a la presente administración, ni tampoco de engarzar múltiples actividades aisladas, que individualmente puedan, o no, ser efectivas en las aulas de cada maestro participante. Es necesario sobre todo garantizar la elaboración de textos de calidad. Se trata, ni más ni menos, del currículo nacional que se materializa en los libros de texto gratuitos, pues estos de facto se convierten en la base de lo que los y las docentes enseñan y lo que los y las niñas aprenden.
Si la SEP lleva acabo una evaluación seria de los actuales materiales educativos, la cual indique la necesidad de su rediseño, tal renovación debe llevarse a cabo con el tiempo y los procesos necesarios para para garantizar la calidad y pertinencia de los libros de texto gratuitos.
Como sociedad no merecemos improvisaciones, ni bomberazos, ni ocurrencias, y menos aún una odisea exprés como la que pretende Marx Arriaga Navarro.
carolina.crowley.rabatte@gmail.com
*Integrante de MUxED. Es licenciada en Pedagogía, maestra en Educación y doctora en Ciencias Sociales por la UAM, en la línea de sociedad y educación. Su trayecto laboral se relaciona con actividades de docencia, currículo, didáctica, evaluación e investigación educativa.