Desde el Plan Nacional de Desarrollo propuesto para el periodo 2001-2006, la educación ha sido uno de los temas centrales y además se reconoce como la herramienta necesaria para el progreso de la sociedad; por esta razón en el Programa Sectorial de aquella administración cuidadosamente se redactó: “La sociedad mexicana experimentará, de manera creciente, la necesidad de recurrir a la educación como instrumento fundamental para mitigar las desigualdades sociales. En el horizonte de los próximos 25 años, la educación constituye una condición necesaria, aunque no suficiente, para trascender las incertidumbres del mercado y aprovechar el dinamismo de la fuerza laboral…”
Hace algunos días en Educación Futura publicamos un análisis comparativo que abarca los tres primeros rubros que componen el Programa Sectorial planteado en la administración en curso y por los programas que refieren a administraciones pasadas 2001-2012 (Programa Sectorial en Educación ¿Qué ha cambiado en 13 años -primera parte). En esta ocasión nos centramos en la Educación Básica y volvemos a la pregunta ¿qué hemos logrado en 13 años?
En el periodo comprendido entre 2001 y 2006 en el Programa Sectorial se publicó lo siguiente “ En la educación básica se emprendió en la última década una reforma curricular, centrada en el aprendizaje, y se editaron libros de texto acordes con los avances pedagógicos en los diferentes campos del conocimiento. A la vez, se reformó la formación inicial de los maestros, orientándola más a la práctica y a la aplicación de los avances didácticos, y fortaleciendo la organización e infraestructura educativa de las escuelas normales. Se puso en marcha un sistema de actualización permanente de los maestros y directivos de educación básica y se crearon centros de maestros. Aún falta actualizar el currículo de la educación inicial y preescolar, en tanto que en la educación primaria las innovaciones pedagógicas todavía no llegan a las aulas: pocos maestros las han incorporado a su práctica docente”.
El Programa Sectorial propuesto en el 2007-2008 refiere: “Realizar una reforma integral de la educación básica, centrada en la adopción de un modelo educativo basado en competencias, que responda a las necesidades de desarrollo de México en el siglo XXI”; el papel de los docentes se asumió como agentes de cambio y facilitadores del aprendizaje de los alumnos, asumieron la necesidad de enfocar la oferta de actualización de los docentes para mejorar su práctica profesional y los resultados de aprendizaje de los educandos y la necesidad de reforzar la lectura, uso de lengua oral, competencias numéricas y habilidades cognoscitivas en los alumnos para que logren tener mejores resultados.
En el Programa Sectorial de la presente administración la situación de la Educación Básica no es alentadora, se reconoce una grave falla en la educación de calidad y hay, todavía, una falta de inclusión en zonas marginadas, rurales e indígenas. Los resultados de la prueba PISA sitúan a México en el número 53 de 65 países evaluados, reconocen el escaso impacto que han tenido los programas propuestos en distintas administraciones e identifica que la oferta brindada a los docentes no ha sido la adecuada.
Por estas razones, la Ley del Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) y la Ley General del Servicio Profesional Docente son indispensables para crear el mejoramiento de la educación pública. El INEE deberá hacer estudios que les permitan entender el entorno de las distintas escuelas para que con base en ello puedan generar pruebas que tengan relación con la realidad de las escuelas y las herramientas de los maestros “…habrá más seguridades sobre la imparcialidad, transparencia, objetividad y calidad técnica de las evaluaciones externas…” y por su parte La Ley General del Servicio Profesional Docente le da a los maestros un nivel más alto en la educación y se convierten en los profesionistas clave para la transformación de México.
“Un primer aspecto que el PSE plantea es crear las condiciones para que las escuelas estén en el centro del quehacer del sistema educativo y reciban el apoyo necesario para cumplir con sus fines. En la educación básica, la prestación de los servicios educativos es atribución de los gobiernos estatales. La SEP, a través de la Subsecretaría de Educación Básica (SEB), es la instancia rectora (…) y es necesario revisar el modelo educativo, la pertinencia de los planes y programas de estudio, así como de los materiales y métodos educativos. Para este propósito serán necesarias consultas al magisterio, a los padres de familia y a la sociedad”.