La divulgación científica es una labor multidisciplinaria que recrea con fidelidad el hecho científico contextualizándolo histórica y socialmente, con el objetivo de comunicarlo de forma accesible a través de una diversidad de medios a distintos públicos voluntarios, promoviendo en ellos la formación de una cultura científica.
Durante su participación en el simposio de Divulgación de la Ciencia y Medios de Comunicación, en la Unidad Iztapalapa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Martín Bonfil Olvera, de la Dirección General de Divulgación de la Ciencia de la Universidad Nacional Autónoma de México, propuso esta definición en la que enfatiza la importancia de promover la cultura científica en la sociedad.
De acuerdo con el químico farmacéutico biólogo, en esta definición la cultura científica debe entenderse como la apreciación, comprensión de la actividad científica y del conocimiento que produce, así como la responsabilidad por sus efectos en la sociedad.
Apreciación y comprensión pública de la ciencia, así como responsabilidad social respecto a ella, son componentes necesarios para decir que alguien tiene cultura científica, señaló el también miembro de la Sociedad Mexicana para la Divulgación de la Ciencia y la Tecnología.
En ese contexto, un artículo de divulgación científica debe cumplir con los requisitos de ser interesante y por lo tanto ameno; riguroso y accesible lo que se logra si es claro en su lenguaje. “Si no cumplimos estos tres requisitos de este modelo trípode obviamente se cae la mesa”; entonces solamente si cumplimos con estos tres aspectos se podrá hablar de buena divulgación científica, dijo Bonfil Olvera.
El divulgador recordó que la ciencia no es una realidad sino una representación de la realidad a través de modelos confiables sometidos a prueba pero no es la realidad. En la misma medida la divulgación no es la ciencia sino una representación, un mapa de la ciencia.
Se refirió también a la diferencia entre hacer divulgación y hacer comunicación social. En el caso de la divulgación, “a veces creen que los divulgadores trabajan para ellos” y que éstos deben hacer que luzca su nombre, su artículo o su premio, y eso no se llama divulgación científica, se llama comunicación social de la institución.