Las pruebas PISA, como las pruebas nacionales PLANEA Y ENLACE, evalúan al sistema educativo y no sólo a los estudiantes. Se ha hecho el símil de que estas pruebas son un instrumento para medir la temperatura del sistema educativo.
La prueba PISA de 2018 se aplicó a la generación de estudiantes que inició la primaria en 2009 y terminó la secundaria en 2018, aproximadamente 1.8 millones de estudiantes. En este periodo se implementó la RIEB con Calderón, en 2008 se estableció la Alianza por la Calidad de la Educación, así como un nuevo plan de estudios en 2011, y al finalizar el gobierno de Calderón, en 2011, se informó que 1 millón de docentes habían sido capacitados. En 2013 se realizó otra reforma educativa y en 2018, al finalizar el gobierno de Peña, se anunció nuevamente la capacitación de 1 millón de docentes.
No obstante los cambios, las reformas realizadas y las capacitaciones, el informe de PISA 2018 señala que México no muestra una trayectoria de mejora en lectura desde el 2000[1].
Las pruebas nacionales ENLACE Y PLANEA de manera reiterada señalan que el problema sistémico de la educación pública es el rezago escolar, es decir, los niños y jóvenes no aprenden lo que deberían según su edad y grado escolar que cursan[2]. La mayor parte de estudiantes obtienen aprendizajes con un nivel insuficiente y elemental como lo señalan, primero, la prueba ENLACE en las evaluaciones de 3º de primaria a 3º de secundaria, y después PLANEA con las evaluaciones al terminar primaria y secundaria. Las pruebas nacionales estandarizadas, iniciadas en 2006, han estado anunciando los resultados que se obtienen en PISA.
El ex Secretario de Educación, Aurelio Nuño, señalaba que había que esperar 10 años para observar los resultados de la Reforma de 2013. Sin embargo, las generaciones de niños y jóvenes estudiantes no pueden esperar. Desde 2009 hasta 2014 hay 6 generaciones de estudiantes que iniciaron la primaria, 13.3 millones de alumnos, y en los siguientes 3 años, de 2019 hasta 2021, terminaran la secundaria aproximadamente 5.4 millones de alumnos que iniciaron la primaria en 2010, 2011 y 2012, respectivamente. El futuro de estas generaciones de alumnos está comprometido si no se considera como prioridad encontrar una solución inmediata para el rezago escolar, o rezago en aprendizajes, que presentan estos alumnos.
El rezago escolar se observa cada año, en cada grado escolar, en cada grupo y en cada alumno. Terminó el ciclo escolar 2018-2019 y el tiempo corre para las generaciones que inician y terminan su educación básica hasta 2024; en promedio inician la primaria 2.2 millones de niños y terminan este nivel otros 2 millones cada año, y concluyen secundaria 1.8 millones de jóvenes cada año.
Es necesario encontrar una solución inmediata para el rezago escolar. Hay algunas estrategias que pueden inspirar soluciones: El programa de Aprendizaje Acelerado en Colombia u otras en América Latina, o bien la propuesta de Comunidades de aprendizaje en México de la autoría de Gabriel Cámara y otros docentes[3], seguramente hay otras propuestas cuyo objetivo es reducir la brecha de aprendizajes en un tiempo razonable. El sistema educativo necesita superar la inercia de hacer lo mismo, de repetir formulas o por ejemplo de repetir la muy ensayada “solución” de capacitación para los docentes.
Por un lado, la autoridad educativa puede proveer y analizar una batería de estrategias, como las anotadas, para recuperar aprendizajes. Hay personas con experiencia muy valiosa en las estructuras de organización de la SEP, en todo el país, que pueden definir caminos para impulsar la aplicación de estrategias en las escuelas.
Por otro lado, los colectivos docentes pueden seleccionar, adaptar, adoptar y poner en práctica las mejores estrategias para las condiciones que se presentan en cada escuela. Cabe anotar, que no se necesita el tipo de capacitación aplicada en los gobiernos de Calderón y Peña. La capacitación para llevar a cabo nuevas prácticas y para el aprendizaje de los docentes ocurre en las propias escuelas. El trabajo en colaboración del colectivo docente es una solución viable y disponible en las condiciones actuales de restricción presupuestal del gobierno. Si la restricción de recursos no permite asignar al menos una hora diaria para trabajo colaborativo en las escuelas, se puede pensar en utilizar 1 hora del horario escolar para el trabajo colaborativo; no sería una hora perdida ya que las clases no están mejorando los aprendizajes no lo dicen claramente los resultados de PISA. Las fallas en los aprendizajes y el destino de millones de niños demandan considerar y pensar en soluciones fuera de la caja.
Cada gobierno está en su derecho de plasmar su identidad en la política educativa, como es el caso de la Nueva Escuela Mexicana; sin embargo, el resultado de PISA en 2021 no será diferente, al igual que los resultados de la prueba PLANEA, si no se introducen cambios de fondo en la organización de la educación. Esta es una responsabilidad ineludible del gobierno del presidente AMLO.
Cabe preguntar a la Nueva Escuela Mexicana:
Cuáles serán las estrategias para mejorar los aprendizajes de los estudiantes con alto rezago escolar en los niveles de conocimientos insuficiente y elemental que:
- Terminan primaria en 2019 y 2020 y la iniciaron en 2014 y 2015,
- Terminan primaria de 2021 a 2024 y la iniciaron en 2016 y 2017,
- Cursan secundaria en los años previos a la prueba PISA, 2019, 2020, 2022, 2023.
- Cursan educación indígena y comunitaria.
Cuáles son los programas y estrategias para mejorar resultados de la generación de estudiantes que:
- Inician secundaria en 2018 y se les aplica la prueba PISA en 2021,
- Cursan en 2018 el 3º grado de primaria y terminarán secundaria en 2024 cuando se aplique la evaluación de PISA en ese año.
- Cursan educación indígena y comunitaria.
Los resultados que desde 2000 está mostrando PISA para los jóvenes mexicanos no son un destino fatal. El gobierno de AMLO puede hacer la diferencia si se compromete con el establecimiento de estrategias pertinentes al problema.
El gobierno de AMLO ha postulado que se debe dar prioridad a la población con mayor desventaja económica y social, en educación esta condición es la que presentan los estudiantes con aprendizajes insuficientes y elementales.
Utilizar estrategias de enseñanza-aprendizaje novedosas puede colocar a México en una trayectoria de mejora alcanzable en el corto plazo donde, en una primera etapa, los alumnos con aprendizajes insuficientes logren avanzar a un nivel elemental, y los alumnos con aprendizaje elemental logran avanzar al siguiente nivel. De esta manera, se tendría una mejora real en los aprendizajes de los estudiantes y mayores posibilidades de evitar que en 2021 y 2024 se repita el resultado ampliamente anunciado de PISA 2018, también podemos no repetir los fracasos de la RIEB y de la Reforma de 2013.
[1] Página 11 en PISA 2018: Insights and Interpretations, en https://www.oecd.org/pisa/PISA%202018%20Insights%20and%20Interpretations%20FINAL%20PDF.pdf
[2] Muñoz Izquierdo, et al., (1979). El síndrome del atraso escolar y el abandono del sistema educativo. Revista Latinoamericana de Estudios Educativos, IX(3), 1-60.
[3] Comunidad de aprendizaje: Cómo hacer de la educación básica un bien valioso y compartido. De Gabriel Cámara, et al., (2004), México: Siglo XXI Editores.