El jueves de la semana pasada, el gobernador Cué compareció, aunque no se llamó comparecencia, ante la segunda comisión de la Comisión Permanente de Congreso de la Unión. Fue a ser regañado por legisladores de cuatro partidos —PAN, PRI, PVEM y Panal— por no actuar contra la CNTE, ni poner en práctica la Reforma Educativa. El gobernador aguantó vara.
Los legisladores panistas fueron los más agresivos: “padece el síndrome de Estocolmo”, acusó el senador Romero Hicks y la diputada Quintana Salinas le dijo que “ya la tenía hasta la madre”. Ningún legislador salió en defensa de Cué; el PRD lo dejó a su suerte, así que solo tuvo que hacer frente a las acusaciones, apenas disfrazadas de preguntas.
Armó su defensa en tres ejes. Primero, es una cosa de estructura e historia. Segundo, él no tiene fuerza policiaca, la CNTE tiene el vigor de 80 mil manifestantes agresivos, además; y tercero, necesita más dinero.
El gobernador Cué estaba solo. El gobierno federal no le ayudaba, al contrario, le generaba más broncas con los acuerdos en la Secretaría de Gobernación y quienes lo llevaron al poder lo abandonaron; no daba una. Es el drama de un gobernador que no tiene un partido detrás. La Sección 22 siempre ha sido fuerte, todo gobierno ha perdido con ella, pero ninguno había sido tan débil como el de Cué. Paradoja; él pudiera ser el enterrador de la CNTE en Oaxaca, su bastión más fuerte.
Ayer la política dio un giro. El gobernador Cué, acompañado del secretario de Educación Pública, Emilio Chuayffet, y de Eduardo Sánchez, vocero del Presidente, anunció la transformación del Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca en un instituto autónomo descentralizado con personalidad jurídica y patrimonio propios. Un golpe a la colonización que la Sección 22 mantenía de lo que hasta ayer fue su IEEPO.
Muchos echaron las campanas al vuelo. Dicen que con este ajuste de rosca el gobierno retoma la rectoría de la educación en Oaxaca. Tengo mis dudas. Atención, el asunto es trascedente, no niego su importancia ni su significado en la política, pero no es la última palabra. Es el ingreso a una nueva etapa. Los militantes de la CNTE no están maniatados; tienen experiencia y muchos intereses que defender. Darán la lucha por todos los medios a su alcance, todos.
Sin embargo, esta vez en condiciones de desventaja: 1) gran desprestigio social; 2) sus bases (y los dirigentes mismos) están de vacaciones; 3) las fuerzas federales han reforzado la seguridad en el estado; 4) el gobierno federal abandonó la política de negociación en la Segob; 5) Chuayffet aparece como el hombre del Presidente para Oaxaca; 6) el decreto de creación del nuevo IEEPO desplaza a más del 90% del funcionariado impuesto por la CNTE, ya no podrán usar recursos del IEEPO para las movilizaciones; 7) el nuevo IEEPO se regirá por la legislación vigente, la que se deriva de las reformas al artículo 3º de 2013; y 8), la espada de Damocles. El artículo noveno transitorio sentencia: “Se dejan sin efecto todos los actos, contratos, convenios, minutas e instrumentos de cualquier tipo que hubieren celebrado el Gobierno del Estado de Oaxaca o el Instituto Estatal de Educación Pública de Oaxaca con anterioridad a la entrada en vigor del presente Decreto, directamente o a través de cualquier otro servidor público (como el subsecretario de la Segob), que contravenga lo previsto en el presente decreto y las leyes…”
No es como señaló CNN México ayer que: “Por el momento, las tareas del IEEPO serán asumidas por la Secretaría de Educación Pública”; aunque sí se encargará de dirigir el proceso de cambio, como señaló ayer el secretario Chuayffet, en la entrevista con Adela Micha.
Hay mucho terreno para la especulación. Falta conocer la respuesta de la S22 y de la CNTE. Pero el mensaje es claro. El gobierno se decidió a actuar y da un paso más allá de la retórica; pronto se verá si es consecuente. Además, Gabino Cué Monteagudo da un respiro, se siente cobijado y recupera algo de credibilidad.
Para esos son las vueltas de tuerca, diría Bismarck.
RETAZOS
El pasado jueves 16 falleció mi amiga y colega, María Luisa Chavoya, académica distinguida de la Universidad de Guadalajara e integrante del Consejo Mexicano de Investigación Educativa. La recordaré por dos motivos. El humano: su simpatía y amabilidad, siempre con el rostro sonriente. El profesional: deja un libro memorable: Poder sindical en Jalisco: la sección 47 del SNTE, publicado por su Universidad en 1995.