En una reciente reunión social, a la que asistieron varias parejas, descubrí que por casualidad cuatro asistentes eran maestras. Les pregunté de la noticia que la SEP licita tabletas para 1.14 millones de alumnos de quinto grado en 15 estados. Entre risas y expresiones de disgusto, volví a preguntar, “El censo de centros escolares determinó que el 82% de las escuelas de ciclo básico no tienen Internet. ¿No deberían poner Internet a las escuelas primero? ¿De qué sirve una tableta sin conexión a la red?” Las reacciones fueron contundentes: “¡Primero que pongan electricidad, agua potable, baños, drenaje, pisos! No hay que subir el último cerro del estado para encontrar una escuela sin instalaciones básicas. ¡Aquí mismo en Pachuca hay varias!”
El historial de la entrega de equipos de computación a alumnos en México ha sido accidentado. En el mes de febrero se publicó el dictamen de la Auditoria Superior de la Federación (ASF) respecto al 2013, año de la primera entrega de equipos de computación por la Secretaría de Educación Pública (SEP). Se adquirieron 240 mil laptops para alumnos de quinto y sexto de primaria en tres estados: Sonora, Tabasco y Colima.
La ASF señaló múltiples irregularidades en cuanto a la compra y entrega de estos equipos:
- No funcionaron bien. “El sistema operativo Linux es lento y se bloquea. Otras laptops no prendían o solo sirvieron un añ”
- “Los usuarios desconocían la existencia de una garantía de las laptops y los números de atención al cliente para reportar desperfectos”.
- “La ASF comprobó que la Secretaría de Educación Pública (SEP) no previó un programa de orientación para el uso de esas herramientas”.
- “Como resultado de mil 687 encuestas practicadas a alumnos de sexto grado, la ASF obtuvo los siguientes resultados: uso máximo una vez por semana en clase; se utiliza el equipo sólo cuando lo solicita el profesor”.
- Después de declarar la convocatoria desierta, la SEP recurrió a la adjudicación directa, comprando a un precio total de 3 millones 840 mil dólares mayor que el precio ofertado por la empresa ganadora de la licitació
(http://www.jornada.unam.mx/2015/02/19/politica/006n1pol)
Va de nuevo en 2015. El próximo mes la SEP publicará la convocatoria para el proceso de adquisición de 1.14 millones de tabletas, a un costo proyectado de US$99 cada una.
Razón tuvieron las maestras en señalar que existen prioridades escolares más imperantes que equipos de computación. Sin embargo, esto no resta importancia a que los alumnos mexicanos cuenten con destrezas en tecnologías de informática y comunicación. Así que, volvamos a la pregunta: ¿para qué sirve una tableta sin internet? Aun el 18% de escuelas que sí cuentan con conexión no tienen megas suficientes como para permitir la navegación de múltiples alumnos en un momento determinado.
Consideremos algunos datos acerca del uso de internet en México: (www.amipci.org.mx)
De 113 millones de mexicanos, 51.2 millones son usuarios de internet. Esta cifra va aumentando entre un 11 y un 16% año con año:
- 49% de estos usuarios se conectan vía su smartphone
- 46% de los usuarios son de nivel socioeconómico medio bajo y 7% son de nivel bajo.
- En promedio, cada usuario se conecta diariamente por 5 horas y 36 minutos.
Las tendencias apuntan a que el uso de Internet entre la mayoría de los mexicanos va en vertiginoso crecimiento, mientras los ciudadanos más marginados seguirán sufriendo la “brecha digital”. Todo indica que, habiendo wi-fi en las escuelas, solo los alumnos más pobres no contarán con un dispositivo digital propio para aprovecharlo. ¿No se podría focalizar la entrega de tabletas a los niños más necesitados mediante un programa como Prospera, que además cuenta con personal y sistemas de seguimiento y evaluación?
El gobierno federal publicó su Estrategia Digital Nacional en 2013. Prevé el acceso a Internet para todos los mexicanos durante el presente sexenio mediante 250 mil puntos de wi-fi distribuidos en toda la república. Pero entregar tabletas antes de asegurar conectividad y capacitación para su uso adecuado parece paso en falso. La Estrategia Digital Nacional carece de un plan práctico con referentes de partida y pasos intermedios para lograr sus metas ambiciosas. Según Alejandro Segovia, voz de vanguardia en la inclusión digital, “(EDN) quedó como un compendio de buenos deseos”.
Mientras tanto las tabletas compradas, con cien millones de dólares, se disfrutarán en casa para participar en redes sociales y juegos electrónicos y para bajar música. Poco uso encontrarán en escuelas sin Internet, sin maestros entrenados en estrategias digitales de enseñanza, sin electricidad, sin agua potable….