La versión de reforma educativa que vivimos en estos días, ha sido un esfuerzo que poco a poco se va materializando. Y los procesos innovadores o reformadores que se plantearon (o que se prometieron) desde diciembre de 2012, apenas tomarán forma en este año.
Los actores educativos han escuchado de voz del secretario Nuño que este 2016, “será clave para la reforma educativa”. Muchos esperamos que la reforma aterrice y se materialice en los cuatro elementos que aparecerán en estas fechas: autonomía de gestión de las escuelas; política de infraestructura y equipamiento escolar; programa de formación continua y desarrollo profesional docente; y nuevo modelo educativo.
Autonomía de gestión
El 25 de enero se presentará el “Plan de organización interna y de autonomía de gestión de las escuelas de México”, que buscará fortalecer los Consejos Técnicos Escolares y el acompañamiento pedagógico que deben tener los planteles. Esta estrategia también implica la modificación del calendario escolar para atender las necesidades de cada escuela. Es preciso renovar las reuniones que los maestros tienen mes con mes, para que los CTE sean oportunidades de mejora.
Escuelas al Cien
Aparece este programa que atiende la infraestructura de más de 33 mil escuelas beneficiadas por el programa Escuelas al Cien, para atenderse en 2016, 2017 y 2018. El listado de las escuelas por entidad se puede consultar en la página del Inifed, así como los documentos que guían los convenios y ejes del programa. Esto va de la mano con la evaluación de la infraestructura educativa que realizó el INEE desde el 2014.
Formación docente
Es indudable que necesitamos profesores capacitados en la educación. Pero antes de pensar en la evaluación de los profesores, hay que apuntar a la formación que reciben, que los habilita para ejercer la docencia, y después valorar su desempeño en la escuela. Pareciera que se está centrando la atención en el paso 3, sin tomar en cuenta los pasos 1 y 2.
Vamos a un ejemplo más simple. El cultivo del maíz, necesita: 1. Sembrar el maíz; 2. Cuidar su crecimiento y 3. Obtener su fruto: una mazorca. Hasta entonces se puede emitir un juicio sobre la calidad el maíz.
Para el caso del magisterio, se requiere: 1. Fortalecer la formación inicial; 2. Robustecer el funcionamiento de las escuelas; y 3. Valorar el trabajo de los docentes.
La evaluación docente apunta hacia el paso 3, como si por arte de magia llegaran los docentes a dar clases, egresados de algún lugar, en el que el gobierno no tiene incumbencia.
La Evaluación docente, ha causado tanto alboroto por el efecto punitivo que tiene. Ya aparecen las listas de los futuros docentes que se evaluarán en este año, y se esperan los resultados del primer proceso de evaluación.
Dichos resultados requerirán una respuesta inmediata. Si algún profesor obtiene un bajo puntaje, tendrá que participar en el proceso de actualización y capacitación para presentar la segunda oportunidad. Pero también será responsabilidad del gobierno, establecer los mecanismos para darle acompañamiento al docente que obtuvo bajos resultados. Y como sabemos, los espacios de formación continua, no han tenido el impacto deseado. Esperamos que el proceso de evaluación docente venga completo y que incluya estrategias remediales para atender a los docentes en servicio, y que el recurso de mil 800 millones de pesos que se incrementa para la profesionalización tenga efectos positivos.
Después del paso 3, sigue el 1
Después de evaluar a los profesores, empezaremos a ver cómo es la formación inicial en las Escuelas Normales.
Desde el inicio, la reforma educativa prometió la aparición de un “Plan Integral de Diagnóstico, Fortalecimiento para el Sistema de Normales Públicas”. Y no hemos tenido más que fechas postergadas. Recordemos que en 2014 se realizaron foros de consulta, que consistieron en monólogos cronometrados para “proponer” ideas para el dichoso Plan Integral.
Las minutas ahí están en la página del modelo educativo, y los resultados para el nuevo modelo de formación docente se esperaban para agosto de 2015, y nada. Bueno, ahora esperamos que sí se tomen en cuenta las ideas propuestas para el nuevo modelo de formación docente, y que en verdad se fortalezca al Sistema de Normales.
La incongruencia
Voy a retomar una frase el cantautor Paco Barrios: “no todo es malo, hay cosas todavía peores”.
Nuestro sistema educativo impulsa el “Servicio Profesional Docente”, que regula el ingreso, promoción, acreditación y permanencia de los profesores. El concurso de oposición se abre para las personas que cuenten con un título de educación superior. En la convocatoria se especifica qué carreras son afines a cada nivel educativo. No hay prioridad para los normalistas.
Entonces, ya no se toman en cuenta las nociones de pedagogía o de didáctica, que son imprescindibles para la práctica educativa, como elementos para el ingreso al servicio docente, sino que todo se resuelve en el examen de oposición.
Ahí hay una contradicción en el sistema de profesionalización docente, que en lugar de resolver, parece agudizarse. Sin embargo, el trabajo de las escuelas normales sale a flote con los resultados de los exámenes y con la asignación de plazas a los sustentantes de mejores resultados.
Estaremos atentos al nuevo modelo educativo que se propondrá próximamente. No queremos sorpresas. No quisiéramos ver que la sospecha se vuelva realidad. No queremos saber que los foros de consulta sólo legitiman la imposición del nuevo modelo. Y que las propuestas de los maestros invisibles, se tomen como palabras, para los necios oídos sordos.
Jefe de redacción de Voces Normalistas. Conductor de “Dimensión Educativa”, en Radio Ciudadana, 660 AM.
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