La mayoría de los profesores utiliza con regularidad las redes sociales, bien sea con fines académicos o personales. Se trata sin duda de un canal que les permite acercarse a los estudiantes.
Sin embargo, este hecho no deja de preocuparles, debido a que esta actividad 2.0 podría causar problemas con sus alumnos, e incluso con sus padres.
Así lo afirma el estudio publicado por la Universidad de Phoenix, donde se analiza la integración de las redes sociales entre el profesorado de enseñanza primaria y secundaria en Estados Unidos, extrayendo interesantes conclusiones. Una de ellas nos revela cómo 47% de los profesores consideran que las redes sociales pueden contribuir a mejorar la experiencia educativa de los estudiantes.
En cambio, es importante destacar que el personal docente no mantiene una actitud proactiva respecto a su uso, incitando a los alumnos a interactuar con ellos a través de las redes sociales. Únicamente 17% afirma haber animado a sus alumnos a conectar con ellos en estos medios. Ni siquiera han integrado su uso en el aula, solo 18% reconoció el uso de esta práctica en su clase.
En el caso de los profesores de instituto, sí se aprecia una mayor integración de las redes sociales. 19% de los profesores las aplicaba dentro de la propia aula, mientras que 21% afirma haber invitado a sus estudiantes a conectar con ellos. Por su parte, 55% indicó que tampoco tenía previsto incluir las redes sociales en su actividad docente en el futuro, aunque a 27% sí le gustaría hacerlo.
El desarrollo de las redes sociales ha sido tan rápido que muchos sectores, como el de la educación, no han sido todavía capaces de reaccionar. Ante la llegada de las redes sociales a la escuela, los profesores lamentan no contar con un plan de formación que les oriente sobre el uso adecuado de esos nuevos canales en su actividad diaria, tanto para conectar con los alumnos como con sus padres.
Únicamente 29% de los encuestados afirmó haber recibido formación al respecto.
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