Los niños pobres tienen cinco veces más probabilidades que los ricos de abandonar los estudios primarios y sólo uno de cada tres países del mundo han alcanzado la totalidad de los objetivos planteados por esta organización en el año 2000, según el informe de seguimiento Educación para Todos en el periodo (EPT) 2000-2015, preparado por la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO).
Además, sólo la mitad de 164 países alcanzaron el objetivo de la EPT en el que se centraba la máxima atención: la escolarización universal de todos los niños en edad de cursar la enseñanza primaria.
Este informe recoge los avances que han tenido estos países en materia educativa de los últimos 15 años y revisa si se han logrado los objetivos planteados por el Foro Mundial de Educación.
El documento revela que serán necesarios 22.000 millones de dólares anuales para complementar las contribuciones previstas por los gobiernos, ya por de sí ambiciosas, para garantizar el logro de los nuevos objetivos en materia de educación que se están fijando ahora para el periodo 2015-2030.
También explica que aunque a nivel mundial el número de alumnos matriculados en secundaria aumentó en un 27%, tan sólo en 2015, un tercio de los adolescentes que viven en países de ingresos bajos y medios no lograrán terminar el primer ciclo de este nivel.
Además, advierte que los matrimonios y embarazos precoces siguen constituyendo un obstáculo para el progreso de la educación de las niñas y para que ésta avance no sólo es necesario reformar los planes de estudios, sino también impartir a los docentes formación sobre enfoques que tengan en cuenta las cuestiones de género.
Ante ello, la UNESCO recomienda a los gobiernos que deben establecer la obligatoriedad de cursar un año de enseñanza preescolar, como mínimo.
La educación tiene que ser gratuita para todos los niños y, por lo tanto, se debe suprimir el pago de derechos de matrícula, libros de texto, uniformes y transportes escolares.
Finalmente, indican que los futuros objetivos en materia de educación tienen que ser específicos, pertinentes y realistas.
Al ritmo actual, cabe prever que de aquí a 2030 solamente la mitad de los niños que viven en países de bajos ingresos podrán cursar por completo la enseñanza secundaria. Puede ocurrir incluso que en muchos países resulte inalcanzable el objetivo esencial de lograr la universalización de la enseñanza primaria, a no ser que se lleve a cabo una labor concertada.