El término “rechazados”, utilizado ampliamente cuando es época de exámenes de ingreso a la educación superior es visto desde las universidades como un vicio de los medios de comunicación; incluso, el debate se ha agudizado a raíz de dos nuevos términos relacionados con los “rechazados”, empleados por el subsecretario de Educación Superior, Fernando Serrano Migallón, quien ha señalado de forma insistente que los jóvenes que se quedan sin un lugar en las principales casas de estudio de la zona metropolitana, son “obcecados” y “empecinados”.
Frente a esta posición, en la mesa redonda “Oferta y demanda de Educación Superior en México”, el investigador Imanol Ordorika detalló que en el país, el “acceso a la obcecación”, presenta un sesgo generalizado donde son los jóvenes con mayores recursos económicos y una persistencia más vivaz, los que insisten en presentar el examen de admisión –a la UNAM, en medicina, ejemplificó- hasta nueve veces (o más); al mismo tiempo resaltó que, después de presentar por quinta vez dicho examen de admisión, se duplican las posibilidades de ser aceptado por la máxima casa de estudios.
Se sabe, por ejemplo, que año con año más 100 mil jóvenes quedan fuera del sistema educativo en su nivel superior, aún teniendo la edad, las credenciales y el entusiasmo para acceder; no obstante el dato no se puede precisar, ya que las autoridades educativas no tienen estadísticas al respecto, lo cual para Ordorika, resulta absurdo, pues “existe la CURP, hay computadoras”, destacó.
La justificación que han dado las autoridades al respecto es que ya que los jóvenes presentan exámenes para varias casas de estudio (UNAM, UAM, IPN), no se sabe en realidad cual es la “matricula de rechazados”, o sin acceso.
Incluso, se ha llegado a proponer desde la actual dirección de la Asociación Nacional de Universidades e Instituciones de Educación Superior (ANUIES) que estas tres casas de estudio sincronicen sus exámenes de admisión en un mismo día y a una misma hora.
En el evento, realizado en el Colegio de México, estaba prevista la participación de Serrano Migallón, no obstante canceló su participación a la mesa, y en su lugar asistió Salvador Malo, director general de Educación Superior Universitaria de la Subsecretaría de Educación Superior (SES) de la SEP.
Ordorika reconoció que hay lugares dentro de la educación superior que no están siendo ocupados por los jóvenes, porque no les interesa ocupar ese espacio, y no les interesa porque es evidente una diferencia en la calidad de los estudios ofertados entre las principales casas de estudio, hoy saturadas, y la oferta de tecnológicos claramente impulsada por las administraciones anteriores y por la actual.
Aunque advirtió que no encuentra “mala onda”, en el Subsecretario de Educación Superior al afirmar que los jóvenes son “obcecados” o “empecinados” por querer estudiar una carrera determinada en una escuela especifica, Ordorika, llamó a que alguien en la SEP, emita un claro mensaje a la juventud mexicana para que “estén claros que la mayoría de ustedes no puede entrar a la UNAM, por favor piénsenlo, hagan el calculo… lo que el Subsecretario quizá está tratando de decir es que, hay un fenómeno que esta ocurriendo que no debería ocurrir, porque hay gente que ni siquiera debería de tratar. ¿Cómo dice uno eso socialmente y, a quién se le dice, sin correr el riesgo de equivocarse?”, cuestionó el académico de El Colmex.
Rechazados no son importantes para el país
“Los desequilibrios entre la oferta y la demanda de la Educación Superior (ES) son importantes a nivel local e institucional… no creo que sean tan importantes a nivel nacional”, señaló Salvador Malo en esta mesa de análisis.
En cambio, mayor importancia tienen la baja demanda de ES en ciertos estados, la ineficacia y poca pertinencia de este nivel de estudios, su “enfoque obsoleto… y las actitudes de rechazo ante la innovación educativa y el cambio”, aseguró Salvador Malo, en el encuentro organizado por Manuel Gil Antón, investigador de El Colmex y director académico de Educación Futura.
Mayor relevancia tienen también contemplar que en México, “hay más jóvenes que dejan la educación a los 15 años que los que siguen en el sistema educativo”, sugirió Malo, el problema de los rechazados, es más “un distractor que un problema serio”, acotó.
Los desequilibrios entre oferta y demanda en ES, lo que en opinión de Malo, produce el fenómeno de los rechazados, “son fuente de inequidades, frustraciones y rencores” y se deben a: “ las desigualdades institucionales y regionales, la falta de coordinación entre los actores e interesados en la ES (públicos y privados), y la carencia de información oportuna para los estudiantes”, enumeró.
Planear Educación Superior, un sueño guajiro
Invitado a esta mesa de diálogo, el investigador Roberto Rodríguez señaló que hacer una planeación nacional de la Educación Superior, es un sueño guajiro, “la planeación de la cobertura municipal de este nivel académico es lo más viable”, señaló.
Para ello, puso como ejemplo los Mochis, Sinaloa, cabecera del municipio de Ahome, donde la cobertura en Educación Superior es cercana a 70 por ciento, lo cual sucede sin que tenga una universidad como sí sucede con la capital del estado, es decir, Culiacán.
Lo que sucede es que si bien en los Mochis no hay universidad, si hay sedes de algunas de ellas, y es su combinación lo que deja como saldo una cobertura tan amplia, el promedio de cobertura a nivel nacional es cercano a 3 por ciento.
En los Mochis hay sedes de la Universidad de Occidente, de la Universidad de Sinaloa (UAS) y un tecnológico; entre estas casas de estudio se ponen de acuerdo para no ser reiterativos con la oferta educativa, de tal forma que cada una ofrece una orientación académica y la cobertura alcanza estos altos porcentajes, lamentablemente, lo que le ha funcionado a este municipio del país, no es viable para el resto de las regiones, por lo cual es necesario hacer una planeación a nivel local si se quiere mejorar el servicio de este nivel educativo, sugirió Roberto Rodríguez.
Hemos dejado que el mercado resuelva las cosas
Hemos dejado que el mercado resuelva la empleabilidad de los jóvenes pero el mercado resuelve muy mal, resaltó en el evento el economista José Blanco, al apuntar que las carreras más demandadas, son al mismo tiempo las que presentan mayor índice de desempleo entre profesionistas.
Administración, Arquitectura, Derecho, Sistemas computacionales, Medicina, Contaduría, son de las áreas de estudio de más alta demanda a la vez que son las que generan mayor numero de rechazados, ocupan un gran espacio en el mercado laboral, pero al mismo tiempo son las de más alto numero de egresados que no encuentran trabajo, pero se tiene la esperanza en que son las profesiones que alcanzan la mayor remuneración económica, señaló José Blanco.
No es la demanda la que decide en el mercado los productos que se incorporan, quien manda es la oferta, pero esto no lo hemos sabido hacer en la Educación Superior; “la oferta educativa para ser planeada no necesita ir a preguntar que necesitan los empresarios”, aseguró categórico el economista.
Más estudiantes tienen que exigir mejor educación
En su oportunidad, el académico Patricio Solís señaló que más que llamarles tercos u obcecados a los jóvenes aspirantes, se tendría que fomentar el que estos estudiantes “se propongan altas expectativas”, ya que parte del problema radica en las bajas expectativas de los jóvenes.
La desigualdad nacional dota de recursos diferenciados para competir por un recurso escaso como la Educación Superior, por ello los sectores menos favorecidos del país aspiran en menor medida a cursar este nivel de estudios en las principales universidades del país.