El 13 de diciembre se publicó lo que se dispone hacer el gobierno actual en materia educativa: ya tenemos Programa Sectorial (PSE). Arranca con una mirada a la situación presente, luego enuncia las estrategias, objetivos y líneas de acción que se seguirán y, finalmente, expone las metas a conseguir (indicadores) en el 2018: diagnóstico oficial, acciones necesarias para mejorar y cómo se medirán sus logros. Si es más que el cumplimiento formal que se desprende de la Ley de Planeación, es preciso considerarlo, pues conforma el horizonte educativo al que aspiran los que ahora administran los haberes y conducen los quehaceres educativos nacionales.
En el diagnóstico, llama la atención que el primer párrafo indique cuan importante ha sido hasta nuestros días la educación laica y gratuita. Luego añade: “En virtud de la reforma constitucional de febrero de 2013, la educación debe ser de calidad”. ¿No debía haber sido así desde siempre? Reitera el viejo, y falso, argumento: hasta hace poco, el esfuerzo fue alfabetizar y dar espacio a la población que durante el siglo XX se multiplicó 10 veces: cobertura. Toca atender ahora a la calidad. Es falaz lo dicho, pues el Estado ha otorgado cantidad y calidad a un pequeño sector social, y, manirroto, mala cantidad sin calidad a las mayorías: la política educativa ha estado sesgada por, y al servicio de, la desigualdad.
El propio PSE reconoce que ni la cobertura se ha logrado del todo: de acuerdo con el Censo 2010, 87% de los niños de cinco años está en la escuela; 96% de los que tienen 12; a los 14, 87%: en esa edad termina la secundaria. A los 15, cuando inicia la media, 79% en las aulas y, a los 18, cuando ha de concluirse, barranca, menos de la mitad. Más de 32 millones de mexicanos, con 15 años o más, no terminaron primaria o secundaria.
Proponen centrar el trabajo en “reforzar las capacidades de comprensión lectora, expresión escrita y verbal, razonamiento analítico y crítico, creatividad y, de manera destacada, la capacidad para aprender a aprender”. Inobjetable. Y anuncian que se harán consultas amplias para revisar el modelo educativo. ¿Hubo reforma educativa en 2013 sin revisar el modelo educativo? Cosas veredes, Sancho.
Para articular el esfuerzo, el PSE tiene seis objetivos, cada uno con estrategias y líneas de acción: 1) calidad en la educación básica; 2) calidad y pertinencia en la media, superior y formación para el trabajo; 3) mayor cobertura, inclusión y equidad educativa; 4) fortalecer el deporte; 5) difundir arte y ; y 6) impulsar la educación científica y tecnológica. Estos objetivos contienen 34 estrategias y 265 (¡) líneas de acción (sin contar las estrategias transversales y sus actividades). ¿Programa de trabajo o enunciados deseables al mayoreo?
Por último, se dan a conocer 13 indicadores que permitirán “medir” sus logros al final del periodo: todas las plazas serán obtenidas por concurso. Pasar de las actuales 7 mil 708 a 40 mil escuelas de tiempo completo. Reducir de 36 a 32% los estudiantes con nivel insuficiente en español en 3º de secundaria, y de 52 a 47% en matemáticas: esta meta se establece comparando la situación en 2008. Lograr que de 4.2% de la matrícula en el Sistema Nacional de Bachillerato —símbolo de calidad— se alcance 50%. Que 72% de la matrícula de educación superior participe en programas de calidad. Si hoy se otorgan cerca de 62 mil certificados de competencia laboral, en 2018 serán 10 veces más. Incrementar la tasa de escolarización en media superior de 65 a 80% y la de superior de 32 a 40%, pero que el porcentaje de participantes en estos niveles de estudio, ubicados en el 40% de la población con menos ingresos, crezca 13 puntos en la media (75%) y de 14.7 a 17% en superior. Disminuir la tasa de abandono de los estudios en todos los niveles. Pasar de 0.9% a 10% de estudiantes en el Registro Nacional del Deporte e incrementar a los que tienen actividades artísticas y culturales. Aumentar del .12 al .25 del PIB el gasto de las IES públicas en ciencia y tecnología y que los doctorados de calidad en esas áreas suban de 64 a 72%.
En síntesis, la ruta gubernamental es esta. ¿Metas triviales o retos de fondo? ¿Cuartillas rumbo al archivo? Ya veremos.
mgil@colmex.mx
Profesor del Centro de Estudios Sociológicos de El Colegio de México
Publicado en El Universal