Francisco Lozano Díaz*
Nathalie Miss Reyes**
En estas fechas se ha producido el cierre de ciclo escolar decretado en el Diario Oficial de la República. Todo esto nos hizo recordar la canción del Rey León El ciclo sin fin. Siempre fue así, acabas un grado y el siguiente te espera. Incluso, lo que antes era el final de los finales académicos; el doctorado. Ahora tiene periodo de ampliación con los post-doctorados (poco marketing en el nombre).
Volvamos al ciclo escolar, donde la educación remarca su continuidad intermitente, aunque el proceso no tiene fin. No lo aprendemos de modo consciente, pero la educación siempre nos acompaña. Solo que en la educación formal tenemos intervalos de periodos no lectivos, donde es momento de cerrar y para regresar. Quizás este ciclo se cerró antes, quizás no nos dimos cuenta, quizás fingimos, pero lo importante es la apertura: ¿Será confiable?
La educación debe continuar y así va a ser, pero ¿realmente hemos cumplido con la educación? Vivimos tiempos difíciles, que no acabarán de un día para otro. Mientras antes pongamos soluciones, repensemos la educación y cumplamos para con ella. Antes nos veremos en la próxima estación, quién sabe si ciclo.
Ahora, la continuidad por norma y sin aprendizaje real es una invitación inexcusable a irnos en el siguiente ciclo o más pronto que tarde. En cada ciclo, profesores, alumnos, padres y madres de familia hacen balance y califican lo vivido. El COVID consiguió opacarlo todo, incluso la percepción de ciclo fallido. Pero ¿ha sido así? ¿perdimos el ciclo?
Partiendo de una base mayoritaria pero no única de que todos queremos lo mejor para todos. Estamos perdiendo la oportunidad de virar la educación. Obvio que las currículas no se han alcanzado, pero podríamos plantearnos, si es necesario alcanzarlas o es más importante transitar otras pedagogías.
Hemos pensado que lo presencial es lo esencial. Sin entender que la distancia también genera en las personas lazos fuertes y sentimientos llenos. También abre puertas a otras posibilidades, otra cosa es que se aprovechen. Obvio desde el extrañamiento del estar en las aulas con todo lo que conlleva. Pero, quizás lo necesario sea pensar en una nueva normalidad con aulas nuevas, palabras nuevas, aprendizajes nuevos, comunicación nueva que posibilite el vernos en el próximo ciclo de un modo más humano, creativo, crítico y cuidadoso. Ahí, deberías vernos.’
El mensaje optimista no puede tapar parte de la realidad. De tal modo que no se han hecho esfuerzos por empoderar a profesionales del sector educativo igualmente relevantes que otros. Derivan en una ausencia de respuesta efectiva para responder a la emergencia educativa, aunque hubo intentos. No ha sido suficiente y esto puede que nos lleve a irnos en el siguiente ciclo.
En definitiva, como diría Carlos Tarque (vocalista de M-Clan) en su canción Miedo: No es un final feliz, tan solo es un final. Confiemos que no sea un final definitivo, solo el predecesor de un nuevo comienzo. Quizás, la neutral sea la postura necesaria. ¿Ni nos vemos ni nos vamos?
* Psicopedagogo en Key Learning Solutions y Universidad Tecnológica de México. Contacto: (francisco@klsolutions.mx)
** Estudiante de Pedagogía en Universidad Tecnológica de México. Contacto: (nathalie.miss@my.unitec.edu.mx)