Discriminación de género y étnico, ausentismo de maestros y baja calidad educativa fueron denunciados por niños indígenas trabajadores de Chiapas, quienes exigen se dé cumplimiento al artículo tercero constitucional, informa Milenio.
Con el impulso y promoción de la organización Melel Xojobal, la Red por los Derechos de la Infancia de México (REDIM) y la Unicef, cuatro jóvenes indígenas dieron voz a la infancia chiapaneca, revelando la problemática que sufren en los planteles educativos chiapanecos, según publicó el periódico Milenio.
Los niños tzeltales Carolina Meza López, Cinthia Jacqueline Velasco Cruz y Rodulfo Pérez Ávila y Jenifer Marisol Jiménez Pérez, tzotzil, dieron a conocer en conferencia de prensa “sus reflexiones y preocupaciones en torno a su derecho a una educación de calidad”.
Carolina Meza dio datos que reflejan el resultado del actual sistema educativo indígena. Sólo uno de cada dos adolescentes concluye la secundaria a los 16 años y sólo 13 de cada 100 adolescentes de 12 a 17 años no tienen oportunidad de estudiar o trabajar.
Meza precisó que de estos menores que se encuentran sin oportunidades, por cada hombre hay siete niñas, es decir, un promedio de 11 mujeres y dos varones se encuentran desocupados. “Nuestra situación como niñas y adolescentes respecto a la educación es más grave, por las desigualdades a las que diariamente nos enfrentamos”, señaló.
En su intervención, Cinthia Jacqueline mencionó que “hay maestros que no ponen atención a sus alumnos, porque algunos maestros solo llegan y se lo pasan con el celular. Además hay profesores y profesoras que sólo dejan tareas y las califican y después sólo presentan exámenes, sin decirnos como lo vamos [sic] con nuestro aprendizaje y después se quejan de nosotros”.
Agregó que en los planteles educativos indígenas los maestros discriminan a los alumnos por género, por etnias o por el habla.
“La mayoría de las maestras también discriminan y fomentan estereotipos separando a los niños de las niñas; además siempre manda lo económico, si tienes dinero o no, porque si no uno entra uno en la escuela. Por eso no todas la niñas y niños van a la escuela porque no todos tienen la posibilidad económica”, aseguró Cinthia.
Otras problemáticas que denunciaron fueron la pésima infraestructura de las escuelas, falta de seguridad y de tecnología para la enseñanza, inexistencia de profesorado capacitado y que hable lenguas indígenas.
“Que nuestra voz se oiga, pero luego no nos ponen atención o simplemente se hacen como que no escucharon nada, y sé queda en puras palabras nuestra voz y no se hace realidad nuestras exigencias”, demandó la menor hablante de tzetzal.
Por último, señalaron a los conflictos sociales e intercomunitarios como una causa más que atenta contra su derecho a la educación, citando como ejemplo la colonia San Antonio del Monte de San Cristóbal de las Casas.
“Desde hace más de dos meses no hay clases. Las niñas que estudiamos el sexto grado nos preocupa porque ya vamos para la secundaria. Como no hay clases no aprendemos nada. Las autoridades de allá arriba no quieren que los maestros vayan a dar clases, yo pienso que ya debería haber clases porque a nosotras nos afecta de manera directa en nuestra educación estos conflictos”.
Nota publicada en Milenio.