Desde que el Gobierno del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz, ordenó cerrar “de tajo” 25 escuelas Normales Rurales, por considerarlas “un nido de comunistas”, estas casas de estudio viven en la marginación, señaló el académico del Instituto de Investigaciones para el Desarrollo de la Educación (INIDE), Diégo Juárez Bolaños.
Lo anterior revela que el caso de la Escuela Normal Rural, Raúl Isidro Burgos, de Ayotzinapa, es tan sólo “la punta del iceberg” sobre los padecimientos y carencias con las cuales se desempeñan las 16 normales rurales que sobreviven aún en el país, aseguró el investigador.
Por su parte, la directora del INIDE, Marisol Silva, dijo que el modelo original de las escuelas Normales rurales “se fue abandonando con el tiempo y no ha habido una política educativa para revalorar la función social que cumplen” estas casas de estudio.
Debido a estas carencias de recursos, los estudiantes tienen que salir a “botear”, coincidieron ambos entrevistados por separado.
Las normales Rurales nacen en la época post revolucionara, a iniciativa de José Vasconcelos, en un momento en que la mayor parte de la población era analfabeta. El país no contaba con gente capacitada para alfabetizar a la sociedad; de ahí surgen estas escuelas, explicó Juárez Bolaños.
Actualmente, estas instituciones educativas funcionan como un internado, pero son evidentes las carencias en dormitorios, baños, comedores, aulas y materiales didácticos; lo cual refleja el abandono del Estado a estas casas de estudio, dijo Juárez Bolaños.
Pero no sólo existe carencia de recursos, afirmó la directora del INIDE. Estas escuelas “también necesitan contar con modelos educativos innovadores y respetuosos de la diversidad cultural que hay en el país”.
Todo lo anterior, resulta relevante si se considera que de la totalidad de las escuelas primarias que hay en el país, el 40 por ciento son rurales y su número se eleva a cerca de 40 mil planteles.
La coyuntura nacional creada por la desaparición de 43 normalistas de Ayotzinapa, se debería aprovechar para reforzar y extender el trabajo de las normales rurales, coincidieron ambos especialistas.
Por ejemplo, el Consejo Nacional de Fomento Educativo (CONAFE) imparte clases a 170 mil infantes en comunidades menores a 500 habitantes; mientras que en comunidades menores a 100 habitantes, atiende a 150 mil niños y niñas en un esquema multigrado; pero estos niños no tienen derecho a un maestro, por lo cual es cierto que “la educación más pobre, (es) para los pobres”, consideró Juárez Bolaños.
La población infantil, que atiende CONAFE, toma clases con “instructores comunitarios”, quienes usualmente son adolescentes que han concluido la secundaria, y a quienes se las asigna un salario de 2 mil pesos mensuales.
Si se aprovecha esta coyuntura nacional, dijo Marisol Silva, los normalistas rurales podrían fortalecer al CONAFE, asignando maestros capacitados para la atención a niños en salones multigrado.
Un nuevo modelo educativo
El problema de las Normales Rurales difícilmente se podrá resolver con “tres pesos adicionales”, consideró la directora del INIDE, sobre el anuncio del presidente Peña Nieto, quien habló de la “redignificación en infraestructura” de estas instituciones educativas.
El reforzamiento y ampliación del normalismo rural en el país, tiene que ver con la construcción de un nuevo modelo educativo, además de atender las carencias físicas de estas escuelas, señaló Silva.
Para la construcción de este nuevo modelo “se requiere un diálogo abierto y democrático”, así como el impulso para que la sociedad conozca y valore a las Normales Rurales por la función que cumplen, expuso.
Por su parte, Diégo Juárez señaló que los cambios a nivel federal “casi no se aplican en las normales rurales, por su propia condición combativa”. En ese sentido, dijo, las normales rurales deberían de ser “autocríticas” para que puedan modificar su modelo educativo y dar una formación pertinente a los futuros maestros.
Finalmente, ambos académicos coincidieron en que las universidades del país pueden contribuir al reforzamiento de las escuelas Normales Rurales, a través de intercambios académicos que faciliten a los normalistas su acceso a otras áreas del conocimiento, lo que les permitiría superar la endogamia que caracteriza a estas instituciones.
Para conocer, entender y plantear alternativas de solución a las problemáticas que aquejan a estas casas de estudio, el INIDE realizará el próximo martes 11 de noviembre una mesa de análisis denominada “Escuelas Normales Rurales, presente y futuro”, de las 11 a las 14 horas, en las instalaciones del Instituto en la Universidad Iberoamericana campus Santa Fe, en la Ciudad de México.