En los primeros meses del gobierno de Enrique Peña, el Pacto por México generó una alta expectativa. Como primer momento, las fuerzas políticas firmaron el acuerdo casi en blanco, y después el gobierno federal acuñó las reformas y leyes secundarias para implementarlas.
La Reforma educativa tuvo un momento clave por el imaginario que despertó la aprehensión de Elba Esther Gordillo, y todo el resto del aparato que se puso en marcha. En el balance inicial, se tomó como punto de partida que nuestra calidad educativa es baja, que apenas la libramos “de panzazo” (como había escandalizado la película detractora).
Entre las acuerdos del Pacto por México, presentado desde diciembre de 2012, dos compromisos giraron los reflectores hacia los docentes: el 12, destinado a regir el ingreso, la promoción y la permanencia de profesores y directivos de educación básica; y el 13, dirigido a fortalecer la formación inicial de maestros e impulsar la profesionalización por medio del apoyo a las escuelas Normales.
Está claro que ningún esfuerzo por mejorar la calidad educativa está por demás. Sin embargo esta aspiración de “fortalecer la educación normal” llega con un paso distinto al del sistema educativo nacional. Es decir, en 2011 se había puesto en marcha la reforma curricular en educación normal, denominada Prueba de aula. Y en agosto de 2012 se publicó el Plan de estudios para la formación de maestros de Primaria y Preescolar, como segunda versión de la reforma curricular de normales.
Es importante señalar que la nueva malla curricular sólo se prescribió para formar profesores de Preescolar y Primaria (Acuerdos 649 y 650); así como para Primaria y Preescolar en modalidades Intercultural Bilingüe, (Acuerdos 651 y 652, respectivamente). Lo que significó la promesa de que el Plan de estudios para profesores de Educación Secundaria llegaría más adelante (y nada).
Hay que subrayar que el Plan 2011 Prueba de aula, de educación Preescolar y Primaria, versión 2011, originalmente era de 5 años y se redujo a 4. Y su implementación tuvo vacíos, como la ausencia de Programas de algunos cursos. La capacitación de los profesores de las normales tuvo dificultades logísticas de operación, y casi al tiempo que se enteraban los estudiantes del Plan, lo iban haciendo los maestros.
Para el caso del Plan de educación preescolar y primaria, versión 2012, tuvo una reorganización curricular y se reestructuró la propuesta inicial, de modo que cambiaron de semestre algunos cursos. Esto generó dificultades para las instituciones que aplicaron ese Plan piloto, tanto para sus docentes, como para los alumnos. Pero además, para aplicar esta versión del Plan, se instrumentaron mecanismos de capacitación regional para habilitar a los docentes de las escuelas normales. Lo que generó una estrategia distinta y más cercana (que en los Planes anteriores).
En los Foros de Consulta Nacional para la Valoración del Modelo Educativo, que organizó la SEP en 2013, sobre educación normal se presentaron ponencias de profesores, alumnos, directivos e investigadores. Los trabajos fueron resultado de una mirada variopinta sobre la formación docente, dicho así porque llegaron apreciaciones del Plan 1997, del Plan 1999, de la versión Piloto 2011, y del Plan 2012.
Quisiera retomar la imagen del artículo “Consulta sobre normales, o la Caja de Pandora” (Campus, 23/04/2013), llamado así por todos los males que se liberaron en los foros, ya que además de los temas centrales de las 5 mesas, se filtraron muchas prácticas institucionales que no se habían comunicado (o denunciado) por escrito a las autoridades de la educación normal.
En la Fase Nacional del tipo: Educación normal, el 6 de junio de 2014, se presentó una síntesis de los más de 6 mil trabajos presentados durante los cinco meses de Foros de consulta en todas las regiones, y se explicó que se reformará la Formación de docentes. Y el Dr. Fernando Serrano, subsecretario de educación superior, presentó el Plan integral para el Diagnóstico, Rediseño y Fortalecimiento del Sistema de Educación Normal, que tiene como finalidad construir el nuevo modelo de educación normal.
A diferencia de los esfuerzos anteriores, que se habían concretado sólo en la dimensión curricular, el Consejo Asesor nutrió el modelo con los rubros de: Planeación y Gestión institucional, Desarrollo profesional de los formadores de docentes, Nueva relación entre Normales y autoridades, Revisión del marco normativo de gestión, Análisis de estructuras y organización, Posicionar a las Normales como instituciones de educación superior, Rescatar las prácticas de investigación, Autonomía… y muchos otros aspectos.
Específicamente para Planes y Programas, la Dra. Rosa María Torres apuntó la necesidad de un currículo más flexible, y acorde a las características de cada región, ampliar el número de asignaturas optativas, implementar modalidades a distancia, fortalecer el trabajo de tutoría, aumentar los contenidos disciplinares (Ciencias y Humanidades); en fin, la aspiración de unir teoría y práctica sigue siendo loable, para egresar a profesores mejor preparados.
El 11 de noviembre de 2014, la SEP publicó el Comunicado 333. Debe ser preservado y enriquecido el Normalismo en México. En la vorágine de manifestaciones sobre Ayotzinapa, Emilio Chuayffet se declaró partidario de las escuelas normales, y expresó que el normalismo debe ser preservado y enriquecido. En materia curricular, refirió que: “serán programas de estudio que tengan un contenido esencial homogéneo, pero que también sean flexibles, para obedecer a las necesidades de cada región, de cada ciudad”.
Poco después, a finales de ese mes de noviembre, se aprobó el presupuesto 2015, con un aumento de 400 millones de pesos, para las 16 normales rurales. Luego se prometió que el próximo agosto se presentará el nuevo modelo educativo. Y en las últimas noticias se ha anticipado que este año será difícil para el gasto público, y que en el 2016 habrá recortes presupuestales. Ya se verá qué tan prioritaria es la formación docente para el gobierno federal.
Mientras tanto en las escuelas normales el trabajo debe continuar. En julio próximo egresarán profesores de primaria, de la última generación del Plan 1997; y educadoras de la última generación del Plan 1999. Los profesores de secundaria seguirán trabajando y egresando con el Plan 1999. También en julio se graduarán los alumnos del Plan 2011 Prueba de aula; y los profesores formados con el Plan 2012, egresarán a mediados del 2016. Y se supone que para esas fechas ya estará en marcha la otra de reforma de normales.
Con las disparidades mencionadas, vemos como si cada Plan de normales fuera un velocista en la línea de arranque, que debe empezar la carrera al momento del disparo. En el pasado del atletismo (y de las escuelas normales) cada que había una salida en falso, se repetía la salida de la carrera. Pero ahora, si el atleta se adelanta es descalificado, y si las normales se adelantan (o se retrasan) también son descalificadas.