“Luchar por la alegría en la escuela, es
es una forma de luchar por el cambio
en el mundo”
Paulo Freire
A lo largo de mis escritos he insistido en la necesidad de dar voz a los distintos actores educativos, porque ellos están construyendo experiencias valiosas que debieran servir de base para detonar esfuerzos conjuntos de innovación, que permitan la respuesta oportuna a situaciones emergentes como las que estamos viviendo.
Los aprendizajes derivados de un enfoque humanista de la educación, supone el desarrollo de hábitos, actitudes y comportamientos que se relacionan con el desarrollo del pensamiento crítico y la creatividad, con el respeto a la identidad y a la dignidad de las personas, así como a la práctica colaborativa para el logro de propósitos orientados al bien social.
Lo anterior implica, no solo tomar en cuenta las características individuales de nuestros alumnos, sino especialmente, las circunstancias del contexto en el que viven, con el fin de que tengan la posibilidad de identificar y resolver las dificultades que enfrentan.
El pasado jueves, el maestro Jesús Juárez Reyes, en nuestro Noveno Encuentro Educativo “Interdisciplina y Educación Comunitaria”, nos compartió sus experiencias en la construcción de una comunidad de aprendizaje activa, empática y resiliente: El Centro de Desarrollo Educativo Zacatelco CEDEZ.
Su charla nos permitió reflexionar en ese proceso comunitario basado en el bien humano en construcción, en donde se integran y relacionan las diversas disciplinas, volviendo la mirada hacia lo humano, a la bondad y especialmente a la alegría, tomando en cuenta que la persona alegre es más educable y que quien es educable, puede mejorar por voluntad e inteligencia, lo que no garantiza la felicidad, pero sí nos aproxima a ella.
Esta pedagogía de la alegría permite descubrir un sinfín de oportunidades para que la tarea de educar se convierta en un diálogo de saberes, dentro de relaciones horizontales en espacios que permitan construir esperanza ante tanta tristeza e incertidumbre que hoy asoma en muchos hogares.
La afirmación del sentido de comunidad con propósitos educativos, se logra cuando se asocia a la realización de actividades relacionados con el dinamismo estudiantil y proyectos de naturaleza diversa, orientados al logro de finalidades compartidas y al ejercicio de la solidaridad, en donde quien educa, ejemplifica a sus alumnos, motivando, acompañando y procurando siempre el bien de los demás, vinculando problemáticas sociales de su contexto promoviendo los valores, la autoconciencia personal, la toma de decisiones y también la incidencia.
Por tanto y tomando en cuenta la charla del maestro Jesús, hay que conocer y reconocer los aportes de esta pedagogía, que integra y relaciona la ciencia, la bondad y la alegría con el ideal de una vida humana y feliz.