Noviembre 2015
El presente texto forma parte de
La dinámica de los mercados laborales
libro en elaboración
México es el país más oprimido por los mitos.
No hay nada más sólido que una creencia.
Enrique Krauze
Introducción
Desde hace más de 20 años investigo sobre la cuestión educativa. En particular, sobre aspectos relacionados con la educación superior. Ya entonces era un verdad incuestionable la existencia de carreras “saturadas”. Los centros de orientación vocacional tenían como fin, no encausar hacia la vocación descubierta de los profesionales en potencia, sino desestimular la supuesta sobre-demanda por carreras a las que ya no debían dirigirse los preparatorianos.
Existe una especie de creencia axiomática detrás de quienes trabajan en estas tareas: Los estudiantes de bachillerato no saben lo que es el mercado profesional. Tampoco saben de qué son capaces (desconocen su propio potencial). Igualmente, desconocen un sinnúmero de estudios profesionales que eventualmente han sido convertidos en carreras por las instituciones de educación superior, por las cuales es posible, y deseable, optar. Las nuevas disciplinas profesionales requieren ser atendidas y, de paso, liberar de sobre demanda a las carreras convencionales. No existen estudios que justifiquen estas tesis. No parecen ser necesarios. Son una creencia ampliamente compartida.
Es difícil precisar con exactitud qué determina la composición disciplinaria de la demanda por estudios de nivel superior. Lo que es cierto, sin necesidad de pruebas, es que ésta muestra enorme resiliencia.
Hemos demostrado (Rangel, José, La dinámica de los mercados laborales, libro en elaboración) que la distribución estructural de la demanda por estudios de nivel superior es similar a la estructura de los mercados laborales. ¿Por qué es muy grande la demanda por ingreso a cierta carrera, digamos Administración? Fácil, porque el mercado laboral es asaz grande. Los mercados laborales grandes absorben muchos profesionales. Los pequeños, pocos. Las dimensiones relativas se mantienen. Las velocidades de crecimiento son similares. Resultado, la estructura permanece constante.
Si los mercados de profesionales muy grandes, los grandes, medianos y pequeños experimentan tasas de crecimiento similares nos hay razón para aseverar que existen carreras saturadas. O bien, que la demanda a determinadas carreras es “demasiado” elevada y se requiere recanalizar hacia otras (en general técnico científicas y/o de nueva creación). La sola existencia de una estructura de carreras como se maneja en el mundo de la educación superior en México es ya un absurdo, y se siguen creando, tratar de forzar su participación en el mercado laboral es un absurdo no menor. Sobre todo, cuando el mercado dice lo contrario.
México frente al mundo
En esta ocasión nos preguntamos, si en México existen carreras o disciplinas “saturadas”, qué ocurre en el resto del mundo. Cómo se comportan las disciplinas y los mercados laborales en otros países, si, como aquí muchos piensan, están distorsionados.
Seleccionamos a un conjunto representativo de países, con los cuales puede compararse México. Todos ellos miembros de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), más Colombia. La muestra incluye países con mayor y menor desarrollo que México.
El gráfico 1 expone la participación relativa de las economías y de los egresados del nivel superior en el conjunto. Sin recurrir a una descripción in extenso del gráfico comparativo es por demás interesante notar que se aprecia una relativa similitud entre ambas estructuras, la económica y la de egresados. No hay distorsiones notables, a primera vista.
Sin embargo, es muy relevante encontrar que las economías más desarrolladas requieren menos egresados para operarlas que las menos desarrolladas. Puede decirse que profesionalmente, las economías desarrolladas son más productivas profesionalmente. Requieren menos insumo profesional.
En promedio, México, junto con las economías de nivel de desarrollo similar tiene más profesionales que los que requeriría su economía. O bien, tiene una economía de menor tamaño a la que corresponde según su número de profesionales graduados. De cualquier forma que se le mire, estas economías hacen un uso menos productivo de sus profesionales.
¿Cuál es la norma? Podemos establecerla de manera estadística. Lo que la historia ha generado hasta el momento. El promedio de un conjunto como éste es razonable. Lo relevante es observar quiénes están por encima y quiénes por debajo, como se mencionó anteriormente.
Los casos extremos son EE. UU. y Brasil. El primero tiene 6 puntos menos de profesionales frente a los que requeriría su economía. En tanto, Brasil, por el contrario, tiene 6 puntos más.
Por otro lado, es razonable pensar que en países como los seleccionados exista una correlación similar entre el tamaño de sus economías y el número de egresados de nivel superior universitario. Cuando menos en los albores del siglo XXI. Especificar cuál y qué elementos y en qué proporción determinan esta correlación está fuera de los alcances de este trabajo. Interesa apoyarse exclusivamente en la regularidad estadística que se observa.
Conclusión preliminar, México tiene un número de graduados de educación superior que corresponde con el tamaño de su economía. Ligeramente ineficiente, en tanto otros países producen más con menos profesionales. Frente a los países industrializados, México es más ineficiente. Sin embargo, frente a otros países emergentes se comporta mejor. Del conjunto seleccionado, Brasil y Colombia tienen peor comportamiento, en tanto Chile es mejor. No así Corea, cuya economía es menor a la mexicana y, como en el caso mexicano, requiere 2 puntos porcentuales más de profesionales para operarla. No está en discusión en este contexto la calidad de los profesionales involucrados, ni el volumen de su cobertura, situasen cobertura su posición es muy endeble. Es muy probable que si ambas tuvieran un mejor registro en el caso mexicano la correlación entre tamaño de la economía y número de egresados de educación superior le sería mucho más favorable.
La estructura disciplinaria de los egresados
El siguiente gráfico 2 nos muestra de qué manera se estructuran disciplinariamente los egresados del conjunto de países seleccionados.
El pastel derecho de ambos gráfico es el mismo: la distribución de graduados por países. Solo que ahora podemos observar la forma en que se distribuyen disciplinariamente, al observar el pastel izquierdo.
Con el fin de evitar distorsiones por el peso relativo de los EE.UU. se elaboró el gráfico 3.
Eliminar a los EE.UU. produce resultados sorprendentes, pero no desbalances significativos sobre la estructura disciplinaria de los egresados del nivel superior. En el resto mundo (llamemos así al conjunto de países menos EE.UU.) se estudia más educación, más Leyes y más Ingeniería.
Incorporar a EE.UU. hace que crezca la aportación en el número de graduados en Ciencias Sociales, Humanidades y en Ciencias de la Vida. Por lo demás, el porcentaje de graduados de este país se conforma a la norma.
La estructura disciplinaria del mundo es lo suficientemente estable para servir de comparativo y conocer si en México hay carreras “saturadas”, que se comporten fuera de la norma.
Similitudes y diferencias
Frente al colectivo de países seleccionados, México muestra diferencias poco significativas excepto en los siguientes casos: Humanidades y Artes (HyA), Administración y Negocios (AyN), Leyes, Ingenierías, Ciencias Duras y Ciencias de la Vida. Ver gráfico 4.
Los esfuerzos por reorientar la demanda hacia carreras técnicas y lejos de las Humanidades ha tenido consecuencias cuyos resultados son difíciles de medir.
En relación con el mundo, México es un país inundado de ingenieros. Relativamente tiene muchos más profesionales egresado de esta disciplina que lo que parecería razonable esperar. México produce más de 3 veces la proporción de ingenieros que EE.UU, 1.3 veces los egresados en Alemania. México está ligeramente por debajo de Corea. Sin embargo, frente a otros países del área latinoamericana muy por encima (Véanse los gráficos 5 a 9 del apéndice gráfico).
¿Requiere una economía como la mexicana una proporción tanto mayor de ingenieros comparado con naciones industrializadas como EE.UU. y Alemania? ¿Tiene efectos positivos sobre la economía disponer de esta elevada proporción de ingenieros? ¿Están los ingenieros mexicanos altamente capacitados para impulsar cambios a partir de su elevada proporción profesional en la economía?
A los ingenieros habrá que añadirles que México dispone de un arsenal de especialista en cómputo similar al del mundo desarrollado y superior al de cualquiera de sus pres latinoamericanos.
En México hay tantos administradores como en EE.UU. Entre Leyes, AyN, Ciencias Sociales y HyA, tanto en México como en los países industrializados, incluyendo Corea, los egresados de estas áreas representan alrededor del 50% del total. Sin embargo, la enorme diferencia está en la composición interna. En México el porcentaje de egresados en HyA es exiguo, cuando menos.
Es extraordinariamente interesante observar el enorme privilegio que reciben las Humanidades y las Artes en los países desarrollados, en particular en EE.UU. Y no es una característica reciente. En la presentación que hizo John Hennessy, como presidente de Stanford University, de Steve Jobs principal orador durante la Ceremonia de Graduación 114 en 2005, recordó las palabras del fundador de la misma, Leland Stanford, quien aseguraba que para el éxito en la vida lo más importante era el cultivo y el desarrollo de la imaginación, la técnica era sólo un punto de apoyo inicial.
Siempre han defendido y priorizado la importancia de la formación inicial en lo que llaman “Liberal Arts”. La estructura de su egreso lo confirma. Véase su relevancia en el siguiente trabajo del Decano de la universidad canadiense de Cariboo: Why Study the Liberal Arts?. Lo que ahora se propone aquí como los fundamentos de los estudios universitarios del futuro han sido la tradición de las llamadas Liberal Arts. A ellos los alcanzó el futuro hace mucho. Lo inventaron.
Incluso Corea, que sobredimensiona la relevancia de las carreras técnicas (Ingenierías y Cómputo), no lo hace a costa de la Humanidades. Tienen 4 veces más egresados en HyA que México, al igual que Alemania.
El exiguo egreso de profesionales en las Humanidades y las Artes en México se compensa con una fuerte dosis de abogados, la segunda mayor del conjunto, después de Brasil. Curiosamente, el país conocido por que todo se hace por medio de demandas, EE.UU., cuenta solamente con 2% de profesionales egresados en el campo de la abogacía.
Frente al promedio de países seleccionados en la muestra podría plantearse la posibilidad de una sobresaturación de mercados profesionales en las Ingenierías, tanto como en Leyes. Una ligera saturación en Administración y Negocios. Pero, definitivamente, una sensible escasez de profesionales en Humanidades y Artes.
México está operando una economía con más ingenieros, abogados y administradores que el resto del mundo. Por el otro lado, es una sociedad con una muy magra formación de profesionales en el terreno de las Humanidades y las Artes.
Sin duda, es una resultante, entre cuyas determinantes se encuentran todos los esfuerzos enfocados a alterar esta composición estructural, por parte de los responsables de administrar el sistema educativo.
Se ha fallado en que, a pesar de los denodados esfuerzos, tanto Administración y Negocios como Leyes parecen inmunes a ellos. Cuando se observa la dinámica de los mercados laborales correspondientes, la conclusión es más fuerte aún. No están saturados, ni hay sobredemanda. Su crecimiento es vigoroso, como los que más (J. Rangel, Los mercados laborales profesionales, …..aspectos de su dinámica).
Los esfuerzos de recanalización, por otro lado, sí parecen haber surtido efecto en sobre estimular la demanda por estudios ingenieriles (cuyos resultados en la economía no se ven) y, también, minimizar la demanda por estudios humanísticos y de artes.
En Stanford, como solo un ejemplo, establecen al derecho la prelación de prioridades, contraria a la política educativa en México: En la misma presentación de Jobs dice el Decano que la Macintosh resultó tan grandiosa porque quienes trabajaban en ella eran músicos, artistas, poetas, historiadores y, además, computólogos (Ver referencia 4).
México está embarcado en una historia de tan larga data desdeñando la valía de los estudios artísticos y humanísticos que, para lograr un nuevo consenso sobre su valía y la necesidad de impulsarlos al máximo, tendrán que pasar varias generaciones. En tanto se seguirá buscando con ahínco que una creciente proporción de profesionistas técnicos carguen con la tarea acelerar el desarrollo del país (Leland Stanford, fundador de Stanford University: “I attach great importance to general literature for the enlargement of the mind and for giving business capacity. I think I have noticed that technically educated boys do not make the most successful businessmen. The imagination needs to be cultivated and developed to assure success in life. A man will never construct anything he cannot conceive”). Es como seguir instalando fábricas de ladrillos para ver si algún día se hace una casa bonita.
Conclusión
A la luz de las estructuras disciplinarias de los egresados de educación superior en México y un conjunto seleccionado de países, como patrón de comparación, en general, es difícil aseverar que en México se observan áreas disciplinarias en condiciones de saturación. Sorprende no tanto la posible saturación, cuanto la aparente carencia de profesionales en áreas clave.
Hay distorsiones que aquí se asevera resultan del esfuerzo de la política de reorientación de la demanda. En algunos casos funciona, en otros no tanto.
Las mayores diferencias frente al conjunto de países se observan en la sobre dimensión de egresados en el área de las ingenierías (casi el doble que el promedio), un importante número mayor de abogados, igual que el caso anterior y un poco más de administradores y profesionales de la gestión de negocios.
Por el otro lado, el de las insuficiencias, la mayor, sin duda, está en el campo de las Humanidades y las Artes. México produce menos de la mitad de profesionales en estas disciplinas, en comparación con el resto del mundo. Si alguna preocupación hubiera por parte de los responsables de balancear la demanda hacia promedios razonables (como el resto del mundo), éste es el sitio donde tendrían que encenderse luces rojas.
Definitivamente, puede aseverarse que difícilmente se sostiene la tesis de mercados saturados cuando, además, se la ve a la luz de la dinámica de los mercados laborales profesionales.
El cuadro 1 es un resumen del crecimiento de los mercados laborales de los que se tiene registro en México. Leyes, Administración, Negocios, Contaduría, Psicología, Ingeniería Industrial, Comunicación y otras, que definen lo que se conoce como las carreras saturadas, pertenecen a los dos mercados más grandes. Después de su tamaño, la siguiente característica que los define es su gran dinámica. Son los que más crecen. Ergo, los que más profesionales absorben, ergo por los que mayor demanda muestra el mercado, ergo los que mayores señales muestran de vitalidad. Ergo, donde no hay forma de sostener que están saturados.
Quienes defienden y abogan por el control del ingreso a supuestas disciplinas saturadas, o algunas de sus carreras, tendrán que dejar de asumir que lo están y encontrar argumentos muy sólidos para mantenerse en esa posición. El manejo de la educación se sustenta en muchos mitos, y éste es uno de ellos.
Apéndice Gráfico