Irlanda Villegas y Erick Juárez
Ante las constantes Reformas Educativas, la Secretaría de Educación Pública (SEP) debe proveer la debida orientación y acompañamiento a los docentes, señaló la Dra. Rosa Guadalupe Mendoza Zuany, investigadora del Instituto de Investigaciones en Educación de la Universidad Veracruzana.
En entrevista realizada en el marco del Laboratorio de Periodismo y Política Educativa, la investigadora argumentó que las Reformas Educativas que no tienen continuidad en el mediano plazo, son causa de confusión; y pese a la autonomía y la agencia para el autoaprendizaje de la mayoría de los docentes, los acompañamientos que éstos reciben en términos de orientación, son muy débiles.
“La estructura educativa actual se basa en modos de operación que ocasionan que, pese a la buena voluntad de profesores, éstos lleguen con preparación insuficiente para enfrentar los constantes cambios en materia de política educativa”, puntualizó.
Ante ello, señaló que es necesario que existan mejores estrategias de comunicación y aterrizaje de las políticas públicas en materia educativa, a fin de que estas iniciativas logren ser comprendidas en su totalidad por quienes están en las escuelas.
Educación bicultural. Reto pendiente
Anteriormente, en un artículo publicado por la investigadora, aseguraba que la iniciativa que presentó AMLO recupera del pasado la educación bicultural bilingüe que se oficializó a finales de los 70s; enfoque que propuso la Alianza Nacional de Profesionales Indígenas Bilingües (ANPIBAC) para detener la castellanización y aculturación del indigenismo, y en una alianza con la SEP, se convirtió en el estandarte de la educación indígena.
En síntesis, asegura, el enfoque bicultural-bilingüe tenía como intención la plena adquisición de la lengua originaria y el planteamiento de un currículo desde la cultura propia, con el español y la cultura mestiza y occidental como complemento, como adición.
“Las condiciones en las que operaba el subsistema indígena naciente a través de la creación de la Dirección General de Educación Indígena (DGEI) en 1978, no permitieron su práctica en las aulas que siguieron siendo castellanizantes y aculturadoras. Podría decirse que ni el mismo enfoque intercultural bilingüe, que reemplazó lo bicultural-bilingüe, ha logrado transformar las aulas de las escuelas indígenas”, concluye.
*Texto realizado en el marco del Laboratorio de Periodismo y Política Educativa