La nueva evaluación que realizará este año el Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE) acabará con los malos manejos que se daban en las pruebas anteriores ya que de ella no dependerá incentivos o castigos, por lo que “la motivación para corromper la prueba desaparece” afirmó Silvia Schmelkes Presidenta de la Junta de Gobierno.
Durante una conferencia de prensa en la que se evaluó el desempeño del INEE durante el 2014 y se expusieron los planes para este año, Schmelkes destacó que la aplicación controlada y el conteo estadístico que se realizará cada cuatro años, contribuirá a que las evaluaciones sean confiables.
Schmelkes recordó que el INEE es el encargado de diseñar las evaluaciones, tanto para los alumnos, como para los maestros, pero es la Secretaría de Educación Pública la responsable de aplicarlas por lo que el instituto no puede garantizar que las pruebas se realicen en los estados de Oaxaca, Michoacán o Guerrero.
Al ser cuestionada sobre si es válido aplicar la misma prueba a todos los niños, sin tomar en cuenta su contexto, Schmelkes explicó que aunque se miden los mismos conocimientos y habilidades para todos, es en el análisis cuando se toman en cuenta esas diferencias y agregó “la validez cultural se cuida desde el inicio de la prueba, desde que se diseña, que no haya preguntas que excluyan a nadie”.
Las diferencias entre las pruebas anteriores (Excale y Enlace) y las que integren el Plan Nacional para las Evaluaciones de los Aprendizajes (Planea) son de nivel operativo y de contenido, aseguró Jorge Hernández, Director de la Unidad de Evaluación del Sistema Educativo Nacional.
En el ámbito operativo destacó que se tratan de pruebas controladas, aplicadas por externos, pero con supervisión directa del INEE lo cual permitirá el control de la consistencia de resultados y una validez cultural. En el caso del contenido, se medirán las habilidades que adquieren los estudiantes, no solo su conocimiento y se incluirán aspectos socio-afectivos como la convivencia escolar.
Eduardo Backhoff, integrante de la Junta de Gobierno del INEE explicó que, de manera tentativa, las pruebas para el nivel medio superior empezarán a aplicarse en marzo, mientras que las de la educación básica en junio, con un costo de 20 millones de pesos.
Casi 5 millones de alumnos serán evaluados en todo el país: los que cursen el último grado de la primaria, la secundaria y la educación media superior, aparte de la evaluación a gran escala, se realizarán muestras –muy controladas– para comparar los resultados.
Por otra parte, la prueba PISA, coordinada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico se aplicará, por primera vez en nuestro país, en computadora, lo cual, a decir de los funcionarios del INEE representa un reto.