Guiar la política de evaluación en educación, ha sido la principal consigna del INEE como órgano público con autonomía constitucional. El artículo 10 de La Ley del INEE, define al Sistema Nacional de Evaluación Educativa como “un conjunto orgánico y articulado de instituciones, procesos, instrumentos, acciones y demás elementos que contribuyen al cumplimiento de sus fines, establecidos en la Constitución”, el INEE es el encargado de coordinar todo ese trabajo. En las siguientes líneas revisaremos en qué condiciones llegan a la evaluación del Servicio Docente.
Antecedentes
Desde el 2002, el INEE ha demostrado un trabajo serio en materia de evaluación educativa, y se ha venido consolidando en el transcurso de los años recientes. A partir de la información y análisis generados por el instituto, se han creado recomendaciones para atender las debilidades identificadas, sin embargo, en 2012, se publicó “El uso de los resultados de las evaluaciones del INEE por las autoridades educativas”, donde se menciona que los resultados generados han trascendido muy poco en el diseño de políticas educativas por parte de los diferentes gobiernos.
Este Sistema Nacional de Evaluación Educativa tiene pocos años de preparación, y lo han conformado como parte esencial de la reforma educativa. El INEE ha diseñado los instrumentos para: la evaluación del logro educativo de los alumnos, evaluación de condiciones básicas para la enseñanza y el aprendizaje; los reglamentos escolares; y ahora aparecen los resultados de la evaluación del desempeño docente.
Entre los diversos informes del INEE, destacan: Indicadores y resultados desfavorables; Bajos niveles de cobertura, desigualdad en asistencia y permanencia en la escuela; Desigualdades de avance escolar; Problemas de servicios e infraestructura; Deficiencia en condiciones organizativas y pedagógicas; Desfavorable clima escolar, reglamentos y castigos; Bajo logro educativo, eficiencia terminal incierta; Intervención estatal poco efectiva, esfuerzos educativos inerciales, y más.
Entonces, en ese collage de fotografías hay que insertar la que se refiere a los resultados de la evaluación docente. A diferencia de los resultados de los exámenes de “Carrera magisterial”, a los que estábamos acostumbrados, el INEE puso a disposición del público los criterios de la Evaluación docente y algunos enlaces de apoyo a los docentes.
Recordemos que cuando se anunció el proceso de evaluación del desempeño docente, se desataron muchas críticas que se combatían con argumentos, declaraciones y publicaciones. Y al principio se hablaba de hasta diez instrumentos para tener una mirada amplia acerca de la complejidad del trabajo docente. Se incluían, entrevistas, observaciones, grupos focales, resultados de los alumnos, apreciaciones de los padres de familia, y más.
El 24 de abril de 2015, la Coordinación Nacional del Servicio Profesional Docente publicó el documento: “Etapas, aspectos, métodos e instrumentos. Proceso de evaluación del desempeño docente”. Las etapas se bosquejaban en momentos de aplicación, y en el mismo documento se describían, a grandes rasgos, los métodos e instrumentos de evaluación.
Etapa 1. Informe de cumplimiento de responsabilidades profesionales
Etapa 2. Expediente de evidencias de Enseñanza
Etapa 3. Examen de conocimientos y competencias didácticas que favorecen el aprendizaje de los alumnos
Etapa 4. Planeación didáctica argumentada
Etapa 5. Examen complementario (para profesores de segunda lengua, en secundaria).
Para presentar cada etapa los profesores fueron acompañados por cursos a través de las escuelas normales, centros de maestros, grupos sindicales, libros ex profeso impresos por diversas editoriales y otras opciones de organismos particulares. Entre la incertidumbre y la indeterminación de fechas movidas, instrumentos reducidos a etapas, y manifestaciones en rechazo, se aplicó la evaluación docente.
Algo que resaltó en el trabajo de muchas estrategias, fue el desconocimiento (o nociones incompletas) de lo que implica el trabajo docente, en materia normativa, pedagógica, didáctica o administrativa. Y los primeros efectos de la evaluación docente se sintieron en la autoevaluación que realizaban maestras y maestros sobre lo que sabían y lo que les faltaba.
Pero en la evaluación docente también sale a la luz, el sistema de actualización docente, que es responsabilidad de las autoridades educativas. Esto lo reconoció el secretario Nuño en el Comunicado 57, donde mencionó que los cursos de capacitación continua del magisterio “no tienen pertinencia, y la oferta educativa de profesionalización no es de calidad”. Punto a favor de los maestros.
La libre interpretación
Hace unos días Roberto Rodríguez (Campus, 2/03/2016) hizo una revisión de las apreciaciones que tienen los titulares de las dependencias, o los autores de diversos medios de comunicación para hablar de “buenos” o “malos” resultados. La distribución de resultados en números absolutos o relativos, requiere un análisis pormenorizado, tomando en cuenta más información sobre los profesores evaluados.
El INEE ha reconocido que realizará mejoras a los instrumentos y condiciones de la evaluación. Ya que hay muchas áreas de oportunidad para consolidar la evaluación de los profesores en servicio. Sin embargo, no se han cruzado los resultados de los docentes, con los resultados de las pruebas estandarizadas de logro escolar en los estudiantes (que sería interesante conocer).
¿Cómo ver los resultados? Si se reconoce una división de “aprobados” y “reprobados”, la debilidad de la educación ha de estar en otro lado. Pero debemos tener nuestras reservas, ya que los instrumentos también recaban lo que el docente “sabe”, y no necesariamente reflejan lo que el docente “hace”. Como todas las pruebas estandarizadas, la información que arroja es parcial, y se necesita completar la mirada desde otras aristas.
Los evaluadores, evaluados
Un día antes de la publicación de los resultados salió una nota en que se informa que la Auditoría Superior de la Federación (ASF), determinó que “la Secretaría de Educación Pública y el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación no cumplieron con el objetivo de utilizar los resultados de los exámenes en el nivel básico –de alumnos, docentes y escuelas– para la toma de decisiones y emitir directrices y acciones de política pública que contribuyan a mejorar la calidad de la enseñanza” (La Jornada, 28/02/2016).
Para el análisis del ejercicio de 2014, la ASF señaló que no se ha consolidado el Sistema Nacional de Evaluación Educativa. También convendría pedirle a la ASF, que marcara el nivel de cumplimiento que han tenido las autoridades educativas, para ver en qué nivel están. Lo malo de esa información, no es la mala imagen de nuestras instancias educativas, sino que, de ser insuficientes, no tenemos mecanismos para despedirlos, o capacitarlos.
Jefe de redacción de Voces Normalistas
Conductor de “Dimensión Educativa”, en Radio Ciudadana, 660 AM.
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