En días pasados, el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) dio a conocer, el documento “La educación normal en México. Elementos para su análisis”, en donde hace un recorrido de la formación docente en nuestro país desde el siglo pasado, retomando trayectos formativos desde 1925, pasando por 1984 en que los estudios normalistas se elevan a nivel licenciatura, pasando las diferentes acciones para su transformación en instituciones de educación superior hasta la actualidad.
Dicho documento se constituye en el elemento de información más actual de análisis de la materia de formación docente y como tal, en un referente muy importante para poder hacer un análisis de la situación que se presenta en el México de nuestros días.
El informe refiere que las Instituciones normalistas muestran un debilitamiento en sus trayectos formativos y también en sus cuerpos académicos; con una reducción de casi 100 mil alumnos, sin recursos ni diagnóstico que identifique sus particularidades y necesidades, con una planta docente en la que menos del 50 por ciento de sus profesores están contratados por tiempo completo y sin flexibilidad curricular.
Si tomamos en consideración que en la plataforma electoral 2012 – 2018 del Partido Revolucionario Institucional (PRI), que es el que sustenta las acciones del actual gobierno federal, encontramos que sólo se encuentra un punto en el que se hacen mención (página 83), en donde se establecen los compromisos, dentro de los cuales encontramos: “Adecuaremos los planes y programas de estudio de la educación normal para hacer frente a los nuevos desafíos que plantea en la actualidad la educación básica” y “Es prioridad que las escuelas normales recuperen su papel protagónico en la construcción de un nuevo modelo educativo, y para ello, es necesaria su renovación”.
Como podemos ver, pasó todo el actual sexenio federal y a la fecha no hay nuevos planes y programas y, no sólo no recuperaron su papel protagónico, sino que ahora no se necesita de estudiar en una escuela normal para poder ser maestro. Estamos en tiempos electorales y los partidos y sus candidatos prometen ante notario sus compromisos. Lo importante es no olvidar quienes son los que prometieron y no cumplieron.