En El arte de la guerra, Sun Tzu sentenció: “Los guerreros superiores atacan mientras los enemigos están proyectando sus planes. Luego deshacen sus alianzas”. No insinúo que Alfonso Cepeda Salas, líder del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, sea un guerrero superior, pero es el jefe de una tropa encuadrada en un organismo corporativo con décadas de experiencia en montar y desmontar alianzas.
Mientras las facciones agrupadas en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación mantienen su posición de independencia del gobierno y partidos políticos, la que comanda Cepeda Salas teje pactos con el jefe del Estado y su burocracia central. Al mismo tiempo que, con su doble lenguaje, ataca a gobiernos estatales, aunque sean de Morena, cuando los gobernadores apenas se preparan para modificar las reglas del juego.
En la manifestación del 18 de marzo que organizó el presidente López Obrador para glorificar la expropiación petrolera y refrendar su popularidad, Cepeda Salas se desvivió en panegíricos al Presidente: “Cómo no apoyar a quien nos cuidó, a quien nos respaldó durante la pandemia”. “El presidente López Obrador es un defensor férreo de la escuela pública”. Y más, ofreció una futura alianza al manifestar que apoyarán a quien Morena postule para la Presidencia de la Pepública.
Mas, en otra declaración, aporreó —y duro— al gobernador de Nayarit, el morenista Miguel Ángel Navarro. Lo calificó como el enemigo público número uno del magisterio nacional porque el Congreso local aprobó una enmienda a la Ley del Fondo de Pensiones y Jubilaciones de Nayarit.
La reforma legal establece que disminuirá el aguinaldo de 75 a 40 días y dejará de pagar 7% del salario de los docentes para el Fondo de Ahorro. La sección 20 y el SNTE nacional argumentan que es un derecho y una conquista laboral. Sin embargo, para el gobernador son privilegios que desfondan al erario estatal.
A pesar de que el SNTE declaró: “Haremos efectivo un sindicalismo legal, legítimo y democrático para defender todos los derechos de nuestros afiliados”, recurrió a la táctica favorita de la CNTE: bloqueos al Congreso, el más largo fue de 13 horas.
La enmienda legal está escrita desde el 14 de marzo, mas su vigencia está en duda. El SNTE oculta que no afecta a los trabajadores en ejercicio, sólo a los de nuevo ingreso por la no retroactividad de la ley. No importa, ya puso al gobernador en la diana. Le dispara dardos mientras lanza loas al Presidente.
Quién sabe cuál será la reacción de López Obrador. El SNTE es un aliado importante para las bregas electorales, pero su ánimo corporativo lo pondrá del lado de quien gane las elecciones. Tiene poder y quiere mantenerlo. No obstante, Nicolás Maquiavelo proveyó que el príncipe: “Tiene que preocuparse de que después sus aliados no adquieran demasiada fuerza y autoridad”.
En estas bregas hay ganadores y perdedores. No sé quién ganará, pero la educación nacional y los niños serán los perjudicados.