Más de 500 estudiantes de la Normal Rural de Ayotzinapa destruyeron las instalaciones de la Fiscalía General del Estado de Guerrero.
Con el rostro cubierto, los normalistas ingresaron a la fiscalía a través de una puerta que tiraron, una vez adentro rompieron los cristales y poncharon las llantas de los vehículos que se encontraban en el lugar, quemaron la caseta de vigilancia y realizaron pintas.
Al interior de las oficinas sustrajeron papelería, la cual quemaron en el patio del lugar y destruyeron el equipo de computo.
Los padres de los 43 normalistas desaparecidos permanecieron afuera de las instalaciones de la fiscalía.
Tras su paso por la fiscalía, se dirigieron al punto conocido como Tierras Prietas, donde realizaron acciones de boteo, para posteriormente retirarse a la Normal.