Intentando comprender la serie de “cambios” que para las normales se vislumbran, me di a la tarea de indagar un poco sobre los movimientos que a partir del 2010 se han gestado para las instituciones formadoras de docentes, porque ello, pensaba, me llevaría a inferir algunas cuestiones relacionadas con este nivel educativo. Lamentablemente debo decirle, que después de buscar en varios lugares y portales que se encuentran en la internet, no encontré mucho; solo lo que la experiencia nos brinda cada día en la interacción con los compañeros de trabajo y autoridades oficiales y sindicales, y que absorbemos cotidianamente sin que, muchas veces, nos demos cuenta de ello.
Una de mis primeras acciones fue entrar a la página Web de la Dirección General de Educación Superior para Profesionales de la Educación (DGESPE), y así lo hice. Una página que recientemente ha cambiado, de forma más no de fondo, y en la que realmente no aparece información relevante. Situación que me llevó a deducir dos cuestiones: que lo que las normales del país realizan, sobre todo las más de 200 públicas, no es trascendental para quienes, desde la Secretaría (SEP), fijan los criterios de actuación de las mismas; o bien, que en realidad los funcionarios que dirigen los destinos de la educación normalista, no cuentan con un sistema que les permita integrar todos los datos que en este medio existen y que son fundamentales para entender la evolución del Subsistema. Obviamente, la segunda idea la deseché de inmediato, porque por simple sentido común, es indudable que ahí se concentra toda la información habida y por haber de las más de 400 escuelas. En fin.
Esta situación me llevo a reflexionar un poco y a cuestionarme lo siguiente: ¿no se supone que una de las políticas del actual Presidente de nuestro país y del propio Secretario de Educación, Aurelio Nuño, es que cada institución pública sea transparente en cuanto al manejo de la información y lo que éstas realizan? Alguna vez escuche decirles que “vivimos en tiempos de transparencia” y bueno, la verdad de las cosas es que no observé en tal página la transparencia prometida.
Así las cosas, y como dirían en mi pueblo “aprovechando el viaje”, ingresé al icono “Programas” –que ahí se encuentra habilitado– para conocer si había alguna propuesta reciente y no, desafortunadamente, no fue así. De hecho, sólo existe un Programa que hace tiempo se diseñó y que fue denominado “Programa de Fortalecimiento Académico de los Estudiantes de las Escuelas Normales. Principales resultados del examen nacional de ingreso al servicio docente 2009-2010”. Propuesta que fue elaborada precisamente, para atender los resultados que se obtuvieron en el proceso de evaluación para el ingreso al servicio.
Las cifras que ahí se exponen son diversas y se derivan de la participación de egresados de 824 instituciones de educación superior (normales públicas y particulares, la Universidad Pedagógica Nacional y los egresados de universidades públicas, entre otros); se observa: “de un total de 81,490 personas que presentaron examen al servicio de ingreso al servicio docente… alrededor de 22.8% obtuvo un nivel aceptable en el examen…; 71.7% requiere procesos de nivelación académica; y 4.5% obtuvo un resultado no aceptable”. Se asegura también, que “ni un solo egresado proveniente de 93 instituciones logró acreditar el examen; de 1 a 30 por ciento de los aspirantes de 481 instituciones logró acreditarlo…”, en fin una serie de datos que si usted los observa, bien a bien no se entienden, ni mucho menos se comprende qué es lo que quisieron decir, imagino, fue un diagnóstico que permitiría fundamentar el programa que en el párrafo anterior he referido.
Cito:
“El programa de fortalecimiento académico de los estudiantes de las escuelas normales: 1) se focalizará en la mejora de los estudiantes de más bajo rendimiento académico, con el fin de mejorar el dominio de los contenidos específicos y superar problemas concretos de aprendizaje; 2) incluirá un programa de tutorías, previa capacitación de la planta docente de tiempo completo; 3) cursos talleres vespertinos para docentes que atiendan de manera especial las habilidades de lectoescritura, competencias de comunicación y capacidades matemáticas; 4) talleres vespertinos en las escuelas normales para familiarizar a los estudiantes con técnicas de estudio ad hoc para contestar exámenes de opción múltiple; 6) acercar a las normales con otras instituciones de educación superior más destacadas de cada entidad (buscando) establecer acuerdos que les permita fortalecer su planta docente; 7) utilizar la internet para facilitar el acceso a materiales que apoyen el desarrollo de los cursos de los profesores…”.
Propuesta interesante que al leerla de manera general, contiene aspectos básicos para el logro de algunos propósitos educacionales; sin embargo, y con sus mínimas excepciones en las entidades federativas, dicha propuesta no se desarrolló como debiera, es más, me atrevo a afirmar que no se aplicó en la mayoría de las normales del país.
Ahora bien, si nos detenemos a analizar cada uno de los puntos que contiene el programa, la situación se torna un poco más ambigua. ¿Por qué afirmo esto? Porque se busca solucionar, a decir de las autoridades, “problemas”, con meros paliativos que poco o nada solucionan una realidad que no es tan real como parece. Léase detenidamente el punto 4 ¿no es absurdo el planteamiento? Desde luego. ¿Y con ello se pretende “formar” maestros para que cuando egresen sean idóneos?, ¿de qué tipo de formación estamos hablando? En fin.
Pocas han sido las acciones que se han implementado para fortalecer este Subsistema, y no me refiero exclusivamente a la infraestructura o asignación de recursos económicos, me refiero a lo académico, un asunto que ha sido olvidado aunque en los discursos se diga lo contrario.
Al parecer, una de las políticas del actual Secretario tiene que ver con la desaparición de estas instituciones que por años han formado a miles de maestros. Pero, como hemos visto, no todo es como parece, las acciones que se han implementado a nivel nacional han sido mínimas y carentes de ideas que permitan fortalecer a un Subsistema que a pesar de los pesares, sigue dando maestros al pueblo de México. En suma: ¿por qué desaparecer a las normales si no ha habido una política para su fortalecimiento académico? Contradicciones, simples y llanas contradicciones.
Docente en Escuelas Normales en Tlaxcala
Twitter: @Lalocoche