Al participar en el Congreso Latinoamericano de Medición y Evaluación Educacional (COLMEE) 2018, efectuado en Montevideo, Uruguay, Sylvia Schmelkes del Valle, consejera del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE), destacó que, en materia educativa, un problema en América Latina es la ausencia de una política de equidad y de atención a la diversidad en muchos de sus países.
Ante maestros y especialistas dijo que falta mucho para asegurar que se cumpla a cabalidad el derecho a una educación de calidad para todos, por lo que es necesario considerar el establecimiento de políticas de equidad y diversidad, porque las necesidades y los puntos de partida de las comunidades son distintas.
La adecuada comunicación de los resultados de las evaluaciones, su utilización para la mejora de la educación, fortalecimiento de la evaluación en la escuela y en el aula, la formación de docentes para llevarlas a cabo, y avanzar en la interculturalidad, la paz y la ciudadanía, fueron algunos de los aspectos que consideró están pendientes, y en los que deben trabajar los países latinoamericanos.
La consejera del INEE informó que para elevar la calidad de la educación, a partir de las evaluaciones, es necesario mejorarlas, trabajar escuela por escuela, y en la formación docente para que ellos aprendan a hacerla y a usarla.
Afirmó que uno de los ejes estratégicos que deben establecerse es la evaluación de los docentes y que para ello es necesario identificar bien su frecuencia e intensidad, lograr la participación del maestro, vía su profesionalización, y utilizar a la evaluación con fines formativos y de mejora.
Dijo que el INEE deberá, para después del 2030, darle mucha mayor importancia a la innovación en materia de evaluación educativa; es decir, en cómo evaluar, cómo usar los resultados y en cómo intervenir en el mejoramiento del aprendizaje de los alumnos y de las escuelas.
En otro punto de su exposición comentó que mientras la educación no se convierta en un mecanismo igualador social, la equidad debe seguir siendo un eje prioritario junto con el combate a la pobreza, el fomento del empleo, políticas de nutrición y salud, equilibrios regionales y enfoque territorial.
Finalmente, aseveró que se debe avanzar hacia metodologías mucho más participativas de evaluación educativa y en demostrar que sus resultados ayudan a mejorar la calidad de la educación.