Según el reporte para América Latina y el Caribe del Informe de Seguimiento de la Escuela Para Todos de la Unesco, en esta región, 91 por ciento de los niños llegaron al cuarto grado y aprendieron las nociones básicas en lectura, 1.5 por ciento llegó pero no aprendieron las nociones básicas y 7.5 por ciento no llegaron.
Para matemáticas, los resultados resultan aún menos alentadores, pues alrededor de 70 de cada 100 niños apenas comprenden las nociones básicas en aritmética.
Dos de las principales causas que señala la Unesco para explicar estos porcentajes tan bajos en el rendimiento escolar de la región son la pobreza y la desigualdad social. Explican que los niños procedentes de entornos desfavorecidos quedan en un nivel muy inferior con respecto a los niños de medios más acomodados.
También vivir en zonas rurales, donde a menudo faltan maestros y recursos pedagógicos, puede ser un obstáculo para el aprendizaje, así como hablar un idioma “minoritario” también puede ser una desventaja.
El informe reporta que la discriminación que padecen algunos grupos indígenas se refuerza porque el idioma que hablan no es el mismo que el que se utiliza en las aulas. Para ello, los gobiernos deben crear sistemas de enseñanza bilingüe y lograr una mayor cobertura para abatir la problemática.
Ante ello, la Unesco señala que “es imprescindible contar con políticas y estrategias gubernamentales que brinden mucha atención a la calidad de educación impartida” y lograr que los niños y jóvenes que asisten a las aulas “puedan obtener las capacidades y habilidades que, se supone, deben obtener”.
“La mala calidad de la educación constituye un lastre para el aprendizaje, especialmente para los niños de grupos marginados; por ello, “no podrá superarse la crisis mundial en educación si las políticas previstas no tienen por objetivo la mejora del aprendizaje de las personas desfavorecidas” concluye el Informe.