Jesús Andriano*
La inminente crisis generada por la pandemia del COVID-19 es tema de interés colectivo, la situación social por la que atraviesa la mayor parte de la población se encuentra llena de imaginarios, estamos en una época de reaprendizaje de hábitos, dejar aún lado las prácticas habituales requiere de un compromiso colectivo, una voluntad, un deseo por transformar lo cotidiano y con ello reconfigurar la forma de ver los problemas sociales; la incertidumbre, las emociones, los sentimientos, las ideas, sitúan el devenir como un claroscuro de la realidad; el momento histórico nos hace pensar en lo que vivimos y repensar en aquello que hemos dejado de hacer. En el caso de la educación la denominada nueva normalidad genera expectativas, retos por alcanzar, y necesidades por atender.
Para el próximo ciclo 2020-2021 la dinámica escolar se va a transformar, la cotidianidad en las escuelas va estar monitoreada por los actores educativos y condicionada por los estándares de salud, la forma de asumir la responsabilidad de los que asisten a la escuela será compartida y la vida educativa escolarizada estará influenciada por un modelo hibrido, diferente al que estamos acostumbrados en la vida escolar.
La experiencia del ciclo anterior puso en evidencia la brecha digital, las carencias de la infraestructura tecnológica de la escuela y de la sociedad fueron cuestionadas, la enseñanza y el aprendizaje a distancia fue una condición de la nueva escuela mexicana. Los objetivos trazados se flexibilizaron, los propósitos se diversificaron y las situaciones de aprendizaje se contextualizaron de acuerdo a la realidad de los alumnos y los docentes.
En el último informe de la SEP se anunció que el regreso a las aulas será gradual, con la asistencia alternada de los alumnos, la cual dependerá de las condiciones de salud de cada una de las entidades y de la escuela, la intención de evitar la saturación en las aulas va a estar delimitada por el número de alumnos dependiendo del día que se les asigne asistir, la estrategia modificara la forma escolarizada de atender la educación, las circunstancias darán pauta para diseñar un modelo diversificado, una educación híbrida la cual atienda al alumno dentro y fuera del aula. La denominada educación híbrida, es un método educativo que mezcla la educación a distancia con la tradicional, condicionando a los involucrados al uso de recursos y herramientas tecnológicas para el cumplimiento de los objetivos que marca la educación. Lejos de pensar en las condiciones para ejecutar un modelo hibrido, es pertinente hacer mención en lo que implica desarrollar una situación de aprendizaje que atienda las características de un modelo no convencional. La educación híbrida constituye una posibilidad en el proceso de enseñanza y de aprendizaje, puede verse como la expansión y la continuidad de la escuela presencial, sin embargo dicha modalidad se define por la articulación de la enseñanza en lo presencial y lo no presencial, lo que implica modificar o adecuar la planificación de los cursos, aspecto que el docente tiene que realizar integrando ambas modalidades. De acuerdo a diferentes teorías del aprendizaje el modelo híbrido debe considerar:
- Atención del alumno en situaciones de aprendizaje relevantes y significativas.
- Relevancia en el diseño de situaciones de aprendizaje para el desarrollo de habilidades en tiempo y forma.
- Motivación del alumno en el desarrollo de las actividades prácticas.
- Aprendizaje autónomo a partir de las experiencias significativas.
- Ambientes de colaboración con el fin de que interactúen los alumnos en el aprendizaje.
La modalidad híbrida en tiempos complejos suele ser un reto para los maestros, se requieren ciertas condiciones en el diseño de la planeación para desarrollar secuencias que atiendan la parte presencial y la virtual, no solo se trata de cambiar la aplicabilidad del programa. La planeación debe ser explicita y completa para no desorientar a los alumnos, se requiere cierta metodología que satisfaga el objetivo del curso y el propósito que se desea alcanzar, se debe identificar que estrategias potencian el aprendizaje contextualizado y situado con la finalidad de que se puedan desarrollar las actividades en espacios y tiempos presenciales, virtuales o autónomos.
La tarea es compleja y el primer reto para el próximo ciclo es el diseño y desarrollo de ambientes híbridos, que ayuden a comprender que la nueva normalidad de enseñanza es parte del proyecto de la Nueva Escuela Mexicana.
*Profesor investigador en la formación de docentes, Colaborador de Voces Normalistas.